Canarias comienza a recuperar la calma, pero queda extinguir el incendio de Gran Canaria
La desactivación de las alertas por fuerte viento y calima, así como el control de los fuegos que el domingo afectaron a Tenerife, hacen que en Canarias se recupere algo la calma, pero falta por atajar el incendio declarado el sábado en el noroeste de Gran Canaria y que ha entrado en la Reserva Natural Integral de Inagua.
Este fuego comenzó en la zona de Tasarte, en el municipio grancanario de La Aldea de San Nicolás, y ha afectado a unas 1.000 hectáreas y está sin controlar, debido a las fuertes rachas de viento y la presencia de calima, que además han demorado la llegada de helicópteros de otras islas y de dos hidroaviones de la península, según ha informado este lunes el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
Este incendio mantiene activos varios frentes pero el que más preocupa es uno de entre dos y tres kilómetros de longitud, porque podría extenderse hacia el este e interior de la isla -por la reserva de Inagua- a una zona en la que sólo es posible actuar por el aire debido a su difícil orografía, ha indicado el jefe del servicio técnico de Medio Ambiente del Cabildo grancanario, Luis Fernando Arencibia.
Como la calima comienza a retirarse será posible contar con esos helicópteros, así como con los dos hidroaviones Canadair que han salido de Torrejón de Ardoz (Madrid) y que está previsto que lleguen esta noche a Gran Canaria para incorporarse este martes a las labores de extinción.
A lo largo de este lunes, los vecinos evacuados la noche del pasado sábado ya han podido regresar a sus casas, primero lo han hecho los de Tasartico y esta tarde han vuelto los de Tasarte, según ha informado el Cabildo de Gran Canaria a través de su Twitter.
La situación climatológica ha sido tan dura en algunos momentos estos días en las islas que el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha manifestado este lunes que ha sido un fin de semana de “pesadilla” como consecuencia de la peor calima que se recuerda “en 40 años”.
Una calima que, según ha dicho a Efe el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Jesús Agüera, no se producía desde hace 30 años o 40 años, si bien recordó que el día de Reyes de 2002 se produjo una situación parecida pero con menor concentración de tierra en la atmósfera y disminución de la visibilidad.
Lo que sí ha mejorado es la operatividad en los aeropuertos, sobre todo en los de Gran Canaria, Tenerife Norte y Tenerife Sur, que este lunes han comenzado a funcionar pero con restricciones después de que la calima obligase a cerrarlos por falta de visibilidad, lo que afectó a más de 800 vuelos.
Esta situación de los aeropuertos ha obligado a muchas personas a pernoctar en ellos, ya que los hoteles carecían en muchos casos de habitaciones para albergarlas, y los ciudadanos perjudicados también se han quejado de falta de información en cuanto a retrasos y cancelaciones.
En cuanto a los fuegos que el domingo se produjeron en varios municipios de Tenerife, se han dado por controlados o extinguidos y las más de 700 personas que fueron desalojadas de sus viviendas y del Hotel La Quinta han regresado a sus aposentos.
Las condiciones meteorológicas adversas también han afectado a las fiestas del carnaval, y en particular al que se celebra en la capital tinerfeña, donde el Ayuntamiento decidió el domingo mantener los actos del Carnaval de Día.
Una decisión que ha sido criticada desde el PP y Ciudadanos, pues insisten que con una calima tan densa había peligro para los ciudadanos, y además reprochan que mientras en algunos municipios se luchaba contra el fuego en la capital tinerfeña hubiera festejos, algo que creen poco solidario.
Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, donde Ciudadanos apoya al PSOE, se dice que si se hubiese suspendido el Carnaval de Día eso hubiera provocado que muchas personas circulasen con sus vehículos por la autopista del norte de la isla, y con ello se hubiera ocasionado un caos porque la vía estuvo cortada durante horas y era necesaria para los vehículos de urgencias.
Ahora se harán evaluaciones de daños y se entrará en el debate político acerca de la conveniencia de suspender o mantener algunos actos, o si funcionaron las infraestructuras, pero en este caso nadie se ha quejado de las predicciones meteorológicas.
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