El riesgo que corre la abeja negra canaria llega al Parlamento

Gara Santana

12 de diciembre de 2024 16:22 h

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Este jueves la polémica sobre la introducción de abejas foráneas en las islas ha llegado al Parlamento en forma de pregunta oral por parte de Nueva Canarias. Ha sido en el trascurso de la comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca, donde el portavoz, Luis Campos ha expuesto al consejero su precoupación por la introducción de abejas foráneas en los ecosistemas del archipiélago y, muy concretamente, por la convocatoria que ha publicado el Cabildo de El Hierro para ayudar aquellos apicultores que apuesten por introducir en sus apiarios la especie Bruckfast (Apis mellifera).

Esta decisión le ha valido al Cabildo herreño una querella por parte de una de las asociaciones de apicultores más importantes de Canarias, ApiGranCa, que recuerdan que la legislación comunitaria, española y regional protege a la abeja negra canaria y recuerdan que está científicamente comprobado que la introducción de especies foráneas hace que, en el transucrso del proceso de hibridación, la autóctona se vuelva más agresiva.

En respuesta a la pregunta formulada por el diputado de Nueva Canarias-Bloque Canarista Luis Campos, el consejero ha dicho que por este motivo en Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y La Palma sólo hay la raza autóctona y se prohíben las foráneas.

“Si cualquier Cabildo (de las otras tres islas) nos dice que quiere exclusivamente que en su isla sólo se permita la abeja negra canaria, se sacará la orden correspondiente”, ha especificado el consejero.

Al respecto, ha indicado que no hay consenso entre la asociaciones de apicultores en dichas islas, pues unas defienden que sólo se permita la abeja canaria y otras defienden la hibridación.

El 98% de apicultores en el archipiélago con la raza ganadera canaria y se ven indefensos si se interponen solo los intereses económicos de quienes apuestan por especies exóticas por una falsa creencia de que producen miel a mayor velocidad.

En declaraciones a esta redacción, el portavoz Campos achaca esta decisión “a que el Gobierno canario no quiere mojarse en un tema que, sabemos, es delicado, porque hay otras sensibilidades dentro del sector apícola, por cierto, la inmensa minoría, la gran mayoría son criadores de abeja canaria, y sobre todo el Ejecutivo no quiere confrontarse con determinados cabildos, pero ese no puede ser el papel de una institución como el Gobierno de Canarias, sino que precisamente cuando estas situaciones se dan debe priorizar frente a una supuesta sobreproducción de abeja foránea, la supervivencia de la abeja propia”.

Pasividad en la colmena

El hecho de llevar miles de años en las islas, significa que esta posible raza de abeja haya desarrollado una adaptación al medio excelente, y, por lo tanto, ofrece altos grados de producción de miel de calidad reconocida a nivel mundial . Su ausencia de agresividad es algo muy valioso en un territorio limitado como Canarias, donde resulta muy complicado habilitar explotaciones alejadas de los núcleos de población. Tras casi 200.000 años de perfecto equilibrio de estos insectos con el medio natural canario, los problemas comenzaron en los años 40 del siglo pasado, cuando la acción humana comenzó a introducir en las islas otras especies de abejas, pensando que eran más productivas y, por lo tanto, más rentables. La primera hibridación que se dio entre la abeja canaria y la italiana introducida fue tan agresiva que las fuentes periodísticas de la época aseguran que se tuvo que “prender fuego a las colmenas”.