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Pilar Rubio: “Los libros de viajes están en crisis porque viajar se ha convertido en algo banal, superficial y narcisista”

Portada de 'La vuelta al mundo en 80 días'

Miguel Ángel Villena

Es una de las mayores expertas en España sobre literatura de viajes y su amplia trayectoria avala la consideración con la que cuenta en su sector. Mujer discreta y calmada, pero muy firme en sus convicciones y vehemente con sus pasiones. Pilar Rubio Remiro fue periodista, librera y gestora cultural antes de lanzarse a fundar en 2013 una editorial, La línea del horizonte, que ya se ha convertido en una referencia.

Este párrafo, incluido en su portal de Internet, refleja toda una declaración de intenciones. “La editorial nace de la curiosidad y el movimiento, del afán por compartir una apasionada mirada sobre el mundo y sus habitantes, a través de títulos que nos inviten a pensar, a reflexionar, a vivir la experiencia del viaje y de la lectura”.

Con una carrera profesional a sus espaldas que fue testigo de los años dorados de la literatura de viajes y, más tarde, de una crisis devastadora, la editora contempla el panorama con pesimismo, pero al mismo tiempo con la ilusión de alguien que ama su trabajo y sigue en la brecha.

“La literatura de viajes vivió un boom en la década de los noventa”, comenta Pilar durante una charla con eldiario.es, “y ese fenómeno tenía su explicación en un país que gozaba de bonanza económica y, sobre todo, salía de una larga dictadura y décadas de aislamiento. Las generaciones del antifranquismo y de la Transición se volcaron en un género que además contaba con pocos ejemplos en la literatura española”.

“Salvo excepciones como los periodistas Josep Pla y Manuel Chaves Nogales o los escritores Juan Goytisolo y Camilo José Cela poco se había cultivado el género viajero en España. Por todo ello, mucha gente, en especial las clases medias ilustradas, necesitaron asomarse al exterior y ver mundo. El país entero comenzó a viajar porque había dinero, tiempo y curiosidad”, continúa.

Pilar Rubio Remiro vivió aquella época dorada como librera en Altair, una revista y librería que siguió la estela de instituciones similares en otros países europeos. En aquel periodo llegaron a ser best-sellers, ante el asombro del sector editorial, títulos como El sueño de África, de Javier Reverte, un libro magnífico pero ambientado en una zona tan distante en la geografía y la historia como el África oriental.

Así pues, se reeditaron títulos clásicos de viajes y se publicaron bastantes novedades a caballo entre los dos siglos en los que incluso los grandes sellos editoriales apostaron por la literatura de viajes. Pero en aquellas llegó la crisis y el género entró en un túnel del que todavía no ha salido.

“Fue una tormenta perfecta”, señala la directora de La línea del horizonte, “porque coincidieron una brutal crisis económica, la irrupción de una generación digital y unos viajeros que ya sólo buscaban información en Internet. A partir de ese momento mucha gente joven viaja sin referencias literarias, el libro en general ha perdido su prestigio y los viajeros dejan de profundizar en aquello que viven en sus periplos. En definitiva, la literatura de viajes está en crisis porque viajar se ha convertido en algo banal, superficial y narcisista”.

Que nadie crea que Pilar Rubio Remiro es una mujer anticuada o reñida con las nuevas tecnologías. Todo lo contrario. Pero ella es una observadora de primera fila de aquellos que pueden despeñarse por un acantilado por hacerse un selfie o de una pareja que utiliza como referencia cultural al oso Yogui al escribir un libro sobre los bosques de Canadá.

Las dos anécdotas son, desgraciadamente, reales. Por ello y para entender esta contemporaneidad tan vertiginosa, la editora recomienda un libro reciente ya derivado en un clásico, Superficiales, cómo está cambiando Internet nuestras mentes (Taurus), del norteamericano Nicholas Carr.

No obstante y a pesar de estos tiempos aciagos para los libros de viajes, Pilar defiende que este género tan transversal que engloba narrativa, ensayo, reportaje, cuentos o memorias atraviesa ahora un periodo rico y versátil en cuanto a títulos.

Baste repasar que, entre los últimos títulos de La línea del horizonte, se dan cita un libro del estudiante Federico García Lorca, Impresiones y paisajes; las memorias árticas de Josephine Peary o una biografía sobre Pierre Loti.

“Tenemos en España una magnífica bibliografía disponible sobre viajes, pero esa riqueza no se corresponde con las ventas ni con las recomendaciones de los llamados influencers. Porque hoy desgraciadamente los líderes de opinión son futbolistas, cantantes o modelos y no figuras de talla con sabiduría y criterio”, opina.

De cualquier manera, esta editora está convencida de que no existe una categoría especial de aficionados a la literatura de viajes. “Hay personas que viajan mucho y no leen apenas”, afirma, “y, por el contrario, algunos grandes consumidores del género resultan ser más bien gente sedentaria, de viajar desde el sillón con la imaginación. En suma, los lectores de viajes suelen ser buenos lectores en general”.

Como tantos otros editores, Rubio Remiro explica la crisis de lectura a partir del cambio de paradigma cultural, de la victoria de la tecnología frente a las humanidades, del ocio como sinónimo de pantallas de realidad virtual, de la pérdida de los hábitos de reflexión en un mundo donde el hombre más poderoso, Donald Trump, se manifiesta a través de tuits.

“Pese a todo”, matiza la editora, “hay que seguir siendo contemporáneos, adaptarnos a las nuevas situaciones e intentar comprender lo que está pasando. Ahora bien, los síntomas son desalentadores porque está en juego la verdad y la exigencia básica, sobre todo para los periodistas, de comprobar los datos. Está claro que las recetas sencillas no sirven para resolver problemas complejos”.

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