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ENTREVISTA
Fernando Villoria, responsable en Cantabria de la Asociación contra la Soledad No Deseada

“La soledad es una de las grandes pandemias del siglo XXI y se agravará en el futuro en una sociedad cada vez más envejecida”

Fernando Villoria, presidente en Cantabria de la Asociación contra la Soledad No deseada.

Javier Fernández Rubio

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En España se calcula que aproximadamente uno de cada cuatro hogares está habitado por una sola persona. El corolario de esta independencia es la irrupción de la soledad no deseada, un fenómeno que ya está haciendo reaccionar a las sociedades ante los problemas psicológicos y sociales que está produciendo. Los países nórdicos fueron pioneros hace décadas con la Suecia de Olof Palme a la cabeza. Pero los estragos no dejan de extenderse. En Reino Unido y en Japón ya se han creado Ministerios para luchar contra ella. Y en España, Asturias ya dispone de un plan institucional, el Justicia de Aragón elabora informes y los ayuntamientos de Madrid y Barcelona disponen de iniciativas contra la soledad.

La sociedad civil también pone en pie estructuras para la concienciación de esta “pandemia”. En Cantabria, desde hace lustros, Unate-Universidad Permanente es beligerante contra la soledad no querida, sobre todo por mayores y mujeres. Y, más recientemente, la Asociación contra la Soledad No deseada acaba de abrir Delegación en Cantabria y tiene al exdirector médico del Hospital Valdecilla, Fernando Villoria, como delegado.

La Asociación contra la Soledad está presidida por Lázaro González y tiene como presidenta honoraria a la exministra socialista Matilde Fernández. Esta organización nacional, que se ramifica por las autonomías, tiene un enfoque más institucional, es decir, busca hacer reaccionar a las instituciones para que intervengan contra lo que en apariencia parece ser un lujo, como poder llevar una vida independiente, pero acaba siendo un problema.

Fernando Villoria Díez, médico jubilado, natural de Santander, estudió la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona y la especialidad de Anatomía Patológica en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. Con posterioridad cursó un Máster en Dirección de Hospitales en la Universidad de Cantabria. Sus inquietudes profesionales han sido la clínica como patólogo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, la gestión de hospitales como director médico de dicho hospital y también la seguridad del paciente y la calidad asistencial. Ha sido responsable de calidad asistencial en el Servicio Cántabro de Salud.

¿La soledad es un problema de sociedades ricas?

La soledad es uno de los retos sociales y sanitarios más importantes de este siglo XXI. Está causada por el aumento de la esperanza de vida, las nuevas formas de convivencia, y los cambios en los modelos de familia, el despoblamiento rural, etc. La soledad no deseada afecta a todos los grupos sociales, edades y sexos, pero las estadísticas evidencian que la prevalencia es alta entre las personas mayores y sobre todo mujeres. No obstante, no es un problema de ricos. Afecta a todos, solo que los ricos se defienden mejor por disponer de más recursos.

¿Qué es la Asociación contra la Soledad No Deseada? 

La soledad constituye uno de los mayores riesgos para el deterioro de la salud de las personas y un factor que favorece caer en la dependencia. Lo dice la Organización Mundial de la Salud. Es una de las grandes pandemias del siglo XXI y se agravará en el futuro en una sociedad cada vez más envejecida. La Asociación contra la Soledad No Deseada se centra en combatir la soledad de miles de personas que sufren este grave problema en España, con una importante presencia de mayores y mujeres. Nuestra misión persigue la creación de una red de organizaciones e instituciones que trabajen juntas en este objetivo común: luchar contra la soledad no deseada. 

¿Quién constituye la Asociación?

Nuestra Asociación es una organización plural constituida por personas independientes y heterogéneas que compartimos valores de convivencia, solidaridad y participación comunitaria como el mejor camino para construir una sociedad cohesionada en la que ninguna persona se sienta sola o abandonada.

No es un problema de ricos. Afecta a todos, solo que los ricos se defienden mejor por disponer de más recursos

¿Cómo cabría actuar contra la soledad no deseada?

Los objetivos de nuestra asociación, para combatir la soledad no deseada, son disponer de datos de la distribución y características de la soledad, crear una conciencia social y, por último, influir en la sociedad para encontrar soluciones .Pretendemos crear una conciencia social para ayudar a las personas que lo necesitan y queremos involucrar a las administraciones públicas y privadas, organizaciones sociales, sindicatos, CEOE, voluntariado, y en especial a los ayuntamientos, que están más cerca de los ciudadanos, para que promuevan acciones preventivas y contra la soledad no deseada.

¿Y cuál es el papel de las administraciones?

Las administraciones no están luchando contra la soledad porque desconocen la magnitud de su existencia. No tienen datos ni evidencias. Por eso nuestro objetivo es contribuir a que todos seamos conscientes de que la soledad existe y que está oculta en muchos casos por la vergüenza que sienten los que la sufren. 

¿Por qué sentir vergüenza?

Este es un problema muy encriptado. Las personas no cuentan que están solas; cuentan que les duele una muela, pero no el alma. ¿Por qué? Hay un estigma, se ve como una miseria y se oculta. Queremos luchar contra el estigma y decirle a la gente que no pasa nada por contarlo y queremos también decirle a la Administración que haga algo.

Volviendo a las instituciones, ¿la soledad es solo un problema de asistencia social?

Queremos contactar con las instituciones públicas para que desarrollen y apoyen programas de prevención y de atención a las personas que sufren soledad. La soledad no es solo un problema de asistencia social. Queremos, por ejemplo, que las personas puedan estar en su casa y que no ingresen en una residencia hasta el último minuto. Una residencia de mayores es el último recurso. Necesitamos que los ayuntamientos y gobiernos autonómicos sean capaces de ayudarnos a vivir en nuestra casa, aunque estemos viviendo solos, con atención domiciliaria y teleasistencia. Hay que desinstitucionalizar, como recomienda en un informe la Unión Europea. Y en último término, si tenemos que ir a una residencia, queremos que esté situada en el núcleo urbano, y no en un descampado.

¿Puede señalarme alguna acción institucional que se esté llevando a cabo y que le llame la atención?

El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal de Cantabria, por ejemplo, ha promovido paseos de grupos de personas, excursiones en grupo dos veces a la semana para fomentar la convivencia y el ejercicio físico. Se llaman las 'tortugas' y las 'liebres' dependiendo de su velocidad y no fallan todas las semanas, llueva o no.

¿La soledad no deseada tiene remedio?

Nunca se acabará. Se puede combatir, pero no se acaba. Es como el virus. Hay que aprender a vivir con él.

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