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Mujeres de mediana edad sin alternativa laboral: el perfil de la precariedad en el sector de los cuidados

Cuidadoras en una residencia de ancianos.

Borja Ramírez

Durante los últimos meses se han sucedido por toda España concentraciones de trabajadoras del sector de la gerocultura en protesta por las condiciones laborales en las que se ven forzadas a desempeñar su trabajo. Las manifestaciones, convocadas por los principales sindicatos, se han sucedido en comunidades como País Vasco, Galicia, Aragón y Madrid. En la Comunitat Valenciana, el sindicato Intersindical Valenciana denuncia que las condiciones de las cuidadoras valencianas son “próximas a la esclavitud”.

Si bien desde el sindicato afirman que las condiciones en el ámbito público, pese a ser abiertamente mejorables, son de salarios “medio dignos”, aseguran que en el sector privado las condiciones son deplorables. Un portavoz de Intersindical lo ejemplifica con que la mayor parte de las veces que las trabajadoras deben realizar un desplazamiento para llevar a cabo su labor se ven obligada a utilizar su coche y no les pagan “ni la gasolina”. Además, explica, en alguno de estos desplazamientos se extiende la atención más allá del tiempo normal, ese tiempo corre a cuenta de la cuidadora o de la asistente.

Una de las principales reivindicaciones de las trabajadoras es que se les pague un sueldo digno, acorde al trabajo, la preparación y las responsabilidades que desempeñan. “El conjunto de todos los conceptos que tienen en el sueldo está ajustado al salario mínimo interprofesional, a los 900 euros brutos mensuales o 1.050 incluyendo las pagas. A lo mejor el salario base son 752, por ejemplo, y luego, como no pueden cobrar menos que el salario mínimo interprofesional, tienen el complemento para ajustarse a este”, explican desde el sindicato.

Al igual que ocurre en otros muchos sectores, el número de inspectores es bajo y es necesario detectar la infracción en el momento. También algunas empresas presentan datos falsos y algunas comisiones pueden llegar a favorecer a empresas. Desde Intersindical denuncian que las cuidadoras se encuentran con que “si dan la cara, mañana están en la calle, y aunque estén cobrando poco les hace falta para vivir”.

“Estamos hartos de presentar denuncias y la inspección a veces actúa… pero al día siguiente volvemos a las mismas. No hay una plantilla de inspectores lo suficientemente amplia como para poder cerciorarse de que las cosas se hagan conforme deberían y muchas veces las cosas se quedan como están. Además, las condiciones varían y dependen del centro de trabajo al que acudan”, denuncian desde el sindicato

Sin opciones

El perfil de las cuidadoras es predominantemente femenino, rondando los cuarenta años. Según datos del ministerio de Trabajo, más del 90% de las personas afiliadas a la Seguridad Social en este sector son mujeres. Además, la invisibilidad de la labor que realizan, que incluye actividades en salud, pero también de trabajo social y labores domésticas, hace que sus condiciones de trabajo muchas veces no se vean reconocidas.

La mayoría de las veces, si el perfil de la solicitante de empleo es de menor edad, siguen buscando trabajo al ver las condiciones del sector. Sin embargo, a ciertas edades, sobre todo a partir de los cuarenta años, encontrar trabajo es especialmente complicado para las mujeres. Este tipo de condiciones son las que tienen que aceptar las trabajadoras, “porque no les queda otra y para poder llevar a casa esos 900 euros”. También se dan situaciones en las que la empleada realizaba jornadas de hasta doce horas con un contrato de media jornada.

Las trabajadoras se quejan de que muchas veces se les pide que hagan trabajos de todo tipo, estén o no cualificadas para ello. A esto se añade una eventual falta de ayudas materiales para desempeñar su labor. “Tienen que tratar con gente muy pesada y levantarlos sin ayuda de nada, con lo cual se las ven y se las desean. Todo el mundo no está desamparado; hay algunas, las menos, que tienen las ayudas que necesitan. El resto de la gente es un ”apáñatelas como puedas“. Todas las quejas de estas trabajadoras están fundadas y la inspección es conocedora de ellas, aunque su actuación es muy complicada en estos casos”, denuncia el sindicato.

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