“Estos vecinos no quieren los gorrinos”, el grito contra la macrogranja en Albacete
- El movimiento se reunió también con Florent Marcellesi en su última visita a Cuenca, porque consideran que la instalación proyectada es “desorbitada”
Primero vino la recogida de firmas y las charlas informativas en el entorno de la localidad albaceteña de Pozuelo. Este sábado, los vecinos decidieron dar un paso adelante y convocaron una manifestación que logró traer a más de 200 personas, según los convocantes. “Estos vecinos no quieren los gorrinos”, gritaron los manifestantes, que también pidieron en carteles que “Page no nos lleves al pozo” haciendo referencia a El Pozo, empresa que está detrás del proyecto.
Pueblos vivos, sin purines, sin “mierda”, en definitiva. Así lo explica Inmaculada Lozano, una de las portavoces del movimiento en contra de la instalación en esta localidad. “Queremos mostrar la oposición vecinal en contra de la macrogranja que quiere instalar El Pozo. Nos llama la atención la cercanía de las naves, más de 50, y la totalidad de 140.000 gorrinos. Está muy cerca a los pueblos, y es ahí donde se van a esparcir los purines y es una zona donde no hay regadíos ni acuíferos a flor de piel”, señala.
Desde el movimiento vecinal aseguran que desde la Confederación Hidrográfica del Júcar han “confirmado” que los datos aportados por los promotores del proyecto, CEFUSA que es parte del Grupo Fuentes al que también pertenece El Pozo, “son falsos”. “Ellos calculan un consumo que no es el real de los animales”, explica Lozano. Además, denuncian que desde el Grupo “llevaron a los alcaldes de excursión” y en noviembre, cuando se abrió el plazo de alegaciones “estaba casi todo hecho”.
Los vecinos que acudieron a la concentración llegaron de las localidades de alrededor del Pozuelo: San Pedro, Argamaón, Balazote, Casas de Cañete, Peñas de San Pedro, La Zarza y Albacete capital. El movimiento también se reunió con el eurodiputado Florent Marcellesi el pasado viernes en Cuenca, para explicarle sus inquietudes alrededor del proyecto. “Lo vemos desorbitado. Es una cría de 140.000 cerdos al año, pero son unos 500.000 los que tienen que engordar aquí porque no suelen aguantar los trayectos. Al final es como una madre nodriza de muchísimas granjas de cebo que se van a proyectar en toda la provincia”, concluye Lozano.