El Rey no abdica

Así titulaba Jaime Peñafiel su libro publicado en 2010 sobre Juan Carlos de Borbón y Borbón. Parece que, finalmente, el profeta de todo lo relacionado con la Casa Real se ha equivocado. Es noticia, Juan Carlos I de España ha abdicado.

Minutos después de conocer la decisión, ya se abría el debate en las redes sociales: ¿debería España caminar hacia una república?, o lo que es más importante, ¿debería la ciudadanía de este país poder elegir cuál quiere que sea sumodelo de estado?

A lo largo de estos días, ha quedado bastante claro que no va a haber ocasión de plantear estas cuestiones. Tanto el gobierno como la Casa Real han hecho oídos sordos a las peticiones de referéndum de partidos como Equo, Izquierda Unida y Podemos ,o de organizaciones como Juventudes Socialistas de España. Los españoles y las españolas no vamos a poder opinar.

Muchos medios internacionales parecían no entender nada. Las imágenes de las concentraciones multitudinariasen decenas de ciudades de España recorrieron el mundo. ¿Cómo es posible que se pueda imponer un jefe de estado que provoca semejante descontento en una considerable parte de la población? Pues es posible, real y está pasando.

En un país de larga tradición democrática como es EE.UU., aunque no me guste ponerlo como ejemplo de manera habitual, el partido conservador se llama Partido Republicano y he ahí el quid de la cuestión. Mientras en España se da por hecho que la derecha tiene que ser monárquica, el resto del mundo avanza a años luz de nosotros y nosotras.

Solo me queda añadir, de una forma más personal, que democracia y república tienen que ir de la mano. No únicamente por el hecho de que poder elegir al jefe o jefa de estado sea evidentemente preferible a una monarquía impuesta, sino porque la república lleva asociados profundos valores democráticos y de igualdad.

No quiero que se me malinterprete. Está totalmente claro que el reinado de Juan Carlos I ha sido crucial en época de transición. Siempre he reconocido su reinado, que ha estado lleno de luces y, también, de sombras.

Ya somos una democracia asentada y estable en la que es razonable, además de necesario, comenzar a hablar dereforma constitucional y, por supuesto, de república.

Alejandro Suárez Domínguez es secretario de Participación, Redes e Innovación de Juventudes Socialistas de Las Palmas de Gran Canaria.