“Los bomberos han salvado muchas vidas en sus 25 años de servicio”
Está al pie del cañón, con las botas puestas, las 24 horas del día, los 365 días del año. Germán Pérez es el jefe de Bomberos de La Palma desde que se creó la asociación hace ahora un cuarto de siglo. En 25 años han realizado un total de 31.000 servicios. “Tienes que estar localizado, y si te llaman, en 10 o 15 minutos hay que presentarse en el parque para salir a una emergencia; esto, si no te gusta, no lo aguantas”, ha asegurado en una entrevista con La Palma Ahora.
Recuerda que los inicios del cuerpo en La Palma, que en la actualidad depende del Cabildo, están en el incendio de la Casa Massieu, en 1990. “Entonces no había ningún servicio de bomberos, y, en vista de que la administración no tenía previsto nada en este sentido, un grupo de personas ligadas con el tema nos propusimos copiar un poco a los Bomberos Voluntarios de Adeje y creamos un cuerpo, aunque nos costó mucho convencer al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, donde empezamos; nos dieron un almacén y un camión viejo”, cuenta.
El bautizo de los bomberos de La Palma llegó con el incendio forestal de Fuencaliente de agosto de 1990. “Tuvimos una actuación bastante importante y se nos tomó más en serio”, dice. Ese mismo año, el 28 de diciembre, se inauguró el parque en la calle Abenguareme de la capital, en la zona de Las Explanadas.
Posteriormente, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma aprobó un presupuesto para este servicio “y pudimos comprar algún vestuario”. En 1992, el incendio del restaurante Bistro de La Placeta “fue nuestra confirmación y se nos empezó a tomar bastante en serio”, señala. “El Cabildo ya quería crear un servicio y nos propusieron que presentáramos un estudio a nivel insular, y en 1995, el 8 de marzo, día de San Juan de Dios, patrón de los bomberos, se inauguran los parques de La Grama y de La Laguna, de ámbito insular”, relata. “El servicio comenzó su andadura con 48 miembros, pero en dos meses éramos nada más que 14 porque muchos abandonaron” .
La principal preocupación de Germán Pérez siempre ha sido la formación, que califica de “fundamental”. “Desde que empezamos hemos contado con la colaboración de los Bomberos Voluntarios de Adeje y de los Bomberos Profesionales de Santa Cruz de Tenerife”, subraya. “La formación es lo principal, recibimos clases tres días a la semana”, insiste.
El servicio de Bomberos La Palma está integrado por tres parques: La Grama, Los Sauces y La Laguna. Dos de ellos, La Grama y La Laguna, están operativos las 24 horas, mientras que el de Los Sauces permanece abierto en horario de mañana y el resto del día el personal se encuentra localizado. En la actualidad, suman 54 efectivos.
Lo que más le preocupa a Germán es “el equipamiento, aunque sabemos que el Cabildo está haciendo un esfuerzo por comprar material y seguir mejorando porque tenemos vehículos bastante antiguos, con 15 y 20 años”, apunta.
Bomberos La Palma tiene un gran reconocimiento entre la población. “El ciudadano nos tiene bastante aprecio, nos valora, porque sabe que ante cualquier problema marca el 080 y ahí estamos nosotros dispuestos a ayudar”.
El jefe del cuerpo hace un balance “muy positivo” de los 25 años de existencia de Bomberos La Palma, que en 2015 celebra sus bodas de plata. “Antes de estar nosotros se quemaban muchas casas; y en todos estos años hemos salvado muchas vidas, de lo que nos sentimos muy orgullosos”, remarca.
Reconoce que ha vivido en este cuarto de siglo “momentos bastante complicados”. Le viene a la memoria “el incendio del edificio Cabezola, que fue muy difícil, con riesgo para las personas de la parte alta del inmueble”. Tampoco olvida el día que el mar invadió la Avenida Marítima y calles adyacentes. “Sientes impotencia porque con la naturaleza no se puede”.
Desde sus orígenes, han pasado por Bomberos La Palma unos 180 efectivos. “Solo tres llevamos 25 años de servicio, y hay siete de 20 años”. Las normas en el cuerpo son muy estrictas. “En nuestro trabajo hay vidas en juego, no somos un club de fútbol o de petanca”, puntualiza Germán, quien, sin embargo, no tiene ninguna queja de los hombres y mujeres que integran el colectivo. “Me siento orgulloso de ellos porque se matan a trabajar, se desviven por el servicio; ponen mucho esfuerzo y voluntad”, resalta. “La educación y la atención al ciudadano es admirable; estoy muy contento con su comportamiento”, concluye.