Médicos del Mundo vuelve a Gaza para curar a la población civil bloqueada
Recuerda la entrada a Gaza como uno de los momentos más duros del proyecto. “Te pone los pelos de punta. Es como entrar en una cárcel”, reconoce la enfermera Aloña Zubizarreta. “Primero pasas por un control israelí, un lugar parecido a la terminal de un aeropuerto, donde te hacen una serie de preguntas: para qué vas a entrar, qué vas a hacer, durante cuánto tiempo... y entonces pasas por un escáner todo el material que llevas. A continuación se abre una puerta de hormigón y tienes que caminar a través de un pasillo con rejas a ambos lados que desemboca en el control de la Autoridad Nacional Palestina. Por último, pasas por el control de Hamas y ya entras en Gaza”.
Esta guipuzcoana afincada en Jerusalén participa en un proyecto de Médicos del Mundo España que este mes de septiembre la volverá a llevar a terreno gazatí. Será la tercera vez que entre allí para pasar una semana maratoniana de intervenciones quirúrgicas, acompañada de otros voluntarios: dos traumatólogos y un anestesista completan el equipo de la ONG.
Su trabajo se centrará en tratar malformaciones congénitas o lesiones permanentes en niños, niñas y adolescentes. “Muchos de los que operamos tienen unos dos años, que es cuando transcurrió la última ofensiva israelí, por lo que creemos que muchas de las deformaciones no se trataron en el momento porque los hospitales estaban colapsados. Si se hubieran tratado entonces se hubieran corregido con una simple escayola o con un tratamiento sencillo”, asegura la guipuzcoana.
Para que la recuperación sea estructural es además esencial formar a las y los profesionales locales y administrarles material, ya que el bloqueo impuesto por Israel desde 2006 no les permite salir de allí. “Hay personal médico que ha estudiado en Estados Unidos antes del bloqueo, pero son incapaces de hacer una artroscopia de hombro porque es un técnica relativamente reciente, de hace 10 años, y no han tenido oportunidad de aprenderla. Tienen muy buena formación pero no pueden aztualizarse”, explica Zubizarreta.
Todo son buenas palabras hacia los y las profesionales gazatíes: “Nos han acogido fenomenal; en mi caso han estado conmigo durante las intervenciones dispuestos a formarse y además han colaborado”, añade.
En las próximas semanas, Zubizarreta volverá a repetir las jornadas maratonianas de este proyecto. El primer día verán a unos 80 pacientes y harán el cribado de quienes son operables. A partir de ahí, los días son parecidos. “Solemos empezar a operar a las ocho de la mañana, hasta las seis o siete de la tarde. Eso sí, paramos a comer”, sonríe.
Pese a no conocer al resto del equipo voluntario, tener una misma causa ayuda, afirma Aloña. “Tenemos en común la cooperación. Vamos con el propósito de ayudarles y de hacerlo lo mejor posible. Con esa premisa todo es más fácil”, concluye.
Las operaciones anteriores se llevaron a cabo entre el European Hospital y en el hospital Al Nasser, cerca de la frontera con Raffá (Egipto), a donde el equipo de la organización humanitaria regresará en esta ocasión. La iniciativa cuenta con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), la Comunidad de Madrid, Médicos del Mundo y el apoyo de Ayuda médica para palestinos (MAP).