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Rajoy entierra políticamente a Fabra al negarle de nuevo más dinero

Alberto Fabra y Mariano Rajoy en un acto del PP.

Voro Maroto

El gobierno descartó ayer cambiar el modelo de financiación autonómica en 2014 en contra de las múltiples reivindicaciones de la Generalitat y el PP valenciano y, con ello, entierra buena parte de las pocas opciones que el partido de Alberto Fabra tenía de seguir al frente del Consell.

La decisión del gobierno, anunciada por el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, en el cónclave con los responsables de hacienda de las autonomías, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, ha sentado como un jarro de agua fría en el PP valenciano.

Significa que el problema estructural de la Generalitat –la falta de dinero para prestaciones básicas como sanidad o educación- no se resolverá en breve. Al menos, no de manera estructural. El Consell, camino de la bancarrota, ha dicho por tierra, mar y aire que con las actuales transferencias del estado no puede garantizar servicios esenciales, pero sus reivindicaciones han sido ignoradas en Madrid.

El estado no puede transferir más dinero a las autonomías “porque no lo tiene”, ha dicho Montoro. Hacienda, además, no quiere generar ruido abriendo un debate “que promueva agravios y enfrentamientos entre comunidades autónomas, o entre las regiones y el propio Gobierno”. Su decisión –y sus palabras, en línea con la de otros altos cargos del gobierno- han sido un mazazo en el PP valenciano.

Sin poder valenciano

En el partido se interpreta que Madrid da por perdida la Comunitat Valenciana en las autonómicas de mayo de 2015, por lo que no va a mover un dedo por un candidato, Alberto Fabra, al que algunos compañeros dan ya por amortizado. “El desplante que nos ha hecho Mariano Rajoy demuestra que no pintamos nada a nivel estatal”, asegura un cargo del PP.

De hecho, hace apenas 48 horas que el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, decía que mejorar la financiación de la Comunitat Valenciana es una tarea “urgente e inaplazable”. Hace apenas dos días el propio Fabra criticaba el trato “injusto” a su autonomía y la nueva portavoz del Consell, María José Catalá, y la nueva número 1 del PP regional, Isabel Bonig, se pronunciaban en idéntica línea.

Todos han sido ignorados. Eso implica que la Generalitat, que dice que no hará más recortes, seguirá sufriendo déficits crónicos y, por ejemplo, continuará ofreciendo menos cobertura social que en otras autonomías y no podrá pagar en tiempo y forma a los proveedores. La última esperanza para el PP es que el gobierno central ofrezca más dinero a la Comunitat Valenciana con mecanismos excepcionales y transitorios.

De momento, esa fórmula –fondo de nivelación, le llama el Consell- tampoco está garantizada. La corrupción, el despilfarro y una pésima financiación autonómica han hundido las cuentas de la Generalitat.

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