Cinco ideas sorprendentes para reutilizar tus cucharas viejas
Quien tiene una cuchara de metal vieja, tiene un tesoro. La vajilla es uno de los objetos que podemos reutilizar, dándole una segunda vida muy digna, ¡y sacarle mucho partido en casa! Si las cucharas son maleables, con ayuda de un martillo, podemos transformarlas en ganchos para un perchero, en un servilletero, y hasta usarlas para darle un aire nuevo a la cocina por poco, o nada de dinero. Aquí van cinco ideas sorprendentes para reutilizar esas cucharas viejas que tenemos por casa.
1. Hazte un perchero para las tazas con cucharas y madera
Por sorprendente que suene, un puñado de cucharas viejas pueden quedar más que bonitas después de darles unos buenos martillazos, ya que adquieren un aspecto avejentado y rústico. Lo que aprovecharemos para transformarlas en colgadores para las tazas de cerámica de la cocina, una vez que las doblemos (para formar los ganchos) y las clavemos a un trozo de madera o tablón.
La idea funciona mejor si la cuchara no resulta demasiado gruesa: cuanto más maleable, más sencillo será darle la forma que queremos con el martillo. Por lo demás, necesitamos una buena tabla de cocina, y una superficie a prueba de golpes, ¡y de martillazos!
El primer paso consiste en aplanar el cuenco de la cuchara con los golpes de martillo. Los golpes no solo allanan el cuenco, también otorgan a una cuchara del montón un bonito aspecto antiguo. Después, seguimos con el mango para conseguir el mismo efecto.
Y ya casi están: con un pequeño taladro, hacemos unos agujeros en el cuenco aplanado, y doblamos o redondeamos la cuchara con ayuda de la cabeza del martillo: el objetivo es darle una forma de gancho.
Solo queda clavar cada cuchara convertida en gancho de un tablón de madera. Y colgar las tazas, ¡ya tenemos un bonito perchero de tazas para la cocina!
2. Transforma una cuchara en un servilletero estupendo
Los pasos para transformar una cuchara en un servilletero son similares a las instrucciones iniciales del perchero: aplanamos los cubiertos con el martillo y doblamos con cuidado. También en este caso nos ayuda a darle la forma redondeada la cabeza del martillo. ¡Y listo el servilletero con una cuchara!
El resultado es aún más sorprendente si usamos una cuchara algo antigua, que dé un toque rústico al servilletero, y que pondrá una nota particular a nuestra mesa. [Y no solo de metal: hace un tiempo te contamos cómo cuidar y restaurar tus cucharas de madera.]
3. Hazte unos tiradores o pomos de mueble con cubiertos
Pocas cosas ayudan a transformar de forma más veloz el aspecto de una cocina tristona que cambiar los tiradores de los muebles. Pues bien, ¡aquí viene esa vieja cuchara a la ayuda! Para darle un toque divertido a esos muebles, podemos cambiar los viejos tiradores o pomos, y sustituirlos por cucharas, ¡y hasta por tenedores o cucharones metálicos! No hay duda: le darán un toque kitsch a la cocina, pero también otorgarán un aire divertido a una cocina que lo necesite y pida un cambio a gritos.
4. Etiquetas para tu huerta urbana con cucharas
Los paneles o etiquetas para plantas no solo sirven para saber qué hemos plantado y dónde: también le dan un bonito aspecto a nuestra terraza o huerta urbana. Pues bien: las cucharas pueden ayudarnos a conseguirlo. De nuevo, antes hay que aplastarlas y golpearlas, enterramos el mango en la tierra, y ya tenemos unas etiquetas para nuestras lechugas de la terraza, ¡y a prueba de lluvia!
Las etiquetas para plantas hechas con una cuchara podemos terminarlas con un rotulador indeleble, para escribir el nombre de la planta, que resista el agua. O, si somos muy manitas, podemos tallar el nombre de nuestros cultivos en la parte aplanada del cuenco de la cuchara con una herramienta de tallado de metal.
5. Ganchos para colgar macetas en la terraza o salón
Este es otro modo genial de aprovechar esas cucharas y darles la segunda vida que merecen: podemos transformar las cucharas viejas en bonitos ganchos de pared para colgar plantas y macetas. El procedimiento es similar al de los ganchos del perchero para tazas. Y el resultado no solo es práctico, ¡también sorprendente y bonito!
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