Vota a quien no te deje botado
En muchos países de habla hispana, la palabra “botado” tiene dos posibles acepciones: dícese del objeto que se vende a bajo precio por su escaso valor, o de aquella persona que ha sido abandonada.
El valor del ser humano es incalculable y la posibilidad de dejarlo abandonado resulta inconcebible hoy en día. Menos aún en un contexto internacional en el que nos hemos dotado de acuerdos internacionales de especial protección como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Agenda 2030, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Sin embargo, existen partidos políticos que ponen precio a las personas en función de su lugar de origen, su condición sexual, de su situación administrativa o según la religión que profesen, porque desde su punto de vista no todos “valemos” igual. Existen partidos políticos que abandonan a aquellos que más lo necesitan, las personas que nacen ya con escasas oportunidades, las excluidas, las desfavorecidas, las “diferentes”, a aquellas que son víctimas, las nadies, las ningunas, las ninguneadas.
Existen partidos que eligen invisibilizar la violencia machista diluyéndola en una aséptica violencia intrafamiliar, como si el número de mujeres asesinadas por parejas o exparejas fuera equiparable al de abuelos, abuelas, hijos, hijas, cuñados o maridos asesinados por otros familiares, o como si las causas fueran las mismas.
Existen partidos políticos que te dejan botado cuando de forma deliberada recurren a la difusión de datos falsos y la propagación de bulos como estrategia para manipular la opinión pública. Estas prácticas irresponsables socavan los fundamentos de la democracia y erosionan la confianza de los ciudadanos en el sistema político.
Son los que también eligen ignorar que estamos en un momento crítico para el planeta, con una crisis climática que amenaza nuestro modo de vida, la agricultura, la ganadería o el abastecimiento de agua. Una crisis climática que sufren, además, mucho más los países empobrecidos de África, América Latina y Asia que no la han causado, y que, sin la cooperación internacional y la acción humanitaria, no contarán con los recursos para hacerle frente.
Si no quieres que te abandonen a tu suerte, que pongan precio a tus derechos, que maltraten la tierra en la que vives, si lo que buscas en cambio es una vida digna, plena de derechos, en un ambiente sano, para ti y para todas las demás personas, en igualdad de condiciones y de trato, tenlo claro: el 23 de julio recuerda que tu voto no es un artículo “low cost”, que lo que está en juego tiene un alto valor. El 23 de julio vota a quien no te deje botado.
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