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El lenguaje de Àpunt huirá del centralismo de Valencia y del sexismo

El consejo rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC).

Europa Press

El borrador del libro de estilo de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) apuesta por la promoción de la lengua y cultura valencianas e insta a “huir de una visión centralista en las informaciones y otros contenidos”, usando además de manera preferencial la división comarcal para contextualizar las informaciones. Además, incluye una larga serie de recomendaciones para evitar el lenguaje sexista o estereotipado, y remarca la imparcialidad de los trabajadores y la libertad frente a posibles presiones externas.

El documento, que pasa ahora a una fase de participación para incluir sugerencias o aclaraciones hasta el 18 de julio, comienza recordando que la nueva radiotelevisión tiene encomendada la difusión de información “objetiva, veraz, accesible e imparcial, de acuerdo con la pluralidad política, social, ideológica y territorial de la Comunitat”.

Para conseguirlo, remarca que los medios públicos y las empresas que les prestan servicios deberán actuar “con absoluta independencia y transparencia, sin que puedan recibir instrucciones, directrices, contraprestaciones o cualquier clase de indicación imperativa del Consell, grupos políticos, económicos, sociales ni de ninguna otra institución o entidad”. La decisión sobre los hechos que se difunden o no corresponderá únicamente a los profesionales de la CVMC.

El libro de estilo desgrana los principios a seguir por los trabajadores, entre los que destaca la imparcialidad, y también especifica las funciones del Consejo de Redacción, del Consejo de Informativos y del Consejo de la Ciudadanía.

Destaca que la plantilla no podrá sacar ningún beneficio personal de la información conseguida en el ejercicio de su profesión y tampoco podrá aceptar regalos en metálico o especie, sin considerarse como tal libros, DVD o entrada a eventos culturales o deportivos que faciliten su trabajo.

En cuanto a la promoción de la lengua y la cultura valencianas, remarca que la CVMC debe jugar un papel fundamental en la promoción de la industria cultural valenciana, para lo que deberá suscribir convenios de colaboración con otras televisiones autonómicas, estatales y europeas.

En el caso de la publicidad, resalta también que debe contribuir a la promoción del tejido productivo valenciano y se procurará difundir “especialmente las empresas y los productos locales, y sobre todo los que aporten innovación al modelo productivo valenciano”. No se permitirá publicidad sexista o que incite a las adicciones.

Los espacios publicitarios han de ser preferentemente en valenciano, señala el libro, y para facilitarlo se pondrán a disposición de los anunciantes servicios de asesoramiento lingüístico.

Respecto al contenido, detalla que la radiotelevisión “debe tener una mirada propia sobre la realidad y, al mismo tiempo, ser una ventana abierta para mostrarnos al mundo”. Así, se debe ofrecer un punto de vista valenciano de la información, tomando como referencia geográfica la Comunitat y utilizando de manera preferencial la distribución comarcal.

Precisa, por ejemplo, que el término 'valencià' se referirá prioritariamente al conjunto del territorio y, de manera secundaria, a la provincia de Valencia y la población, caso en el que señala podría usarse “los habitantes de la ciudad de València” para evitar confusión.

Formas genéricas contra el lenguaje sexista

El libro de estilo dedica un apartado a realizar recomendaciones para evitar el lenguaje sexista e insta a usar formas genéricas y sustantivos colectivos siempre que sea posible, como alumnado, electorado o funcionariado. Cuando no existan, recomienda recurrir a la perífrasis, poniendo como ejemplo “el pueblo valenciano” como forma adecuada, frente a “los valencianos”.

También pide evitar el abuso del género masculino como genérico --plantea usar “la humanidad” en lugar de “el hombre” y defiende la promoción de términos como feminismo o lucha feminista.

Asimismo, señala que la perspectiva de género debe tenerse en cuenta en los contenidos informativos y detalla, entre otras cuestiones, la necesidad de una presencia equilibrada de comunicadores en pantalla, sin que las profesionales sean discriminadas en función de los cánones estéticos dominantes.

Plantea también la creación de una comisión permanente de expertos en igualdad dentro del Consejo de Redacción y del Consejo de la Ciudadanía.

En el caso de la violencia machista, considera que hay que tratarla como violación de los derechos humanos y recomienda tratarlos desde el respeto a las víctimas y mostrando el rechazo social. Señala que no se utilizarán expresiones como “un caso más” u “otro caso” para “evitar el efecto narcotizante que resta relevancia a los hechos” y se deberá evitar presentar a las víctimas “como responsables por no haber denunciado”.

Información sobre menores e inmigrantes

Asimismo, también repasa el tratamiento relativo a la información que afecte a menores y a inmigrantes, para evitar el racismo y la xenofobia. Así, considera como expresiones a evitar “indocumentados, ilegales, irregulares o sin papeles”, proponiendo como alternativa “inmigrante” o “persona en situación irregular”.

En el ámbito del pluralismo religioso, recuerda la aconfesionalidad del Estado y dice que “irá acompañado del respeto a la pluralidad religiosa de la sociedad, que será transversal” en los contenidos. Así, “todas las religiones y creencias requieren el mismo tratamiento preciso y riguroso”, señala el texto.

La difusión de eventos y liturgias de justificará en función de su arraigo social y por formar parte del patrimonio cultural y tradicional, y no por criterios de religión. Asimismo, la plantilla no podrá difundir sus creencias religiosas y tampoco podrá exhibir símbolos religiosos.

Criterios lingüísticos

El borrador también incluye un apartado lingüístico cuyas diferentes secciones --pronunciación, morfonsintaxis, léxico etc.-- se basan en las recomendaciones de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).

Así, la propuesta de pronunciación sigue las recomendaciones realizadas por el organismo “en sus diversas obras normativas, adaptadas a los medios audiovisuales públicos valencianos” y se diferencian entre las recomendables --aquellas pronunciaciones “consolidadas en el valenciano estándar, con una amplia extensión en todo el territorio valenciano y con un prestigio social reconocido”, explica la propuesta de libro de estilo--; aceptables, su su extensión geográfica no es tan amplia pero continúan siendo válidas, y no recomendables, si su uso es reducido o con connotaciones poco prestigiadas en el conjunto de la comunidad lingüística.

En cuanto al léxico, contempla como formas preferentes las que el 'Diccionari Normatiu Valencià' de la AVL presenta como entradas principales y cita ejemplos como bes, clòtxina, bresquilla, escaló, acomiadar, estrela, faena, forqueta, hui, menut, paréixer, agafar, febra, afonar, galleta, llanda o xafar, entre otros.

Las formas aceptables serán aquellas palabras que el DNV considera secundarias “y esta aceptabilidad está condicionada a que se correspondan con soluciones identificables para los valencianos, como besada, musclo, préssec, escalfar, pessigolles, graó, estel, agarrar, despedir, mentira, tio, avui, enfonsar, etc”.

Finalmente, la propuesta señala que son no recomendables en registros formales palabras que llevan la marca de coloquial en el DNV, casos como aixina, agulletes, calentura, conseguir, cridar por 'telefonar', curro, làmpara, patejar, quarto 'habitació', rabo, robo, samarro, sampar, tamany, tonto, vago, xillar, xiste, etc.

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