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La SGAE muestra su miedo a la posible victoria del 'no' a los estatutos, que haría intervenir a Cultura

El Presidente de la SGAE, José Ángel Hevia (d), junto a Teo Cardala (i), durante la presentación hoy de los nuevos estatutos y las formas de reparto,

Paula Corroto

El guion de un melodrama de sobremesa se ha impuesto en los últimos días en el Palacio de Longoria, la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). La Junta Directiva ha dado luz verde a la campaña para la Asamblea Extraordinaria del próximo 27 de diciembre, en la que están llamados a votar cerca de 19.000 socios, en busca de un 'sí' que apruebe una reforma de los estatutos y de una nueva normativa de repartos que se adapte a la vigente Ley de Propiedad Intelectual, tal y como ha pedido el Ministerio de Cultura para que no sea intervenida.

El tono del vídeo de la campaña no adolece de dramatismo: “La SGAE corre un serio riesgo de desaparecer”, “podemos amanecer sin casa”, “el Ministerio puede retirarnos la licencia de operación”, dice la voz en off de un anuncio al que sólo le faltan imágenes navideñas.

Este miércoles, el presidente José Ángel Hevia y los vicepresidentes Teo Cardalda (Pequeño Derecho), Antonio ONetti (Audiovisuales), Fermín Cabal (Gran Derecho) y Clifford Williams (Editores) hicieron pública esta campaña junto a la presentación de los nuevos estatutos y sistema de reparto –enviado a los socios y lleno de fórmulas apenas inteligibles– y manifestaron su deseo de que no salga el 'no'. “Sería un autocastigo y eso es un poco irracional. No se debería  imponer el 'no' puesto que sería catastrófico para todos”, señaló Hevia. “Sería un suicidio”, refrendó Onetti.

Esta imploración no esconde que no son pocos los que creen que la asamblea puede rechazar estos nuevos estatutos. Ya ocurrió en junio, lo que derivó en un apercibimiento por parte de Cultura –y la posibilidad de que la entidad sea intervenida– y en unas nuevas elecciones. Para la aprobación es necesaria una mayoría de 2/3 y hay quien cree, incluso dentro de la propia junta, que no se van a alcanzar esos números y que se tendrá que solicitar al Ministerio una orden ministerial para que los estatutos salgan adelante.

La oposición, muy crítica con los nuevos estatutos y el reparto

Fuera del equipo directivo, la oposición es latente. En las pre asambleas que se han elaborado hasta la fecha, como la de Catalunya, hubo  651 votos en contra de los estatutos frente a 194 a favor. En Sevilla, el resultado de la pre asamblea fue de 270 votos en contra y 115 a favor. “Eso ha sido muy buena señal. Nosotros estamos movilizándonos y vamos a votar que no a todo. La Junta está incumpliendo lo que ha pedido Cultura. Estos estatutos son un  parche”, señaló a eldiario.es Patacho Recio, uno de los socios que retiró su candidatura de las pasadas elecciones.

Desde la Junta Directiva reconocieron que los nuevos estatutos presentados son “de mínimos”. En ellos se manifiesta que habrá un mayor poder para la Asamblea con nuevas funciones como la ratificación de la política y el reglamento de reparto, la aprobación de la compra-venta de inmuebles y la elección de los miembros de la Comisión de Supervisión, un nuevo órgano de control del gobierno que tendrá un auditor externo y que se suma a la Comisión Deontológica que examina los conflictos de intereses. También habrá una obligación para la junta directiva de elaborar un informe anual de transparencia que tendrá que ser refrendado por la Asamblea General.

“Estamos intentando salvar la casa y adaptarnos a los que nos ha pedido Cultura”, subrayó Teo Cardalda, que no obstante, se mantuvo bastante en silencio durante la rueda de prensa. “Claro que hace falta una reforma más profunda, pero es que no ha dado tiempo”, manifestó con  mayor contundencia Cabal. Los miembros de la Junta Directiva señalaron que habían pedido una moratoria a Cultura para que la Asamblea pudiera hacerse en fechas posteriores, pero no fue concedida. El Ministerio ha puesto como tope el 27 y no dará ni un día más.

La crítica de que estos estatutos no son suficientes no es la única. Cultura pidió que el sufragio pudiera ejercerse mediante voto electrónico y será así, pero tendrá que ser con el DNI electrónico y no todos los socios tienen el certificado. “Hubiéramos preferido que el voto electrónico hubiera sido en las mismas condiciones que en la anterior Asamblea de junio, pero en los últimos tiempos la página de la SGAE ha recibido varios ataques informáticos”, explicó Onetti, quien aseguró que se había aprobado esta medida “para proteger la página de la SGAE, que es donde el socio ejerce su derecho a voto”.  

Tampoco suena bien la música para aprobar el reparto de diciembre. De hecho, cuenta con numerosos votos en contra. En Catalunya hubo 707 noes frente a 81 síes. “El sistema se ratificará en la asamblea. Se ha hecho en función de la legalidad vigente y paralelo al que la esta nueva junta heredó. No se han tocado las normas que había hasta ahora”, manifestó Hevia. Para Patacho Recio, sin embargo, “los sistemas de reparto son ilegales, tanto el de junio como el de diciembre y no queremos que sea ratificado. Si lees la letra pequeña ves que de los derechos generados por YouTube se destinaría un 50% a las televisiones. Hay chapuzas entre medias”.

Batallas dentro de la SGAE por 'la rueda'

Desde la SGAE  hicieron públicos por primera vez algunos datos sobre la recaudación de la música nocturna, asunto que dio lugar al caso, ahora judicializado, de la rueda de las televisiones. Así, según aclaró el presidente, en diciembre se repartieron más de 100 millones de euros en música, de los cuales 18 millones se obtuvieron de la emisión de música en horario de madrugada. Como los autores firman contratos al 50% con las editoriales de las televisiones, los músicos obtuvieron en torno a 9 millones de euros y las televisiones otros nueve millones. “Nos estamos matando por unos porcentajes que se están magnificando”, insistió Hevia.

Sin embargo, en este sentido salieron a la luz disensiones que también se encuentran dentro de la junta directiva. Como recalcó Cabal “solo el dinero de la franja nocturna es más que el que se llevan los Audiovisuales. Nosotros también queremos reivindicar esto. En Gran Derecho y Audiovisuales hemos  estado en contra de la distorsión del reparto. Por esto se ha creado una guerra civil dentro de la SGAE”.

Aprobación de la reforma de la LPI en enero

En medio de esta tensión que se palpa en el seno de la SGAE se encuentra la tramitación parlamentaria de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual para adaptarla a la nueva directiva europea, aprobada este miércoles en el Senado por unanimidad y que llegará al Congreso en la primera semana de enero.

En ella quedará regulada la recaudación de la música nocturna con un porcentaje del 20%. Esta nueva norma ha tenido algunos escollos, ya que el Partido Popular pretendía introducir una enmienda  en el senado que modificara este porcentaje del 20%, aunque finalmente fue retirada. “Estamos a favor de que se solvente la polémica [de la rueda] y que la nueva ley establezca criterios muy objetivos”, aseguró Hevia sobre este cambio normativo.

El problema para la SGAE es que cuando esta reforma aparezca en el BOE tendrán que volver a reformularse los estatutos, por lo que si se aprueban los del día 27 pueden quedar obsoletos en apenas unos días. Lo que ha puesto en marcha la entidad son unos estatutos adaptados a la legalidad vigente, no a la que puede haber en unas semanas. “Entonces habrá que abordar la reforma de los estatutos de manera inmediata, pero primero vamos a cambiar lo que tenemos, que es lo que nos ha pedido Cultura”, insistió el presidente.

Por tanto, puede que se aprueben los estatutos o no, pero si sucede, la rueda del hámster volverá a girar ya que la SGAE, una vez más, estará fuera de la normativa actualizada. Y los disidentes ya han advertido: “La única solución es que el Ministerio y para eso necesitamos votar que no y que el día 28 haya una intervención de Cultura. Y si no es así abandonaremos la SGAE”-

Como en el chiste, la entidad está ante una doble tesitura: susto o muerte.

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