ENTREVISTA

“Las empresas de Economía Social son las garantes de ese futuro mejor que todos queremos para las generaciones venideras”

“Las empresas de Economía Social son un claro ejemplo de como otra forma de hacer empresa es posible” ya que “combinan la eficiencia empresarial con la responsabilidad social y la sostenibilidad”. Esta es una de las principales conclusiones que comparte con eldiario.es de Castilla-La Mancha Felipe Hernández Perlines, profesor y catedrático en la Universidad de Castilla-La Mancha y una de las personas más especializadas en economía social de la región. 

Recorremos junto a Hernández, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y docente en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, algunas de las principales características de un modelo empresarial con “un largo recorrido”.

Las empresas de la Economía Social han logrado competir en el mercado y ofrecer rentabilidad defendiendo “la sostenibilidad, la solidaridad, la igualdad, la corrección de las desigualdades sociales y territoriales y la generación de un empleo estable, de calidad e inclusivo”. 

Tal y como recuerda Hernández, “en Europa siguen este modelo más de 2,8 millones de empresas que dan empleo a más de 14 millones de personas. Según datos de la Confederación de Asociaciones de Economía Social de Castilla-La Mancha, en nuestra región hay 990 entidades de Economía Social, que asocian más de 174.000 personas, dan empleo a más de 21.000 personas, siendo su cifra de facturación en torno a 2.850 millones de euros”. 

La Economía Social, el modelo más adecuado para “la excelencia empresarial”

“La crisis sanitaria está afectando a todo tipo de empresas, independientemente del tipo que sean”, reconoce Hernández. Sin embargo, las basadas en la economía social cuentan con ventajas que las fortalecen independientemente del contexto económico global. Por ejemplo, “aúnen esfuerzos para así contar con mayores recursos y ser más eficientes y eficaces”. En esta línea, el éxito de la economía social viene asegurado por su modelo participativo, el más adecuado para “la excelencia empresarial”. 

Entre las ventajas del modelo cabe destacar que sus éxitos se traducen en éxitos para el conjunto de la ciudadanía, sobre todo aquella mayoritariamente rural como es el caso de la castellanomanchega. “Las empresas de economía social generan riqueza en muchos de los pueblos de Castilla-La Mancha: en más de un tercio de los municipios hay una cooperativa, lo que supone crear riqueza y fijar la población”. 

Según el catedrático, aunque estas entidades “tienen beneficios fiscales y pueden recibir subvenciones por ser un modelo protegido en la propia Constitución”, también se encuentran con algunos inconvenientes durante el desarrollo de su actividad. 

“Cuando en una cooperativa hay muchos socios puede ser difícil llegar a acuerdos”, añade Hernández. “En otras ocasiones, la actividad de las empresas de economía social está sometida a una gran rigidez, por ejemplo, el poder contratar con trabajadores no socios, o por realizar actividades con terceros no socios, etc”. 

“La Economía Social será la gran transformadora del modelo económico y social de Europa en los próximos años”

A pesar de las múltiples líneas de investigación sobre la economía social, la Universidad de Castilla-La Mancha no cuenta con una oferta formativa especializada en este modelo empresarial. Aún así Hernández recuerda que son muchas las personas especializadas que fomentan estos estudios a través de conferencias, seminarios o jornadas. 

Ganar visibilidad y difusión entre el conjunto de la ciudadanía es uno de los principales retos de la economía social que, a pesar de las dificultades, se presenta como “el tipo de empresa que mejor se adapta a los nuevos planteamientos... Las empresas de Economía Social son los garantes de ese futuro mejor que todos queremos para las generaciones venideras” y, por lo tanto, “serán las grandes transformadoras del modelo económico y social de Europa en los próximos años”. 

Sus beneficios económicos y sociales, así como los principios que defiende, sitúan a la economía social como uno de los actores clave, según el mundo académico y las propias empresas que la aplican, para la ejecución y consecución de planes mundiales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.