La aportación pública del Gobierno al Racing se negocia a puerta cerrada
Han pasado exactamente cinco años desde que el futuro del Racing se sellara en la sede de Credit Suisse de Zúrich. El 28 de enero de 2011 se concretó la venta del equipo de fútbol al supuesto magnate indio Ahsan Ali Syed con el beneplácito del Gobierno de Cantabria que presidía el regionalista Miguel Ángel Revilla. Aquella operación y las consecuencias posteriores provocaron, entre otras cosas, la imputación de los consejeros Ángel Agudo (PSOE) y Francisco Javier López Marcano (PRC), además de arrastrar a la entidad verdiblanca hasta una de las etapas más turbulentas de su centenaria historia.
Un lustro después y con una deuda millonaria a sus espaldas, el club cántabro busca ahora su supervivencia por el camino más corto: el apoyo económico de las instituciones públicas volverá a ser decisivo para evitar una liquidación que siempre está sobre la mesa. La negociación entre los dirigentes racinguistas y el Ejecutivo autonómico está en marcha desde hace meses, prácticamente desde que se produjo el cambio de Gobierno, y las reuniones al más alto nivel se siguen produciendo sin ninguna explicación al respecto.
En este contexto se enmarca el encuentro que ha mantenido este jueves el presidente del Racing, Manolo Higuera, con los responsables de Economía, Juan José Sota; Turismo, Francisco Martín, y Deportes, Ramón Ruiz, en la sede del Ejecutivo en Peña Herbosa. Una reunión a la que también iba a acudir el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que excusó su presencia en el último momento, y de la que ni Racing ni Gobierno han dado ningún tipo de difusión.
De hecho, ambas partes guardan silencio sobre las claves de un acuerdo que podría dar aire al Racing pero que sería muy difícil de justificar ante la opinión pública para el bipartito PRC-PSOE dados los antecedentes y teniendo en cuenta la sensibilidad de los ciudadanos ante la situación de emergencia social que vive Cantabria.
En realidad, lo que se está negociando es la fórmula, porque fue el propio Revilla el que se comprometió poco después de lograr su investidura a “ayudar en todo lo posible al Racing”. La institución que dirige Higuera busca una inyección económica cercana a los diez millones de euros para solventar sus problemas con la Agencia Tributaria -su deuda roza los nueve millones, tal y como reflejó el listado de morosos de Hacienda- a través de un patrocinio publicitario.
Entre las posibilidades que se manejan está utilizar el poder mediático del fútbol para promocionar uno de los ejes turísticos a los que se agarra el Gobierno bipartito para esta legislatura: el Año Jubilar Lebaniego 2017 podría acabar en la camiseta del Racing o dando nombre incluso al propio estadio de El Sardinero.
En concreto, Revilla ha repetido en varias ocasiones que “el Gobierno quiere hacer una difusión especial del Año Jubilar Lebaniego 2017 y el Racing podría formar parte de esa promoción”, una labor que, además, tendrá “un compensación económica en los próximos presupuestos”.Y de paso, según reconoció en una entrevista en Onda Cero, ese patrocinio del Ejecutivo con el Racing podría servir para que alguna entidad bancaria otorgue crédito al equipo verdiblanco “para que pueda saldar la deuda con Hacienda”.