Un grancanario logra esquivar una deuda con el millonario británico de los préstamos rápidos al 50% de interés

Imagen de archivo

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Un millonario oculta su identidad para adentrarse en una comunidad empobrecida y regalar dinero a sus necesitados habitantes mientras una cámara los filma con la excusa de estar grabando un documental. Es la sinopsis de The Secret Millionaire, un programa de telerrealidad que comenzó a emitirse en 2006 en la cadena británica Channel 4. Dos años después, en agosto de 2008, el espacio tuvo como protagonista de uno de sus episodios a James Benamor, por entonces uno de los jóvenes empresarios más ricos del Reino Unido. Nacido en 1977 en la ciudad costera de Bournemouth, en el sur de Inglaterra, Benamor acumulaba entonces un patrimonio de 77 millones de libras forjado en el negocio de los préstamos rápidos y fáciles a clientes con dificultades para acceder a la financiación regular.

Una década más tarde aterrizaría en España con Money Garantizado, una filial de su holding empresarial, The Richmond Group. Se asentó en Alicante y comenzó a operar con la marca Money Más. Con ella se topó Fabio (nombre ficticio para preservar su identidad) mientras navegaba por internet en busca de un crédito que necesitaba para “echar una mano” a un familiar. A este ciudadano grancanario de 38 años, que reside en el municipio de Telde y trabaja en el mantenimiento de un complejo turístico de Playa del Inglés, en la localidad sureña de San Bartolomé de Tirajana, le concedieron un préstamo de 8.000 euros a devolver en 60 meses. Es decir, en cinco años. No vio un papel. Todo lo tramitó telemáticamente, incluso la firma del contrato, o con algunas llamadas de teléfono. Lo único que le pedían era un avalista que pudiera cubrirlo en caso de impagos. Fue su hermano.

La sorpresa para Fabio llegó a los tres meses, con la primera notificación. “Ahí me enteré de que tenía que pagar 18.000 euros”, recuerda. En concreto, 18.975,28 euros. Es decir, más del doble de lo que pidió. Y es que las condiciones del contrato fijaban un interés TAE (Tasa Anual Equivalente, que incluye los gastos, comisiones y plazos, además del tipo nominal) del 49,9% y un tipo de interés efectivo del 41,16%. El cliente tenía que pagar todos los meses una cuota fija, 316,25 euros. Lo que desconocía es que durante los primeros 41 meses la mayor parte de ese dinero estaba destinado al pago de intereses, no a la amortización del capital. “Al principio no me dijeron nada, ni que se pagaba tanto dinero de intereses, sino que me daban 8.000 euros y que tenía que devolverlo en tanto tiempo”, señala.

Poco tiempo después de percatarse de esa circunstancia, Fabio dejó de pagar y la empresa comenzó a reclamar. En primer lugar, por la vía extrajudicial y en agosto del año pasado a través de una demanda en la que ya no pedía 18.000 euros (el capital y los intereses del préstamo), sino una cantidad cercana a los 7.000 euros que no incluye ni los intereses moratorios, ni gastos, ni comisiones por cuotas impagadas. De haber reclamado el importe con todos los intereses previstos en el crédito, la empresa se arriesgaba a que la resolución no fuera estimada en su totalidad por la previsible declaración de abusividad o usura de la cláusula de intereses remuneratorios, lo que hubiera impedido, a su vez, que la parte contraria fuera condenada en costas y que el montante obtenido fuera mayor.

Sin embargo, en el transcurso del litigio judicial han sucedido dos acontecimientos que, a la postre, han significado que el cliente ha quedado liberado, al menos de momento (la empresa puede volver a reclamar), de la deuda. El primero tuvo lugar durante la audiencia previa, celebrada el pasado 27 de abril. A este acto acudió en nombre de la empresa una oficial habilitada de la procuradora, es decir, una empleada de la profesional que ostenta la representación de Money Garantizado en el procedimiento judicial. Ante esta circunstancia, Andrés Roda, abogado de Fabio, advirtió a la magistrada de que, según la Ley de Enjuiciamiento Civil, corresponde a la figura del abogado o procurador la representación de la demandante en el pleito, ya que tienen poderes para renunciar, allanarse o transigir, potestades de las que, a su juicio, carece la oficial habilitada. Por ello, pidió que se tuviera a la intermediaria financiera por “no comparecida” y que se archivara el proceso, decisión que finalmente adoptó la jueza con base en autos de la Audiencia Provincial de Madrid.

“No se trata de desconocer ni de minusvalorar la enorme dificultad de los procuradores para atender la multiplicidad de señalamientos sin perjudicar la actividad judicial y más aún la enorme dispersión de sedes judiciales, pero en el marco legal vigente, con independencia del número de señalamientos que tenga el procurador, no cabe su sustitución por un oficial habilitado para comparecer en el acto de audiencia previa”, reza la resolución de la jueza.

La empresa recurrió esa decisión en apelación, pero cometió otro error procesal. No presentó el pertinente escrito de personación dentro de los plazos fijados y, en consecuencia, la Audiencia Provincial de Las Palmas, mediante un auto dictado el 22 de julio, declaró desierto el recurso y convirtió en firme la sentencia que había sobreseído la demanda de reclamación de cantidades presentada por Money Garantizado, empresa que tiene como administrador único a Tarek Benamor, tío de James, pero que controla el grupo Richmond, fundado por el joven empresario que participó en The Secret Millionaire.

Aunque este periódico no ha recibido ninguna contestación a los mensajes enviados a diferentes correos electrónicos de la actual marca comercial de la empresa (Fianceo), su posición con respecto a este tipo de préstamos aparece reflejada en el escrito de la demanda presentada contra Fabio y contra su hermano, en calidad de avalista. Money Garantizado asegura que antes de la contratación enviaron por correo electrónico las condiciones generales del préstamo para ambos y que dispusieron de “toda la información necesaria”. Además, defiende que el producto no tiene ninguna complejidad y que se trata de “un simple préstamo en el que se pacta la devolución mediante cuotas mensuales” y en el que la garantía es el avalista, que deberá responder de forma solidaria ante un eventual impago del prestatario.

Esta es una de las claves del modelo Benamor. “Si tienes un amigo, tienes un préstamo”, reza el eslogan de la filial española. “Nuestros préstamos son justos, simples y fáciles de entender. Se basan en la confianza, no en tu pasado o tu historial de crédito”, agregan. Lo cierto es que en los últimos tiempos ha introducido algunos cambios (ha modificado su marca comercial y ha reducido el importe de los créditos) después de que el grupo empresarial matriz sufriera un desplome en bolsa por el anuncio de un incremento de la presión regulatoria sobre este tipo de productos en el Reino Unido, tal y como informó en 2019 The Guardian. La controvertida fórmula del empresario ya había sido puesta en tela de juicio en los medios y también en el ruedo político. Tras su participación en el reality show, la BBC emitió un reportaje de investigación que acusaba a Benamor de haber obtenido su fortuna engañando a los clientes más necesitados. Diputados laboristas también se sumaron a las críticas.

“La mera alegación de un interés elevado no determina por sí sola el carácter usurario de una operación de financiación”, sostiene la empresa en su demanda contra Fabio. Se refiere a la denominada Ley de Represión de la Usura o Ley Azcárate, una norma que data de 1908 y que establece que un préstamo es usurario cuando incorpora un interés “notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”. Los representantes de Money Garantizado defienden que solo pueden ser sancionadas las operaciones de crédito “que supongan un abuso inmoral, especialmente grave o reprochable” y que la ley tiene una finalidad “más moral que jurídica”.

Para la parte contraria, el carácter usurario del préstamo es evidente. El abogado Andrés Roda recuerda que la ley habla del “interés normal del dinero” y que, para determinar cuál es debe acudirse a las tablas publicadas periódicamente por el Banco de España a partir de la información que mensualmente tienen que facilitarle las entidades de crédito sobre los tipos de crédito que aplican a diversas modalidades de operación. En este caso, cuando Fabio suscribió el contrato, el interés medio de ese tipo de productos se situaba, según el letrado, en torno al 8,8% TAE, muy inferior al 49,9% que ofrecía Money Garantizado.

La contestación a la demanda aludía también a la interpretación del Tribunal Supremo sobre la Ley de Represión de la Usura de 1908. La jurisprudencia concluye que no es exigible que, junto a las dos mencionadas condiciones (el interés superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso), se tenga que acreditar que el préstamo fue aceptado por el consumidor a causa de “su situación angustiosa, su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales”. La declaración de usura en un crédito conlleva su nulidad y la devolución tan solo de las cantidades recibidas, sin intereses.

Money Garantizado opera en la actualidad con la marca Fianceo. Debido a la pandemia de COVID-19, la empresa no está aceptando nuevas solicitudes de préstamos en su “esfuerzo por ayudar a los clientes existentes”. En las últimas cuentas entregadas, correspondientes a 2019, la compañía declaró unos ingresos de 1,8 millones de euros.  

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