El dilema del PP de Mazón ante las generales: investidura fallida o pacto con la extrema derecha
Presentarse a una investidura fallida o suscribir un acuerdo con la ultraderecha. Es el dilema al que se enfrentan los populares valencianos estos días de cara al próximo 23 de julio, fecha en la que se celebrarán las elecciones generales. Tras ganar las elecciones autonómicas valencianas, pero no con la mayoría necesaria para gobernar, el PP valenciano que dirige Carlos Mazón debe escoger estrategia y perfil, su carta de presentación institucional de cara al resto de España.
La dirección nacional del PP que encabeza Alberto Núñez Feijóo ha dado vía libre a los territorios para diseñar su estrategia, aunque ha reclamado a Vox que les dejen gobernar. Este jueves, el presidente del PP apuntó: “Yo espero que si en Valencia, en Baleares, ha ganado el PP, que nadie interrumpa lo que ha ganado en las urnas”. En la Comunitat Valenciana el PP ha conseguido 40 diputados, un resultado que duplica los escaños de la convocatoria anterior, pero en el que le falta una decena de votos para poder formar gobierno. Carlos Mazón necesita un pacto para poder ser elegido presidente de la Generalitat Valenciana, y las afinidades ideológicas y la hemeroteca indican que lo más probable sea que Vox sea su aliado.
Los populares abogaban por no escenificar pactos con la ultraderecha antes de las elecciones generales, pero los plazos se solapan con los de la constitución del gobierno autonómico y obligan a tomar decisiones rápidas. La primera cita, la constitución del Parlamento valenciano, está fijada para el 26 de junio por decreto.
En ese momento los populares tendrán que haber tomado una decisión si quieren presidir la Cámara, para lo que necesitan, de nuevo 50 diputados. De no ser así en primera votación, el reglamento apunta que la presidencia se dirime entre los dos diputados que más votos hayan obtenido y resulta elegida la opción más votada. El proceso puede repetirse hasta en cuatro ocasiones y entonces pasa a ser elegido el representante de la candidatura más votada en las elecciones.
A partir del pleno del 26 de junio corre el calendario: doce días para la presentación de candidatos y de tres a siete días para organizar el pleno de investidura. En resumen: entre el 17 y el 21 de julio tendrá que haber una votación, coincidiendo de lleno con la campaña electoral. Para entonces, el PP tendrá que haber llegado a un acuerdo con alguna de las fuerzas que componen el Parlamento valenciano si quiere situar a su candidato en el Palau de la Generalitat.
Los populares valencianos insisten en su idea de gobernar en solitario como fuerza más votada, al estilo de Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, evitando escenificar acuerdos con la ultraderecha, que exige presencia en el Gobierno autonómico. En sus primeras intervenciones, Mazón ha apuntado que gobernar en solitario es una idea que le gustaría e indicó que iniciaría una ronda de contactos a principios de la próxima semana con todos los partidos, en orden de representación. Es decir: PSPV (31 escaños), Compromís (15) y, por último, Vox (13).
El líder del PP insiste en la idea de un gobierno en solitario con el “gran objetivo” de tener un Consell “estable, que dé tranquilidad, seguridad donde no la ha dado en ocho años y eficacia”. Su coordinador de campaña, Miguel Barrachina, anunció que “el PPCV comenzará el próximo martes la ronda de contacto con los diferentes partidos políticos con representación en las Corts en busca de un gobierno estable para la Comunitat Valenciana”. “Queremos ser el gobierno de todos los valencianos sin exclusión ni sectarismo y por eso vamos a hablar para ponernos cuanto antes en marcha para solucionar los problemas que tienen los valencianos”, recalcó.
El PP quiere mostrarse dialogante y tender puentes con la oposición, en busca de una abstención de los socialistas en la primera ronda difícil de obtener, y alejando la posibilidad de una campaña centrada en sus pactos con la formación de Santiago Abascal. Interpelado por si se plantean que Vox entre en el Consell, Mazón reiteró el jueves que su aspiración es gobernar en solitario y que busca “estabilidad y no tener un gobierno que sorprenda cada día con contradicciones permanentes”. “Mucho más importante que 'con quién' es el 'para qué'. Eso es innegociable”, subrayan los populares, que insisten en que son la lista más votada.
En Vox son conscientes de que en la Comunitat Valenciana tienen una buena posición para negociar, sus votos son necesarios tanto en la primera como en la segunda ronda. El vicepresidente de la formación de extrema derecha, Jorge Buxadé, defendió el jueves que su partido se incorpore a los Ejecutivos para “controlar” al PP. Ello implicaría una entrada del candidato valenciano de la extrema derecha, Carlos Flores, que fue condenado por violencia de género en 2002, y una campaña muy agresiva contra los populares, iniciando el desgaste mientras se miden en las urnas. Así, el PP tendrá que elegir: o no hay pacto con Vox y caminan hacia una investidura fallida a mediados de julio o un acuerdo con la ultraderecha, que quiere entrar en el gobierno, antes de las elecciones generales. El 26 de junio, con la constitución de las Corts Valencianes, se esbozará una respuesta.
21