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José Ramón Blanco: “Sería un éxito que se apliquen nuestras políticas, ser decisivos”

José Ramón Blanco, candidato de Podemos a la Presidencia de Cantabria.

Laro García

El líder de Podemos en Cantabria nació en Santander hace 38 años y lleva una 'legislatura' en la política activa. Exactamente, el tiempo transcurrido desde el 15 de mayo de 2011, cuando dio un giro a su vida. Se confiesa un indignado más que abrió los ojos el 15M y que sigue subido en la misma ola que le hace pensar que puede cambiar las cosas. Recién elegido secretario general de Podemos en la comunidad autónoma, después de un proceso interno que define como “complicado”, este programador informático aplica sus conocimientos en el negocio familiar. “Como la investigación, el desarrollo y las nuevas tecnologías en Cantabria están como están, no pude dedicarme a ello. Mi padre siempre me dijo que estudiara lo que quisiera pero que por las tardes aprendiera el oficio. Siempre se lo agradeceré. Soy joyero profesional, artesano de toda la vida y, aunque está mal decirlo, estamos a la vanguardia en diseño”, dice en el taller en el que recibe a eldiario.es. Un trabajo al que roba tiempo para componer un equipo y un programa electoral que deben confirmar a Podemos como el partido revelación el próximo mes de mayo. Accesible, cercano y muy realista, confiesa el objetivo es “influir” para transformar la política cántabra.

Ha llegado a la política tradicional a través de la política real, en la calle y en los movimientos sociales. ¿Cómo ha sido su trayectoria a lo largo de este tiempo?

Mi llegada a la política tradicional, tal y como la conocemos, fue a raíz del 15M. Hasta ese momento participaba, como cualquier ciudadano, en manifestaciones y protestas, con una tendencia ideológica progresista. También había colaborado en la Junta Vecinal de mi pueblo, de Cosío, pero nada serio comparado con todo lo que ha venido después. El 15M supuso un despertar en mí. Estuve en un segundo plano hasta que surgió la iniciativa de Julio Anguita y el Frente Cívico Somos Mayoría. Ahí sí me involucré. De unas jornadas sobre vivienda surgió la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Santander. Recogimos firmas para presentar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) entre cuatro o cinco personas y logramos casi 4.000 en unos días. Vimos esta necesidad y creamos la PAH. Desde entonces, no he bajado la intensidad. En Podemos entré desde el primer momento, desde que Pablo Iglesias lanzó el proyecto. Lo que he vivido en la plataforma me ha marcado para dar este paso. Que semana tras semana estemos viendo los mismos problemas con diferentes familias, siendo algo que se puede solucionar políticamente, me hizo reaccionar. Eso me impulsó a intentar entrar dentro de las instituciones para provocar un cambio. Los que están no lo han hecho. Esa misma lógica la aplico a todo lo demás. Podemos hablar de la hepatitis C o de cualquier otra cosa. Los que hemos estado 'indignados' debemos entrar en las instituciones para devolver el poder a los ciudadanos. Suena muy retórico, pero creo en ello.

¿Ha evolucionado mucho la militancia de Podemos desde que se produjo el éxito de las elecciones europeas, que marcaron un punto de inflexión para su partido?

Antes de las elecciones europeas, los que formábamos parte de Podemos compartíamos una procedencia, veníamos de los movimientos sociales, de la protesta en la calle. Éramos los de siempre. A raíz de las elecciones europeas cambió todo. Empezaron a llegar antiguos votantes del PSOE o del PP, que han comprobado que existen otras formas de hacer política. La gente ha cambiado muchísimo. Ahora hay de todo.

¿Elegir a la dirección del partido ha dejado muchas heridas internas?

Es un proceso complicado y, sobre todo, muy largo. Era necesario, para que todo el mundo pueda participar, pero ha sido cansado. Nos ha valido de experiencia para los procesos que llegan a partir de ahora. Hemos cogido rodaje, hemos recorrido Cantabria para presentar el partido. Nuestro lema es “gente normal haciendo política”. Por eso hemos dedicado mucho tiempo y seguimos en esa dinámica.

¿Y han superado las diferencias que han quedado patentes en campaña?

Yo creo que sí. He hablado con los compañeros que iban en otras listas y la disposición es total. ¿Se han abierto pequeñas heridas? Sí. Estos procesos internos generan estas discrepancias. A veces nos lo tomamos como una confrontación mayor que la que es, porque las diferencias entre los tres aspirantes a secretario general eran mínimas. Esa rivalidad que se ha creado en este proceso era por falta de experiencia. No te voy a mentir y es lógico que haya todavía un poco de tensión, pero esas cosas se van a disolver. Lo estoy viendo ya.

¿Cómo van a confeccionar las listas al Parlamento de Cantabria?

El Consejo Ciudadano se va a centrar en el programa electoral. Ya estamos trabajando en ello para empezar a lanzar propuestas. A partir de ahí, iremos incorporando las ideas de movimientos sociales, sindicatos y organizaciones profesionales en el programa de Podemos. Le damos mucha importancia a esta fase. Los que salgan en las primarias serán los que defiendan ese programa electoral. Como dice Julio Anguita: programa, programa y programa. Esas promesas deben ser realistas.

¿Las elecciones autonómicas y municipales llegan demasiado pronto para Podemos o son un impedimento para alcanzar el poder a nivel nacional?

Yo creo que no. Podemos no se presenta a las elecciones municipales, pero las autonómicas nos darán un rodaje para la cita verdaderamente importante que está en Madrid. Tenemos calculados bien los tiempos. Quedan 100 días, los mismos que dijo Ignacio Diego que iba a necesitar para arreglar Cantabria… [Risas].

¿Con qué aspiraciones se presentan a las elecciones de mayo?

No puedes hacer mucho caso a las encuestas. No soy de los que se fía de ellas. Todos sabemos que se cocinan al gusto de los que las encargan. Lo que sí te digo es que en Cantabria vamos a entrar en el Parlamento con fuerza, no minoritariamente. El número de diputados me da igual. Sería un éxito que se apliquen nuestras políticas, ser decisivos. Queremos influir para poder cambiar las políticas de vivienda, de empleo, de industria… Con un diputado no sirve. ¿Con siete u ocho? Sí, por supuesto.

¿Es una predicción realista?

Por supuesto que no. [Risas].

Pero para poder intervenir hay que pactar. ¿Podemos está abierto a cualquier tipo de alianza?

Más que pactos para gobernar, para repartir los puestos, lo que nos interesa es solucionar los problemas que sufrimos todos. Venimos muchos de la PAH. Un pacto por la vivienda en Cantabria, por ejemplo, por supuesto. Sin siglas. Quien quiera solucionar el problema de la vivienda, ahí va a tener a Podemos siempre. Los pactos, además, no nos competen a nosotros. Lo consultaremos siempre a los inscritos.

Se critica mucho la indefinición ideológica de Podemos, aunque sus propuestas o sus posicionamientos están en la izquierda.

Sí. Tradicionalmente, lo cómodo es el centro político. Nosotros no queremos que nos posicionen ahí, en ese juego, que lo llamen como quieran. Creemos que hay que superar las izquierdas y las derechas. Muchos venimos de las plazas del 15M donde se decía claramente que somos los de abajo contra los de arriba. Eso lo llevamos en Podemos porque creemos en esa transversalidad. Cuando van a desahuciar a una familia no le preguntan si ha votado al PP, si ha votado al PSOE, si era de UGT o de Comisiones Obreras. Te echan y punto. Todos sabemos de dónde viene Pablo Iglesias y no lo ha negado nunca. Ni él ni muchos otros compañeros.

Si buscan mayorías para cambiar las políticas, ¿por qué no participan en una confluencia si las diferencias son muy pequeñas?

Se hablará. Tenemos que empezar a hablar y a rodar. Aunque la voluntad es presentarse como Podemos Cantabria, si los inscritos apuestan por esa confluencia real, se hará. También hay mucha gente enrocada en sus propias siglas. Cuando surgió Podemos, Pablo Iglesias lanzó la posibilidad de integrar una lista conjunta con Izquierda Unida en las elecciones europeas y no salió. Nuestra línea sigue siendo la misma. Hay distancias.

¿Y cuáles son las prioridades que desean abordar en su programa?

Hay que atacar por todas partes. Queremos recoger muchas de las quejas que nunca se han tomado en serio. Por ejemplo, que el empleo no sea una prioridad en los presupuestos con la actual situación creemos que es un error. El modelo en Europa es muy diferente al que tenemos en España. No hay medios. En sanidad, muy parecido. Una de las vías que debemos afrontar es volver atrás todas estas políticas de privatización encubierta que se han realizado. Nos están engañando. En educación, en servicios sociales, en vivienda, en medio ambiente… Hay competencias suficientes en Cantabria para cambiar las cosas.

No es lo mismo hacer una crítica de lo que está mal que hacer propuestas en positivo. ¿Están preparados para dar ese salto?

Por supuesto. Nuestro programa electoral no va a ser una crítica, como pudo ser el europeo, que se hizo como se hizo. Van a ser propuestas, propuestas y propuestas. Nos estamos reuniendo con agentes sociales de todas las ramas para recoger sus preocupaciones.

¿Y son capaces de hacer autocrítica? Hasta ahora, muchas de las respuestas de Podemos ante problemas internos han sido muy parecidas a las que dan los partidos tradicionales…

Hemos visto fallos en los procesos internos y los estamos corrigiendo. En algunos casos, como con Íñigo Errejón, ni siquiera había nada que criticar. Con Monedero, parece humo.

¿Y por qué no sale el primer día y lo explica?

Igual es un fallo de comunicación, esa inocencia de un partido que nació hace un año. Hay fallos, está claro.

¿Si se demuestra que Monedero incumple el código ético debe salir de Podemos?

Yo creo que sí. Es un código ético que hemos hecho entre todos y que todos los que estamos ahí hemos firmado. Pone cosas muy concretas. Si ha cometido una irregularidad, debería salir. Pero creo que son ataques sin nada detrás.

¿Se ve como candidato a la Presidencia del Gobierno de Cantabria?

Sigo pensando lo mismo. No tengo ni idea. Necesito descansar y ver todo lo que viene por delante. Nadie está dando ese paso todavía. Me lo estoy pensando. Es cierto que me están animando muchos compañeros, pero de momento lo que quiero es echar a andar esto. Primero vamos a hacer el programa.

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