Los jefes de la Policía Local de Santa Cruz desobedecieron a la alcaldesa y a sus concejales antes del cambio de gobierno
Los jefes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife no esperaron a que prosperara la moción de censura del pasado 13 de julio. Antes de esa decisiva votación ya desobedecían las órdenes que emanaban del concejal, del director de Seguridad y de la todavía alcaldesa, Patricia Hernández, del PSOE. Ambos designaron escoltas a concejales que todavía estaban en la oposición y se negaron en dos ocasiones consecutivas a abrir las puertas del Ayuntamiento mientras se debatía la moción de censura para que los abucheos de los manifestantes que había en la calle no interrumpieran el discurso del que a la postre fue designado alcalde, José Manuel Bermúdez, de Coalición Canaria.
Evelyn Alonso, la concejala de Ciudadanos expulsada del partido y la primera tránsfuga oficial en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, disfruta de escoltas de la Policía Local de la ciudad desde el día mismo en el que tomó posesión como concejala en sustitución del dimitido Juan Ramón Lazcano, exactamente el 26 de junio pasado. La decisión la tomó la comisaria Carmen Delia González, la jefa de más alta graduación en el cuerpo, que desde abril pasado estaba expedientada por el Ayuntamiento por haber participado en pleno confinamiento del estado de alarma en una fiesta de despedida de un agente, un acto que entonces estaba expresamente prohibido. La comisaria González, militante de Coalición Canaria, partido con el que ha sido concejala y alto cargo del Gobierno canario, fue en ese momento rebajada del grado de comisaria principal y retirado su complemento salarial correspondiente. Pero en rigor siguió siendo la jefa de la Policía Local y desoyendo las instrucciones que se le cursaron para que las decisiones ajenas a la gestión normal del servicio las consultara previamente con sus superiores políticos.
A ella y al subcomisario Blas Hernández se dirigen estos días las acusaciones de los partidos de la oposición, particularmente del PSOE, por haber actuado como “la policía de Coalición Canaria”, no solo a espaldas de sus superiores jerárquicos, sino incluso desobedeciendo sus instrucciones y sus órdenes.
La decisión de poner escoltas a Evelyn Alonso fue conocida después del cambio de gobierno. Fuentes policiales han confirmado a este periódico que la concejala no adscrita, a la que se le han atribuido las responsabilidades precisamente de Policía Local, se le han designado dos escoltas que se alternan en los servicios. Pero en ocasiones acuden juntos a acompañarla a actos cuando estos se celebran fuera de las dependencias policiales.
Evelyn Alonso se ha convertido de este modo en la primera concejala de la oposición en disfrutar de esta protección y en la segunda persona que no ocupa la alcaldía y que tiene escoltas. El primero fue el exconcejal popular Ángel Llanos, que en 2007 exigió tener la misma protección del entonces alcalde, Miguel Zerolo, una vez firmó con él el acuerdo de gobierno.
Según relata el exconcejal de Seguridad, Florentino Guzmán, del PSOE, los servicios de escolta fueron decididos sin consultar ni con él ni con la alcaldesa, sin someterlos a los preceptivos informes internos (entre ellos el de los servicios jurídicos) y sin la autorización de la Subdelegación del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife.
Pero si la designación de escoltas ha sido criticada por los partidos hoy en la oposición, la actuación de los dos máximos responsables orgánicos de la Policía Local durante el pleno del pasado 13 de julio, donde se debatía y votaba la moción de censura, es objeto de muy duras acusaciones. En concreto resaltan que ambos mandos desobedecieron sistemáticamente las órdenes del concejal de Seguridad, de la todavía alcaldesa y del secretario de la Corporación. Todos ellos les indicaron que debían dejar abiertas las puertas del Ayuntamiento a pesar del ruido procedente de la calle, donde se concentraban un par de centenares de personas que gritaban y consignas contra los partidos censurantes: Coalición Canaria, el Partido Popular y la concejala Evelyn Alonso.
Según el relato de testigos presenciales, las puertas de la institución debían estar abiertas por tratarse de un pleno público, pero los mandos solo accedieron a cumplir las órdenes cuando se las cursó el presidente del pleno, elegido por ser el concejal de mayor edad, José Sabaté, precisamente quien, en calidad de concejal de Recursos Humanos, destituyó de su cargo de comisaria principal a la jefa Carmen Delia González cuando se le expedientó por su fiesta durante el confinamiento.
La comisaria Carmen Delia González no ha querido comentar nada con este periódico y se ha remitido a un comunicado que emitirá el Ayuntamiento de Santa Cruz.
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