Publicada la Ley de Caza de Castilla y León que entrará en vigor dentro de un mes
El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica en su edición de este jueves, 8 de julio, la Ley de Caza y de Gestión Sostenible de los Recursos Cinegéticos de la Comunidad que entrará en vigor al mes de su publicación, es decir, el próximo 8 de agosto.
La nueva norma fue aprobada el miércoles 23 de junio -estas son las claves- en el último pleno ordinario de las Cortes con el respaldo de casi todos los partidos --se abstuvieron los dos procuradores de Podemos-Equo--, y, según defendió entonces el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, asegura un marco “estable y actual” desde una gestión cinegética “sostenible”.
Según precisó el consejero, la finalidad de la nueva norma es “proteger, conservar y fomentar” los recursos pero también aprovecharlos de forma “ordenada y sostenible”, además de compatibilizar la actividad con el resto de usos y el desarrollo rural.
El proyecto sustituye a la antigua Ley de Caza, de 1996, y la modificación realizada en 2019, de manera que adapta el marco regulatorio a la realidad “social, económica y ambiental” del territorio, que ha experimentado notables cambios en estos 25 últimos años desde la anterior Ley.
Suárez-Quiñones incidió en que la situación actual de las poblaciones de las especies cinegéticas es muy diferente a la que existía cuando se dictó la anterior ley, puesto que, así como las especies ligadas a los territorios forestales, principalmente las de caza mayor, han experimentado en general un notable incremento, las especies de caza menor asociadas a los hábitat agrícolas han visto cómo sus poblaciones presentan tendencias decrecientes.
La norma contó con el respaldo del PSOE después de que se aprobara su voto particular a una enmienda del PP, como explicó el portavoz de Medio Ambiente del Grupo Parlamentario Socialista, José Luis Vázquez, gracias al que se ha conseguido garantizar la seguridad jurídica de la caza en la Comunidad y evitar que se aprobara una regulación “retrógrada”.
Así, el socialista destacó que el texto que salió el 23 de junio de las Cortes sea un marco regulatorio que avance en esta actividad, frente a lo recogido en la enmienda que pretendía que la aprobación de los planes cinegéticos, si no se resolvía de forma expresa en el plazo de cuatro meses, lo fuera por el mecanismo de silencio positivo.
Además, en la sesión se debatieron también 83 enmiendas parciales de Podemos defendidas por Laura Domínguez y que, su no aprobación, hicieron que los dos procuradores de la formación morada se abstuvieran.
En la fijación de su voto favorable el procurador José Ignacio Delgado reivindicó la caza como motor económico del medio rural, así como la mejor herramienta para lograr un equilibro ecológico que compagine la agricultura, el cuidado del medio natural, el control de las especies y la fijación de población en el medio rural.
El proyecto recibió alegaciones de 162 personas o entidades diferentes con un total de 1.806 alegaciones, de las que se han aceptado plenamente el 14,5% y otro 13,5%, mientras y el resto no se han aceptado.
Respuesta a nuevos retos
Como destacó Suárez-Quiñones uno de los objetivos de esta norma es clarificar y dar al marco regulatorio un carácter completo, estable y moderno a la actividad cinegética, y adaptarla a la realidad ambiental y social actual, la Junta ha elaborado este texto como respuesta a los nuevos retos sociales y ambientales, al tiempo que se da a la regulación una garantía legal y reduciendo la actividad administrativa.
El consejero citó entre los aspectos más destacables la incorporación de importantes novedades en relación con la planificación cinegética para garantizar al máximo que la caza se practique en Castilla y León de forma ordenada, controlada y sostenible.
Así, se prevé la elaboración de una Estrategia de la Caza de Castilla y León, de planes territoriales de recursos cinegéticos y de planes de gestión de especies cinegéticas para aquellos territorios y especies que requieran de una consideración especial. Igualmente, los planes cinegéticos de los cotos de caza deberán ser elaborados por técnicos especializados, y basarse en censos rigurosos realizados con una metodología avalada técnicamente.
Se regulan las especies cinegéticas, que son las únicas que pueden ser objeto de caza, y se habilitan mecanismos de rango reglamentario para declarar otras especies como cinegéticas, que se limita en el fondo y en la forma, mediante un decreto con un proceso muy garantista, o para excluir, bien temporalmente o con carácter definitivo, a determinadas especies.
De esta forma se limita a la Administración para considerar cinegética una nueva especie, pero la habilita para excluirla de forma rápida, además de regularse la posibilidad de que una especie cinegética sea declarada “de atención preferente”, por lo que será objeto de planes de gestión específicos.
También destaca la importancia del seguimiento poblacional de las especies cinegéticas y se prevé implantar un nuevo Sistema de Seguimiento de las Poblaciones Cinegéticas de Castilla y León y un novedoso y riguroso sistema de control de las capturas realizadas por los cazadores.
Más información
Otra novedad es la creación de las figuras de los cotos colaboradores, que deberán contar con asesoramiento técnico permanente que asegure la obtención de información de calidad, y del cazador colaborador, que aportarán importante información sobre la gestión cinegética, las capturas, el seguimiento poblacional y otros aspectos que contribuirán a mejorar el conocimiento y la gestión de la caza en Castilla y León.
En cuanto a los terrenos cinegéticos, la ley unifica en 250 hectáreas la superficie mínima necesaria para su constitución, y sobre todo introduce cambios relevantes en cuanto al régimen de intervención administrativa, estableciendo con carácter general el procedimiento de declaración responsable para su constitución; además se simplifican los trámites y se hace obligatoria la tramitación telemática.
Por otro lado, se eliminan dos figuras existentes en la ley anterior, las zonas de caza controlada y los cotos regionales, por su escasa aceptación, haber quedado obsoletas y ser superadas por el actual marco de nuestras figuras de protección.
En lo referente a las reservas regionales de caza, se contempla la posibilidad de segregación de sus terrenos a petición de los propietarios y se mejora el funcionamiento y el control del fondo de gestión de las reservas mediante la creación de una comisión del fondo de gestión para cada reserva.
Asimismo, se elimina la figura del Refugio de Fauna y se establecen los períodos hábiles máximos en los que se podrá practicar la caza, que podrán restringirse pero no ampliarse.
Además, se establece una pormenorizada serie de limitaciones y prohibiciones con el fin de proteger la conservación de las especies, su pureza genética y los hábitat en los que habitan.
Por otro lado, se establecen nuevos instrumentos para permitir un adecuado control poblacional y destaca especialmente el establecimiento de la figura de Emergencia Cinegética para acometer situaciones de urgente actuación en caso de importantes daños por una sobrepoblación intensa de determinadas especies.
También se establece la obligación de hacer pública con suficiente antelación la celebración de monterías y ganchos a través de una plataforma pública, algo muy demandado por colectivos como los aficionados al senderismo y el ciclismo de montaña y con el fin de incrementar los márgenes de compatibilidad de actividades y de seguridad en el uso público de nuestros montes y espacios naturales.
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