La luz de las renovables tardará en alumbrar en Canarias
La Comunidad Autónoma de Canarias sigue, incluso en este mismo momento, con la luz apagada en el capítulo de energías renovables; o sea, que, pese a las decisiones adoptadas en tiempos recientes que han sido recibidas con optimismo por los gobiernos regional y estatal (sobre todo por el desbloqueo de inversiones previstas en eólica y la reinstauración parcial de la prima para este tipo de generación, más las ventajas en la aplicación del llamado impuesto al sol), las Islas hoy se hallan sin dar en la tecla perfecta que les permita salir del atolladero en el que se encuentran en relación con el uso de las energías renovables.
El colapso es bestial, y lo peor, ya dura más tiempo del debido. Los culpables, como casi siempre ocurre en los parones tan prolongados, responden a orígenes variados, aunque en este caso cobran especial relevancia las administraciones estatal y canaria.
Las Islas han dejado pasar muchos años sin hacer cosas de interés en el ámbito en cuestión, y por eso casi todo sigue igual. Nada cambia para mejorar de manera sustancial, que es justo lo que se observa en la realidad que dibujan los datos servidos por fuentes oficiales. En 2014, el último año con datos cerrados por Red Eléctrica de España (REE), la foto mostrada es idéntica a la de 2013, la misma que a su vez se conocía en ejercicios anteriores. Lo que rebota el espejo para Canarias es más de lo mismo, e incluso algo peor si se compara con lo que se aprecia en la Península.
Para reforzar estas afirmaciones, sólo basta con recurrir a la empresa mixta REE (aunque de control público) y sumergirse en los datos que ésta hace visibles en sus publicaciones oficiales, con la aportación de múltiples registros en el llamado Avance del informe sobre el sistema eléctrico español (2014).
Tal y como se recoge en ese compendio de estadísticas, Canarias sigue sin disparar chicha en el desarrollo de las energías renovables (eólica, solar fotovoltaica y térmica renovable, las que por ahora están en las Islas), pues, como se aporta en ese informe, en el Archipiélago la potencia instalada para la generación de energía eólica representa el 4,8% del total, con el 5,2% para la solar fotovoltaica (crece el 0,6% respecto a 2013, la única que lo hace) y el 0,1% en térmica renovable (en el régimen especial).
La suma de estas tres fuentes de generación catalogadas como limpias, las únicas presentes en el Archipiélago, al menos por ahora, da un valor relativo del 10,1%, lo que significa que en las Islas hay un dominio extremo de la producción eléctrica que trae contaminación (la conseguida con combustibles fósiles): ésta representa casi el 90% del global de la potencia instalada (en el régimen ordinario).
En Canarias, hoy en día casi toda la electricidad procede de quemar combustibles fósiles; esto es, fuel-oil, diésel o gasóleo, que el gas natural, pese a todo lo que se ha hablado y escrito sobre él, ni está ni en algunos casos se le espera, al menos en Gran Canaria, donde la implantación de una planta regasificadora cuenta, en principio, con más oposición política y ciudadana que en el sur de Tenerife.
La potencia instalada en Canarias para la generación de energías verdes es pírrica, pese a las condiciones naturales que reúnen las Islas, con muchas más horas de sol y mayor intensidad de calor que en latitudes más templadas y con vientos también apropiados para mover aerogeneradores. Pese a las bondades que ha concedido la naturaleza a las Islas, no ha habido crecimiento de las fuentes limpias de generación. El origen de tales desmanes está, sin lugar a dudas, en las políticas y las decisiones adoptadas en el seno de los gobiernos canario y español, los verdaderos culpables de que las bellas palabras y las buenas intenciones a día de hoy no se hayan traducido en megavatios por hora (mwh) de generación, de los buenos, de los reales, de los que se meten en la red para restar a los procedentes de los derivados del petróleo.
Diferencia consolidada
Con el 10% de potencia instalada en energías renovables a 31 de diciembre de 2014 (el último dato anual disponible), Canarias consolida su diferencia estructural respecto al sistema peninsular, donde la suma de la eólica, las solares térmica y fotovoltaica, y la térmica renovable da un porcentaje del 30% sobre el total (para ese único territorio y sin contabilizar la energía hidráulica); esto es, que la brecha ya es de 20 puntos, y ello pese a que en Península las condiciones para aprovechar el sol no son tan ventajosas como en las Islas, e incluso, y esto sólo en algunos aspectos, para el viento.
En la Comunidad Autónoma de Canarias, la potencia total instalada a 31 de diciembre del año pasado era de 3.208 megavatios, con 154 para generación eólica, 166 para solar fotovoltaica y sólo tres para térmica renovable. En hidroeólica hay 12 megavatios (El Hierro), y 0,5 en el resto de generación hidráulica.
La suma de los tres primeros valores absolutos representa el 10% del global de 3.208 megavatios, con casi el 90% restante atribuido a fuentes de generación vinculadas a los combustibles fósiles, sobre todo el fuel-oil, diésel o gasóleo, que el gas natural aún no se ha instalado en las Islas y tardará, si es que al final llega, unos buenos años en ofertarse (se previó tener la regasificadora de Tenerife para antes de 2014, pero en 2015 todavía no hay nada, ya con toda la empresa concesionaria de este servicio en las Islas, Gascan, en manos de la nacional Enagás).
Tras el análisis de todos esos datos relativos, se concluye que la España continental ya ha accedido a uno de los objetivos energéticos más recordados por los expertos: que al menos el mix de generación de un territorio posea una tercera parte de su potencia instalada en energía renovable, verde, limpia. Esto mismo es lo que ya ocurre en la parte continental, y lo que por ahora (tampoco será a medio plazo), por mucho que se hable de esta necesidad, no ocurrirá en las Islas, donde tal mix energético no existe, pues hay dependencia exclusiva de los combustibles fósiles, con el 90%, frente al 10% existente en renovables.
Marco poco cambiante
En relación con la situación que hoy afecta a las Islas sobre el binomio régimen ordinario-régimen especial, la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), entidad que agrupa en el Archipiélago a empresas privadas con intereses en la generación de energías verdes, sostiene que los costes extrapeninsulares de producción eléctrica se han disparado en los últimos años como consecuencia de no desarrollar las energías renovables. Por ello, se ha mantenido casi el 90% de la generación eléctrica local a través de combustibles fósiles.
ACER sostiene que es urgente para la región la implantación de más potencia de renovables, cuestión que “forma parte de la solución al déficit de tarifa actual (sobrecoste de 1.400 millones de euros por año que se compensa en la tarifa que pagan todos los españoles, en virtud de lo establecido en la ley estatal del REF), y no lo contrario, como se quiere hacer ver a las sociedades española y canaria”, subraya la citada organización sectorial.
Según advierte ACER, cuando REE presupuestó para 2013 el coste extrapeninsular de generación en las Islas, desde la asociación se comentó que “era urgente dotar a Canarias de una normativa que permitiese reducir los costes de forma drástica y rápida”, lo que sin duda guarda relación con el hecho de “incorporar de manera decidida las renovables al mix energético canario”.
30 megavatios más en 10 años
A lo largo de los últimos 10 años, en el Archipiélago sólo se ha instalado una treintena de megavatios para generar energía eólica, cifra ridícula en comparación con el éxito vivido en la Península, donde sí ha crecido de forma notable el parque de energías verdes. En este nítido fracaso canario, ha tenido mucho que ver la senda administrativa elegida por el Gobierno regional para asignar potencia: el concurso eólico. Esta vía ha resultado un absoluto fracaso y además ha sido anulada por los tribunales. Hoy ya se ha optado por otro proceso, la adjudicación directa. En las Islas, se aspira a disponer “de potencia renovable para generar el 30,6% de la energía eléctrica total en 2020”, en la línea del mix que plantea el nuevo Pecan.