Los 12 de Ciudadanos en Castilla y León en su semana más aciaga: presiones, fugas del chat y un plan del PP para atraerlos
Los 12 procuradores de Ciudadanos en Castilla y León han vivido desde el pasado miércoles, cuando el PSOE presentó una moción de censura, su semana más aciaga. El 'tsunami' que tuvo epicentro en Murcia, donde Ciudadanos quiso romper su pacto de Gobierno con el Partido Popular, se ha llevado por delante el mismo pacto en la Comunidad de Madrid y está en cuestión el de Castilla y León, conformado también por la alianza entre PP y Cs. La moción de censura en Castilla y León se fraguaba desde hace tiempo, si bien su presentación acabó acelerándose ante el temor de que el presidente, Alfonso Fernández Mañueco se hiciese 'un Ayuso' y acabase convocando elecciones, algo improbable pero no imposible.
Desde entonces, todas las miradas están no sólo sobre el PSOE, que presentó la moción sin tenerlo todo atado, sino también sobre los 12 de Ciudadanos, porque con cuatro de sus votos favorables, más dos de Podemos ya seguros, la operación saldría adelante. Las negociaciones habían arrancado tiempo atrás tanto en Madrid, con la dirección nacional de Cs como en Castilla y León. Se ha contactado prácticamente con todos los procuradores pero entre ellos guardan silencio y nadie conoce a nadie. Fuentes del partido han asegurado a elDiario.es que la presión ha llegado hasta tal punto que ya en los días 'post moción' varios abandonaron el chat del grupo parlamentario, lo que incrementó las sospechas acerca de ellos tanto por parte de su propio partido como del PP, que controla celosamente que nada resquebraje el pacto que le mantiene en el poder después de tres décadas.
Las ruedas de prensa y declaraciones que se han sucedido casi de manera consecutiva sólo afianzan la percepción de que a Ciudadanos Castilla y León se le han abierto las costuras. Minutos antes de la moción de los socialistas, el portavoz parlamentario de Ciudadanos, David Castaño aseguraba que nada hacía peligrar el pacto, mientras el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea hacía sus declaraciones en los pasillos y unas horas después, la coordinadora autonómica, Gema Villarroel, ofrecía otra comparecencia a la prensa. Tres voces en el mismo día. Por si no hubiese quedado claro que los de Ciudadanos no tenían nada que ocultar o que temer, el grupo parlamentario al completo, a excepción de Juan Ignacio Delgado, enfermo de COVID-19, daba una rueda de prensa reiterando lo mismo que en las anteriores.
No hay unidad. Por un lado, hace tiempo que Igea perdió el control del grupo parlamentario (la mayoría de los que formaron esa lista habían apoyado a la candidata oficialista, Silvia Clemente), y con algunos de ellos ni siquiera hay trato directo. Tanto es así, que el fatídico miércoles, mientras el grupo comía en la cafetería del Parlamento autonómico y mascaba la tragedia que se cernía sobre tres gobiernos autonómicos, entre ellos el propio, Igea y sus cargos de confianza se reunían en una terraza cercana y convertían el encuentro en lo que el vicepresidente llamó 'terrazagate'. No estaban cumpliendo la normativa anti COVID y un cliente se lo reprochó e hizo fotos que más tarde distribuyó una asociación de hosteleros. En un momento crítico, el partido estaba claramente dividido, aunque posteriormente hayan querido cerrar filas.
Visita fallida de Fran Hervías
Lo cierto es que mientras desde PP y Ciudadanos dan a entender que la moción está perdida y que las aguas están tranquilas, los movimientos no dejan de sucederse y no sólo a nivel autonómico. El pasado lunes, el exsecretario de Organización de Ciudadanos y reciente fichaje del PP, Fran Hervías, tenía prevista una comida en Valladolid con dos cargos de confianza de Igea y Mañueco. Hervías se ha convertido en dos días en una piedra de toque para el que fue su partido: se conoce los territorios y sabe a quién tocar para sumarlo a las filas de Casado. La comida no llegó a producirse, pero el contacto está hecho. También desde la propia dirección nacional de Ciudadanos se valoran ofertas, pero de los socialistas.
Mientras, la escalada de tensión continúa en Ciudadanos Castilla y León. Este jueves a última hora de la mañana Igea, acompañado de varios cargos de confianza se reunía con el Grupo Parlamentario en las Cortes. Los gritos, cuentan fuentes parlamentarias, se oían desde el pasillo. A cinco días de la moción, nadie está seguro de nada y los acuerdos se pueden cerrar en días, e incluso en minutos.
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