Más allá de los molinos, Castilla-La Mancha también es tierra de volcanes
Con gran éxito de público, la localidad de Porzuna, en la provincia de Ciudad Real, ha celebrado la Noche Europea de los Volcanes, una iniciativa organizada por el grupo de investigación de Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (Geovol) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). A través de actividades formativas, científicas y lúdicas, esta iniciativa ha querido acercar al público de todas las edades el trabajo de los investigadores en torno al fenómeno volcánico, uno de los más atractivos de la naturaleza.
Porzuna y su volcán del Cerro de los Santos ha sido el espacio elegido por la organización ciudadrealeña para llevar a cabo esta acción de divulgación científica que incluye actividades de carácter formativo, científico y medioambiental.
La jornada comenzó con el taller ‘Construye tu volcán’ al que siguió una geo-ruta a este monumento natural, para pasar, ya por la tarde, al café científico ‘Geografía de los volcanes del municipio de Porzuna’, impartido por el profesor de la UCLM Rafael Becerra. Posteriormente se llevó a cabo una nueva geo-ruta y una observación de estrellas a cielo abierto en la ermita del Cerro de los Santos, cumbre del volcán.
Con este conjunto de actividades, en cuya organización también han participado el Ayuntamiento de Porzuna y el Instituto Volcanológico de Canarias, se ha querido fomentar la divulgación científica y el aprendizaje del fenómeno volcánico, así como la gestión del riesgo volcánico y los beneficios que conlleva vivir entre volcanes, todo ello en un ambiente distendido y festivo.
Pero la riqueza volcánica de Castilla-La Mancha va mucho más allá. Existen en su geografía auténticos tesoros de la geomorfología de muy diferentes características y que pueden visitarse para conocer el territorio de la comunidad autónoma más allá de sus simbólicos y quijotescos molinos de viento.
Efectivamente, Ciudad Real es la provincia más atractiva en ese sentido. Además del emblema de Porzuna, encontramos la Laguna Volcánica de Michos, en el término municipal de Abenójar, una extensión de agua con la sierra a su espalda y la llanura enfrente, que compone un entorno paisajístico de gran belleza. Sus aguas ocupan un cráter formado por una explosión volcánica, y los alrededores son el lugar preferido del lince ibérico y el águila real. Allí se mantienen encinares centenarios y varias especies de aves acuáticas, entre las que destaca el zampullín chico. La laguna suele secarse, por lo que es recomendado visitarla en primavera, y en los otoños húmedos.
También en esta provincia destaca la Laguna y Volcán de la Posadilla, epicentro del volcanismo del Campo de Calatrava. Solo con estar allí se puede imaginar la violenta explosión que generó la laguna, cuando el magma entró en contacto con el agua subterránea. El cráter originado tiene 500 metros de diámetro y una profundidad en algunas zonas de hasta 100 metros. Los amantes de las rutas en naturaleza disfrutarán de un atractivo bosque de encinas, coscojas, lentiscos y cornicabras. Si además nos gusta observar aves, nos rodearán cigüeñas blancas y negras, rapaces como el águila imperial, el águila culebrera, el águila real y el buitre negro. Imprescindible armarse de unos buenos prismáticos.
Sin salir de esta provincia, en la Sierra de las Medias Lunas se ubica el volcán de Peñarroya, un monumento natural que se sitúa entre los municipios de Alcolea de Calatrava y Corral de Calatrava, es decir, también incluido en el conjunto volcánico del Campo de Calatrava. Destaca por su magnífico cono de 60 metros de altura, uno de los mejores ejemplos de edificación de tipo estromboliana. La laguna se formó cuando las lavas del volcán apresaron el arroyo del Lobo. Al alto valor geomorfológico y paisajístico de este espacio natural se suma su interés desde el punto de vista científico y de la interpretación y educación ambiental.
El Volcán de Alhorín se erige a orillas del embalse de Montoro, en el término municipal de Solana del Pino. Es una de las manifestaciones de vulcanismo que encontramos dentro del Parque Natural de Valle de Alcudia y Sierra Madrona: una loma no muy acentuada y de ancho contorno debido a las distintas coladas. De hecho, el paisaje viene marcado por la alternancia de sierras y valles modelados de manera desigual a lo largo del tiempo. Cerca, podemos encontrar recursos culturales de gran importancia como las Minas de Diógenes.
Cambiando de provincia, en Albacete se encuentra el Pitón Volcánico de Cancarix, uno de los más espectaculares de la región y del país. Es el único de la península ibérica cuya chimenea ha quedado al descubierto por la erosión, lo que genera un paisaje increíble para pasear, disfrutando del vuelo de las aves rupícolas, habituadas a vivir en las casi innacesibles paredes rocosas.
También es el lugar idóneo para organizar rutas de senderismo hasta la cima del volcán y disfrutar de unos paisajes espectaculares en unas tres horas. Durante el recorrido nos rodearán especies vegetales amenazadas y una fauna que sólo habita espacios áridos, inexistente en otras partes de la región. Las diversas especies de animales están adaptadas a las condiciones de aridez y altas temperaturas de la zona. La comunidad de aves está representada principalmente por la chova piquirroja y el búho real, especies que crían en los cortados.
Finalmente, es en la provincia de Guadalajara donde podemos visitar otro paraje singular: los cerros volcánicos de La Miñosa, un pequeño municipio de la sierra norte. Ocupando casi 100 hectáreas, esta microrreserva la componen una serie de afloramientos de andesita (una antigua roca magmática) surgidos de una combinación de erupciones y movimientos sísmicos.
Una de sus singularidades más llamativas es la existencia de un endemismo de gran valor florístico. Se trata del geranio del paular (erodium paularense), una preciosa flor de pequeño tamaño catalogada como especie vulnerable y de la que el 80% de la población mundial se encuentra incluida dentro de los límites de esta microrreserva. El 20% restante se puede observar en la provincia de Madrid. Para verla en plena floración, hay que ir a finales de primavera.
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