En octubre se cumplirán cuatro años desde el lince Kenitra muriera de un disparo en la cabeza en una finca de la provincia de Ciudad Real. Era uno de los ocho ejemplares de esta especie que se habían liberado unos meses antes para tratar de repoblar las colonias de estos animales en peligro de extinción. Ya se ha celebrado el juicio contra el peón que presuntamente realizó el disparo mientras cazaba, y que alega que confundió al lince con un zorro. Ecologistas en Acción, que ejerce la acción popular pide dos años de prisión para esta persona por un delito contra especies en peligro de extinción (artículo 334 del Código Penal) y otros cuatro de inhabilitación para cazar. El juicio ha quedado visto para sentencia.
Según fuentes judiciales consultadas por eldiarioclm.es, el colectivo ecologista pedía también responsabilidad civil al acusado, a la empresa Retamoso de la Mancha y a Mapfre como aseguradora, pero ha tenido que renunciar a esta acción judicial porque no puede demandarlo como acusación popular. Solo puede hacerlo la Administración, y en este caso, como en otros anteriores, el Gobierno de Castilla-La Mancha no se ha personado como acusación.
Además, el Ministerio Fiscal no formula acusación por los delitos que marca Ecologistas en Acción, ya que pide delito por imprudencia contra especies especialmente protegidas, que no tiene peso en el juicio ya que no estaba penada en 2014 cuando se produjeron los hechos.
El fiscal ha esgrimido para ello un informe del Seprona en el que concluye que, por las circunstancias en que se produjo el disparo, podría haber sido un accidente, ya que se produjo al anochecer y en zona de “penumbra”. Frente a ello, la acción popular argumenta que hubo dolo eventual ya que el acusado salió a cazar conociendo estas circunstancias y asumiendo el riesgo de disparar. Para los ecologistas, con ello el fiscal “está haciendo funciones de defensa”.
Cría en cautividad
Kenitra se había criado, dentro del programa Life+Iberlince en el centro de La Olivilla, en Santa Elena, en plena zona de Despeñaperros ya en la zona andaluza, donde el lince tiene el hábitat perfecto para vivir y donde ha sido su ecosistema hasta la aparición de los cazadores, especialmente los furtivos en la zona. Una vez criados allí, cuando ya pueden valerse por sí mismo y son suficientemente adultos, son liberados para que en el futuro puedan reproducirse y vuelva a aumentar los ejemplares de estos animales.
El programa Life-Iberlince busca reintroducir el lince ibérico de nuevo en su medio natural, destacando la zona de Despeñaperros, al sur de Castilla-La Mancha y norte de Andalucía como la zona de mayor adaptabilidad para los animales, a la que también se adhirió la zona de los Montes de Toledo, cerca del Parque Nacional de Cabañeros, y que abarca las provincias de Toledo y Ciudad Real.
Precisamente, el pasado mes de marzo, el juzgado de lo Penal número 3 de Ciudad Real condenó a un guarda de la finca 'La Caminera' a una pena de 21 meses de multa, a razón de ocho euros diarios, y al pago de una indemnización de 90.000 euros, por la muerte del lince 'Kairós', encontrado muerto en un lazo metálico en Ciudad Real. Hace más de tres años que este otro ejemplar de lince ibérico, que había sido liberado cinco meses antes de su programa de cría en cautividad, murió por estrangulamiento al quedar atrapado en un lazo metálico de los que los cazadores utilizan para capturar a depredadores.