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“Ha abierto caminos”, las lecciones de la “maestra” Jane Campion en las directoras españolas

Jane Campion junto a Benedict Cumberbatch en el rodaje de 'El poder del perro'

Javier Zurro

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El 'caso Will Smith' y sus consecuencias han hecho que se hable poco de cine tras los Oscar. Todas las conversaciones giran en torno a su agresión y a él. Nadie ha hablado de Coda y de una victoria que es importante para la comunidad sorda. Tampoco ha hablado nadie de la mujer que ha puesto su nombre en los libros de historia del cine una vez más, Jane Campion. Nunca antes una directora había optado al premio a la Mejor dirección por segunda vez. Si en 1994 perdía frente a Steven Spielberg, en esta ocasión se vengaba y vencía ella al director. Lo hacía con su primera película en 13 años, El poder del perro, un wéstern sórdido y enfermizo sobre masculinidades tóxicas producido por Netflix.

Con El poder del perro, Campion ha vuelto a demostrar su maestría, la que le hizo ganar la Palma de Oro en Cannes hace casi 30 años por El piano. Un premio que supuso un antes y un después en la historia del cine. Por primera vez, una directora alzaba el galardón más prestigioso del cine de autor y mostraba que hay otras formas de mirar y rodar los cuerpos, la sensualidad y el sexo. Su llegada fue fundamental para que muchas niñas decidieran que querían ser directoras. Era uno de los pocos referentes que había en un mundo dominado por hombres.

Paula Ortiz tenía 14 años cuando se estrenó en España. La directora de La novia recuerda que fue a verla con su madre y con su tía, porque era demasiado pequeña para ir sola y tiene claro cómo la cambió aquella proyección. “Recuerdo haber visto muy próximas en el tiempo y en el mismo cine El piano y Azul. Campion y Kieslowski y creo que cambiaron mi forma de sentir y ver el cine. El piano fue conmocionante para mí, el vivir una experiencia cinematográfica donde lo más hermoso de la atmósfera, de los paisajes, de la música y del alma humana se mezclaba y transitaba hacia las vivencias mas oscuras, hacia las visceralidades del ser humano”, cuenta. 

“Es una película de una potencia ética y estética, de una radicalidad narrativa y de una suciedad y una hermosura que para mí se convirtió en una de las grandes películas de mi infancia y una de las que seguramente hayan marcado mi imaginario y mis intentos”, apunta sobre la importancia de Campion en las que vinieron. Su influencia también está en Clara Roquet, la última ganadora del Goya a la Mejor dirección novel por Libertad, que considera “crucial” aquella imagen de Campion como la primera mujer en ganar la Palma de Oro.

Roquet ha estudiado El piano “plano a plano, parando para analizar cómo construye ese artilugio perfecto”. “Otra cosa que me gusta mucho de su cine es cómo juega con la tensión y el subtexto, siempre hay muchas cosas pasando, algunas misteriosas. La plasticidad de sus imágenes consigue, para mí, generar sensaciones y emociones físicas, su cine siempre me deja 'algo en el cuerpo'”, añade la directora.

Me gusta mucho de su cine cómo juega con la tensión y el subtexto, siempre hay muchas cosas pasando, algunas misteriosas. La plasticidad de sus imágenes consigue generar sensaciones y emociones físicas

Clara Roquet Directora de cine

Quien también sabe lo que es estar en la Sección Oficial de Cannes es Isabel Coixet. La directora ya se encuentra preparando su nueva película, pero deja claro que a ella Campion le “fascina desde Un ángel en mi mesa”. “El piano es una película que marca una época, y hasta una épica. Creo que hay algo interesante y valiente hasta en sus películas menos interesantes. Y hay en ella una búsqueda visual y de puesta en escena incesante que es una lección para todos los cineastas del mundo que la admiramos”, opina Coixet.

Una influencia que se nota en el cine posterior. “Hay algo en cómo me gusta a mí transitar las experiencias fílmicas que tiene mucho de ese intento atmosférico de ambientes donde cada forma cuenta, donde la estética es ética, donde el fondo es la forma, donde el aire se puede cortar. Hay algo que fue fundacional en El piano y que he recuperado cuando he visto El poder del perro, pero que está en todas sus películas. Si tuviera que decir diez directores que me han construido por dentro como directora y como persona, sin duda una sería Jane Campion”, subraya Paula Ortiz que destaca cómo con El poder del perro ha subvertido “el cine, el código del wéstern y la naturaleza masculina de una forma sutil inteligente y humana”. “Es de las películas que me ha vuelto a cambiar”, zanja.

'El piano' es una película que marca una época, y hasta una épica. Hay en Jane Campion una búsqueda visual y de puesta en escena que es una lección para todos

Isabel Coixet Directora de cine

Para Clara Roquet, una de las claves del cine de Jane Campion es “su capacidad descomunal para construir personajes de una gran profundidad psicológica y de retratar toda esta complejidad en sus imágenes, su cine en una misma escena puede ser tierno, sensual, áspero, e incómodo”. Una “'maestra' en el sentido literal, etimológico y activo de la palabra”, como la define Ortiz: “Ella ha sido pionera, ha abierto caminos, nos ha enseñado muchas formas de hacer cine y de aproximarnos a las historias de una manera muy única. Hay un latido femenino visceral, valiente, que no ha pedido permiso y que se ha adentrado en los universos más contradictorios del comportamiento humano”.

Una directora con una mirada única muy diferente a la que los directores suelen ofrecer, algo que hace surgir la eterna pregunta: ¿existe una mirada femenina, podría hacer un hombre las películas que hace Jane Campion? “Es una pregunta difícil de responder”, comienza Clara Roquet que es partidaria de “rechazar la idea de la mirada femenina”. “Lo que me parece relevante es su mirada única. Yo creo que nadie, ni hombre ni mujer, podría hacer sus pelis como ella. Y eso es lo que la convierte en una de las grandes”. Una idea que comparte Paula Ortiz, que apunta que “quién sabe si vendrá un hombre que será capaz. Lo que sí es cierto es que hay algo en su respiración que pertenece a una sensibilidad femenina que, no sé si nos pertenece solo a las mujeres, pero sí que es profundamente femenina”.

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