La procesionaria avanza sin control por los parques naturales de Castellón
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) avanza sin control por los parques naturales de la provincia de Castellón. La plaga afecta tanto al Desert de Les Palmes como a Penyagolosa, Serra d'Irta, Tinença de Benifassà y Serra d'Espadà. Más de 70.000 hectáreas están invadidas por bolsones de seda del lepidóptero defoliador, que ataca sin distinción a las diferentes especies de coníferas, desde el pino carrasco (Pinus halepensis), pasando por el pino rodeno (Pinus pinaster) y pino silvestre (Pinus sylvestris), hasta el pino negral (Pinus nigra).
Según fuentes de la conselleria de Medio Ambiente, la población de la procesionaria se muestra especialmente virulenta y activa debido a las elevadas temperaturas de los últimos meses. La ausencia de periodos de frío ha propiciado el descenso de la plaga desde cotas por encima de los 1.400 metros hasta alcanzar prácticamente el nivel del mar.
Aunque no se trata de un lepidótero que provoca la muerte del árbol, sí que lo debilita por la defoliación de las ramas. Como consecuencia, el pino pierde resistencia frente a otros insectos, hongos y condiciones climatológicas adversas. Dicho de otra manera, de persister la sequía que azota a la provincia de Castellón desde noviembre, muchos ejemplares corren el peligro de sucumbir al fuerte calor durante el próximo verano.
Otro aspecto negativo son los efectos urticantes, sobre las personas, de los pelos que poseen las orugas a partir de su tercer estadio, y que pueden ser transportados a distancia por el viento. Estos pelos producen urticarias en las partes más sensibles de la piel y ocasionan trastornos serios en personas alérgicas. Además, también pueden provocar la muerte de perros.
La procesionaria del pino es una especie autóctona propia de los pinares mediterráneos, presente de forma endémica en ellos y que episódicamente se comporta como plaga. No obstante, llevaba años en niveles considerados como moderados o bajos.
El nombre de procesionaria se debe a que las orugas, protegidas en los bolsones de seda, descienden en fila al suelo para enterrarse y convertirse posteriormente en mariposas. Este proceso se produce entre febrero y abril.
Castellón es la segunda provincia más montañosa de España, con alrededor de 430.000 hectáreas de superficie forestal, incluyendo zonas de matorral y pastizal, según fuentes de la conselleria de Medio Ambiente. No en vano, sus bosques son los que se encuentran en mejor estado de la Comunidad Valenciana.
