Siete mitos sobre los seguros de coche que resultan ser falsos
El mundo de los seguros se mueve a golpe de estadística, que es lo que utilizan las compañías para calcular el coste de una prima según las circunstancias de cada contratante, de modo que a final de año sus cuentas cuadren y no se produzcan pérdidas. El negocio de un seguro automovilístico se basa en que la probabilidad de que todos los asegurados sufran un accidente debe siempre menor a la de que lo sufra solo una minoría a la que hay que compensar.
Cuanto más irrelevante sea esta minoría, mayor será el negocio. Por otro lado, si las estadísticas, que se calculan cada año y se combinan con los históricos de la compañía, muestran un aumento del riesgo de que suban los accidentes, la única forma de cuadrar el beneficio es subir las primas de aquellos usuarios que tengan mayor probabilidad de sufrir un percance.
En base a este juego de posibilidades y riesgos, se han creado bastantes mitos que hoy en día son falsos. Algunos fueron ciertos en el pasado, otros nunca lo han sido y otros simplemente conviene relativizarlos. A continuación te ofrecemos siete de estas creencias que son todo menos inamovibles.
1. Los coches rojos y amarillos pagan más
Hubo un tiempo... Pero ya no. El sobre cargo en la prima a los coches de colores llamativos se basaba en la creencia de que tenían más accidentes porque era los que preferían los conductores más jóvenes y sobre todo hombres. Pero la estadística ha terminado por demostrar que aunque es cierto que los jóvenes son más agresivos e inexpertos en la conducción, tienen los accidentes sin distinción de color en el coche.
Vamos, que no prefieren especialmente los coches rojos ni estos son necesariamente más propensos a los accidentes. Al contrario, muchos coches de lujo son rojos pero sus dueños se cuidan mucho de sufrir la mínima abolladura. Por la cuenta que les trae, dado el precio de los recambios. Hace ya bastantes años que las aseguradoras no se fijan en el color.
2. Las mujeres pagan menos
Las mujeres tienen estadísticamente menos accidentes y por tanto solían pagar menos prima, hasta que una sentencia del Alto Tribunal de la Unión Europea dictaminó hace no muchos años -en 2012- que este hecho constituía un trato discriminatorio. Ahora pagan las mismas tasas que los hombres, e incluso tienden a acercarse a la tasa de accidentes de estos, que con el tiempo, y la toma de conciencia en la conducción, baja.
3. Tener hijos sube la prima
Un seguro de coche no es un seguro de vida y tener hijos menores no sube la prima. Otra cuestión es que tengamos hijos en edad de conducir y declaremos que tal vez lleven nuestro coche, por lo que la compañía nos obligue a firmar un seguro adicional para ellas y ellos. Pero nunca se reflejará en una subida de la prima.
4. Un coche de segunda mano siempre pagará poco
Dependerá del valor del coche y los años que tenga, ya que el coste de los recambios puede ser alto -si queremos asegurar un coche de segunda mano de lujo o de coleccionista muy cotizado- o al ser prácticamente nuevo su valor en el mercado no haya descendido.
5. Los extras vienen siempre incluidos por defecto en el seguro
Los extras de serie sí vienen cubiertos por el seguro. No así aquellos que hayamos añadido nosotros, como llantas nuevas, cristales tintados, etc. Si hacemos este tipo de cambios deberemos comunicarlo a la compañía para que los incluyan en un anexo.
6. Dar parte de un accidente te aumenta la prima al año siguiente
No necesariamente es así. Dar parte de un accidente aislado no tiene por qué subirte la prima. Algunas compañías toleran hasta tres partes anuales sin que la prima del siguiente año se vea aumentada.
7. Si no tengo accidentes la compañía me bonifica y pago menos
No necesariamente. Los precios de las aseguradoras suele ser muy competitivos el primer año, pero después tienden a subir. Para evitar disgustos la mejor opción es comparar todos los años, antes de la renovación, qué precios ofrecen las compañías de seguros para nuestro coche.
Para calcular el precio de los seguros de coche lo más sencillo es recurrir a un comparador, que en unos minutos nos puede proporcionar las ofertas de una buena cantidad de aseguradoras.