Clavijo pasa de afear al PSOE el gasto en conciertos sanitarios a anunciar derivaciones “sin complejos” a la privada
En la pasada campaña electoral, el actual presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, acusó al anterior Ejecutivo, liderado por el PSOE, de gastar “cada vez más” en conciertos con la sanidad privada y de “impulsar la privatización de la sanidad en las islas”.
El entonces candidato de Coalición Canaria (CC) reprochaba al pacto progresista su “incapacidad de gestión” y “falta de ideas” en el área con mayor presupuesto de la comunidad autónoma, más de 4.000 millones de euros, y haber basado su actuación en “contratar más servicios externos para dar una apariencia de normalidad”.
Más de cinco meses después de esas palabras, Clavijo ha anunciado este jueves durante un foro organizado por el periódico Canarias 7 que el gobierno que preside “no tendrá ningún complejo en concertar” servicios con la sanidad privada, justo lo que afeaba a los socialistas en una nota difundida en mayo.
“El servicio sanitario es público si lo paga el ciudadano”, ha dicho el presidente canario sobre la derivación de pacientes a las clínicas concertadas, “Lo que quiero”, ha agregado, “es que el ciudadano pueda elegir”, que disponga de “alternativas” cuando tenga que someterse a intervenciones quirúrgicas. “Esa es la justicia social que defendemos”, ha aseverado tras anunciar que el presupuesto de Sanidad se ampliará en 575 millones el próximo año.
Según recoge la agencia Efe, el líder de CC también aseguró en ese foro que la sanidad privada es “un reclamo importante para empresas que quieran operar en Canarias”.
Los últimos datos publicados por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), una fundación que aglutina a los principales operadores privados en el ámbito de la salud en España, apuntan que el peso de los conciertos descendió en los últimos años en la sanidad canaria. En 2021, con el PSOE al frente de la Consejería, representó el 7,3% del gasto total del Servicio Canario de Salud (SCS). En 2018, el último ejercicio completo de CC en el Ejecutivo regional, suponía el 9,3%. Es decir, dos puntos más.
El peso de los conciertos descendió en este periodo porque los presupuestos del SCS aumentaron de forma considerable mientras que el gasto en derivaciones a las clínicas privadas se mantuvo estable.
Cuando difundió la nota durante la campaña electoral, CC se basó en un informe difundido por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública que situaba a Canarias como la cuarta comunidad con mayor grado de privatización. Lo cierto es que desde que comenzaron a publicarse esos informes y hasta el año 2021, el Archipiélago y la Comunidad Valenciana se habían alternado en el último puesto. Además, el gasto en conciertos es solo uno de los indicadores analizados junto a otras variables como el porcentaje de personas con seguro privado de salud o el gasto de bolsillo en las clínicas privadas.
El antecedente de 2015-2019
CC y el PSOE ya protagonizaron un enconado enfrentamiento a propósito de la concertación sanitaria durante la IX legislatura (2015-2019). A principios de aquel mandato, la Consejería de Sanidad estaba en manos de los socialistas. Y, en concreto, de Jesús Morera, un neurocirujano que, entre otras actuaciones, se había propuesto acabar con la externalización del servicio de Medicina Nuclear en el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria.
Las rencillas no tardaron en aparecer. En agosto de 2016, el presidente Clavijo reunió a los gerentes de los hospitales públicos del Archipiélago y les ordenó recortar 50 millones de euros “sin importar dónde”, puesto que, según decía, se había detectado una desviación presupuestaria. Poco después, el entonces vicepresidente de la patronal de las clínicas privadas, el matemático José Manuel Baltar, decía en una entrevista en la cadena Ser que el problema de las listas de espera se solucionaba dando 16 millones de euros más a la sanidad privada.
Tres meses después, en diciembre de 2016, se consumó la ruptura del pacto de Gobierno de Canarias. Clavijo expulsó a los consejeros socialistas y como sustituto de Morera nombró, precisamente, a Baltar. La segunda mitad del mandato estuvo marcada por las duras críticas de los socialistas, y también de Podemos, por el aumento de la concertación de servicios sanitarios, en especial a la clínica de la que procedía el consejero de Sanidad, Hospitales San Roque. En esos dos años, el gasto en conciertos sanitarios se incrementó en un 11%.
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