El viernes comienza la cuenta atrás para el desalojo del cuartel de Hoya Fría en Santa Cruz
El viernes 16 de octubre comienza la cuenta atrás para proceder al desalojo del cuartel de Hoya Fría en Santa Cruz de Tenerife. Y es que exactamente un año después culmina la última prórroga del contrato de arrendamiento otorgada por los propietarios de los terrenos, la familia Rodríguez López.
Éstos han permanecido durante estos días en Madrid con el fin de entablar negociaciones con el Ministerio de Defensa, pero lo cierto es que no se acaba de cerrar ningún acuerdo, pese a que la familia ha mostrado su “disposición y buena voluntad absoluta” para que las negociaciones lleguen a buen puerto.
Los propietarios se ha dirigido también al Cabildo y al Ayuntamiento con el fin de conocer en qué situación se encuentran los ambiciosos planes para llevar a cabo las actuaciones previstas para esta bolsa de suelo. La más llamativa, sin duda, es la ejecución de la conocida como Ciudad Sanitaria que prevé la ejecución de un enorme complejo hospitalario pero también se contempla la construcción de dos mil viviendas e infraestructuras importantes como el tren del sur.
Pero lo cierto es que ninguna de las partes parece mostrar la voluntad de negociar. Ni las instituciones, ni Defensa. El Ministerio ha trasladado a la familia que en estos momentos no saben qué ocurrirá con el destacamento militar que está en la zona. Desde hace años se ha planificado concentrar los dispositivos en Los Rodeos, sin embargo no se ha movido ni una piedra y el plazo de un año parece muy ajustado para cumplir con el ambicioso proyecto. Entre otros problemas, los militares se enfrentan a la oposición del Ayuntamiento de La Laguna y de los ganaderos por la pérdida de un suelo agrícola muy productivo.
“Incertidumbre, esa es la sensación con la que salimos de las reuniones que hemos llevado a cabo en Madrid. El Ministerio no sabe qué hacer y ni asegura que se vaya a quedar en Hoya Fría, ni que vaya a abandonar el cuartel”, indica el portavoz de la familia. El escollo no parece ser de tipo económico, sino simplemente que cumplido el plazo de cuatro años y otros tres de prórroga, el Ejército da la impresión de ser incapaz de tomar una decisión. “Hemos iniciado la cuenta atrás, porque justo dentro de un año tendrán que irse. No podemos hacer más”, indican desde la familia.
El acuerdo firmado en 2009 se prorrogó de forma sucesiva, por lo que a finales de 2014 se iniciaron las negociaciones para renovarlo. Desde el punto de vista económico al ejército le resulta más beneficioso construir una nueva base militar en un terreno propio que seguir en Hoya Fría, donde cada año tienen que pagar alrededor de 200.000 euros por ocupar los cerca de doscientos mil metros cuadrados.