Canarias vive el otoño más mortal desde que se instauró la democracia
Canarias está dentro del otoño más mortal desde que se recogen datos oficiales. Septiembre y octubre han sido meses malísimos y son los más mortales en sus respectivos periodos. Noviembre, además, sigue pintando mal. Así lo reflejan los datos que ha contabilizado el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), del Instituto de Salud Carlos III, que mide el exceso de mortalidad en España. La cifra es importante: 3.265 canarios han perdido la vida en este tiempo.
Eso sí, aunque el número podría estar algo inflado por el impacto de la segunda ola del coronavirus en el Archipiélago, vemos que si analizamos bien los registros anteriores las diferencias apenas varían. En septiembre de 2018 murieron en las Islas 1.179 personas. Este año ese número ha ascendido un poco hasta alcanzar los 1.191. Y en octubre de 2019, en otro caso más reciente, fallecieron 1.381 personas, 82 menos que ahora. A nivel nacional la disparidad es más notable pero el resultado es el mismo: septiembre, octubre (y muy probablemente noviembre) culminan el otoño más trágico desde que tenemos datos oficiales.
Canarias ya notificó algo parecido en agosto. Ese mes se alcanzaron las 1.254 muertes. El siguiente, septiembre, arremetió con menor fuerza: 1.191. Y en octubre el dato se ha elevado a las 1.463. Que la pandemia haya tenido mucho o poco que ver es una cuestión difícil de clarificar. Lo único que se pueden aportar son datos y realidades. El Archipiélago ha lamentado en estos dos meses y medio 156 fallecidos por el virus. Es un número lo suficientemente alto como para alterar el registro de mortalidad porque no solo hay que tener en cuenta la gente que muere por la pandemia, sino también aquellos pacientes que no han podido ser atendidos debido a la saturación en los hospitales.
Tanto el Hospital Dr.Negrín como el Hospital Insular, los dos de Gran Canaria, acumularon altas tasas de ocupación en UCI. Quizá no tan extremas como las que indica el semáforo de riesgo del Ministerio de Sanidad, pero hay que recordar que se trata de una enfermedad nueva, con la que no se contaba. Eso ha cargado a los centros sanitarios más de lo que las cifras pueden reflejar y ha alargado las listas de espera como pocas veces se ha visto.
En los meses de marzo y abril, en pleno estallido del virus, las Islas contabilizaron 2.650 muertes. El exceso de mortalidad fue notorio, sobre todo entre las semanas del 16 de marzo y el 6 de abril, las peores en toda España. Si la avalancha de muertes en ese periodo fue mayor o menor que en la segunda ola no se puede aclarar ya que ambas curvas han trazado líneas distintas. La primera ola subió y bajó muy rápido. A mitades de abril apenas se estaban detectando casos de COVID en las Islas y podríamos decir que desde mayo la transmisión comunitaria del virus era inexistente. Eso en esta ocasión no ha ocurrido. Canarias no ha aplanado del todo el goteo diario de contagios y registra desde octubre una media de mínimo 100 casos al día. Tenerife, que monopoliza las cifras, ha sumado siete nuevos muertos por la enfermedad este martes. Es el día más negro desde abril.
Ya sea por Gran Canaria en un principio, o Tenerife ahora, que el Archipiélago siga contabilizando un mínimo de 100 contagios diarios seguirá derivando en registros como este último. Y seguirá andando muy lejos de los 25 casos (por 100.000 habitantes) en los últimos 14 días que marcó Pedro Sánchez como objetivo para mantener a raya la COVID-19.
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