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GUADALAJARA

El acusado de matar a su mujer en Alovera en 2021 reconoce los hechos pero se escuda en el atenuante del “arrebato”

La Fiscalía pide una pena de 24 años de prisión para el presunto autor de un delito de asesinato machista en 2021 en Alovera (Guadalajara)

Francisca Bravo Miranda

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El juicio por el único caso de asesinato machista en Castilla-La Mancha de 2021, el de Nicoleta C.G comenzó este lunes con la declaración del acusado, A.M.C, para quien la Fiscalía pide 24 años de prisión. También, una indemnización de 75.000 euros para cada uno de los padres de la víctima y otros 30.000 euros para cada uno de los hermanos de la asesinada.

Los hechos ocurrieron el 29 de mayo de 2021, cuando Nicoleta murió acuchillada en su vivienda en la calle Octavio Paz en la localidad de Alovera, tras una discusión entre ambos. La fiscal Mercedes Gredilla relataba en la primera jornada de juicio que el acusado “apuñaló reiteradamente” y con “gran violencia” la parte superior del cuerpo de la víctima, que presentaba heridas de hasta 5 centímetros de profundidad. Según la fiscal, el acusado actuó “con ánimo de causar la muerte de su esposa”.

La Fiscalía ha explicado cómo la víctima murió por shock hipovolémico, ya que sus estructuras vitales se vieron afectadas por las múltiples cuchilladas. Los servicios sanitarios que acudieron a la llamada realizada por el propio acusado sólo pudieron certificar su muerte. La hizo a las 22.34 horas de ese día a los servicios de emergencia del 112, y dijo haber matado a una mujer.

La fiscal Gredilla también relató cómo la relación entre ambos, que estaban casados, se había visto “deteriorada por su actitud controladora” y eso provocó que ella abandonase la vivienda para eventualmente regresar en marzo de 2021, dos meses antes de ser asesinada. “Su marido no se detuvo”, describía la fiscal, que insistió en el carácter “sorpresivo” del ataque recibido por la víctima. “Defiendo el interés de Nicoleta, porque el acusado decidió arrebatarle la vida”, zanjó la representante del Ministerio Fiscal. “Degollada”, describió también la fiscal y con “horribles lesiones”, zanjó.

Por su parte, la acusación particular aseguraba durante el juicio que los hechos son constitutivos de un presunto delito de asesinato, de los cuales sostiene que es responsable el procesado. Además, resaltan que existe un agravante por actuar “con motivos de género y parentesco”. Es por ellos que piden 25 años de prisión, uno más que la Fiscalía, y también inhabilitación “absoluta” y las costas procesales. La defensa del acusado pide pide 10 años de cárcel y ha argumentado que se trata de homicidio, no asesinato. Entre las circunstancias atenuantes para que esto ocurra señalan “la confesión de los hechos”.

El “atenuante del arrebato”

La defensa ha querido esgrimir también el “atenuante del arrebato”, que la fiscal ha definido ante el jurado como una “reducción de las facultades mentales de una persona como consecuencia de un estímulo muy intenso y poderoso” que hace que se lleve a cabo una reacción. “En este caso no hay ningún arrebato. Que un hombre apuñale a su mujer en diez ocasiones. ¿Eso es un arrebato? A mí me parece una nueva burla, una nueva ofensa a la víctima decir que has cometido esos hechos por estar arrebatado. Lo veremos”, recalcó la fiscal. Además, también explicó que el acusado “no ha confesado” y que los hechos eran “evidentes”.

“Él habla de un delito de homicidio, mientras que lo que ocurrió desde nuestro punto de vista fue de asesinato. No hay un reconocimiento de lo sucedido”, señaló Gredilla. “Nos oponemos a los atenuantes que señala la defensa, desde la Fiscalía y la acusación”, resaltó la representante fiscal.

El acusado A.M.C admitió en el juicio que había matado a su mujer en “no sé qué arrebato”. “No sé cómo pasó”, ha dicho. “Yo no sabía ni quien era. Podría haberme tirado por la ventana”, describió el hombre acusado, que también recalcó ser defensor de los “derechos de la mujer” y aunque admitió tener antecedentes por violencia de género, que datan de 2006, explicó que se la Policía actuó de oficio por una llamada de los vecinos y negó la existencia de una orden de alejamiento, a la que sí hizo referencia la acusación.

Además, asegura que “en ningún momento” recordaba “haberle clavado cuchillos” porque “la que me atacaba era ella a mí”. “Yo no cogí ningún cuchillo”, insistió A.M.C. “Jamás he sido una persona celosa y soy culpable de haberla matado y pido perdón a toda la familia. No quiero compasión de nadie, pero no soy un asesino”, declaraba.

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