Gibraltar, una activa economía que contrasta con sus vecinos españoles

Gibraltar tiene una activa economía que ha sabido atraer a empresas, especialmente de servicios financieros y juego “online”, hasta el punto de que si las más de 16.800 firmas radicadas en el Peñón tuvieran que repartirse el espacio no podrían ocupar ni medio metro cuadrado cada una de ellas.

Gibraltar se ha convertido en el principal escollo para que España acepte el acuerdo preliminar alcanzado por el Reino Unido y la UE para el “brexit, un texto que será analizado el domingo por los líderes de la Unión.

Con una extensión de 6,8 kilómetros cuadrados, la mayor parte un macizo rocoso en el que no hay viviendas ni edificios, y una población de unas 32.000 personas, es evidente que muchas de las empresas asentadas en Gibraltar apenas necesitan espacio físico.

Un impuesto de sociedades con un tipo del 10 % y un IRPF del 25 %, son ya estímulos suficientes para que muchas empresas se sientan atraídas por Gibraltar.

Los servicios financieros, y en especial las aseguradoras, son uno de los sectores con mayor peso en la economía gibraltareña.

“Uno de los principales alicientes que les ofrece Gibraltar es que tiene un regulador estricto, pero muy cercano. Si quieren una cita en Londres, tendrán que esperar, a veces semanas, mientras que en Gibraltar pueden conseguirla con rapidez, lo cual puede ser decisivo para su implantación”, explican fuentes empresariales gibraltareñas.

Gibraltar también presume de tener un marco legislativo “riguroso, pero, al mismo tiempo, ágil y flexible” y capaz de regular sectores nuevos o emergentes.

Ocurrió con el juego “online”, un sector en el que ahora existen 33 empresas, “menos que en Malta o en Chipre, por ejemplo, pero son las más prestigiosas y las más grandes del sector”, señalan las fuentes.

Y ahora, además, compañías relacionadas con las criptomonedas que se ven atraídas por Gibraltar porque ha sido “uno de los primeros en legislar este sector”.

“No olvidemos que las empresas, especialmente las que se mueven en sectores emergentes, son las primeras interesadas en contar con una regulación que les ampare y que marque con claridad las pautas a seguir”, subrayan las fuentes.

Con un paro apenas inexistente (45 personas en junio de 2018), una deuda pública que es de las menores de la UE, la previsión de PIB per cápita de Gibraltar para el ejercicio 2016/17 era de 92.843 dólares, lo que la situaba entre las primeras del mundo.

La estimación del PIB 2017-2018 es de 2.180 millones de libras, lo que supone un aumento del 8,6 %, comparado con el ejercicio anterior. Un crecimiento que es ligeramente inferior al que se registró en los dos ejercicios anteriores, que llegaron al 11 %.

La economía gibraltareña, un claro contraste con la del Campo de Gibraltar, con localidades como La Línea de La Concepción en las que el paro alcanza el 32,75 %, tiene un fuerte impacto en esta zona vecina española.

Un informe que analizaba este impacto y que fue publicado en 2015 por la Cámara de Comercio de Gibraltar, con datos de 2013, aseguraba que la economía gibraltareña representa un 0,761 % del PIB andaluz (tuvo un impacto cifrado ese año en más de 846 millones de libras) y del 24,4 % del PIB del Campo de Gibraltar.

Las interacciones son muchas. En 2013, por ejemplo, las empresas de Gibraltar importaron casi 381 millones de libras en mercancías y servicios desde España (incluidas las importaciones netas de petróleo).

Una de las más destacadas es la generación de puestos de trabajo en el Peñón. El mes de septiembre de 2018 cerró con un total de 14.446 personas que desarrollan su labor profesional en Gibraltar, pero residen en España.

Son 1.392 más que las que lo hacían al final de 2017, un 10,7 % más, según datos facilitados por el Departamento de Empleo del Gobierno de Gibraltar, que se refiere sólo a trabajadores dados de alta en los registros oficiales con un contrato fijo. De ellos, la mayor parte, el 62,4 %, eran españoles (9.016).

Tras los españoles, los grupos más numerosos proceden de Reino Unido (2.354), Portugal (895), Rumanía (397) e Italia (240), aunque hay más de 60 nacionalidades entre los trabajadores transfronterizos.

Los trabajadores españoles, que tributan en los dos lados, en el que ganan dinero y en el que viven, se quejan de que nunca han sido considerados transfronterizos por la UE.

“Nosotros, el 'brexit' lo llevamos viviendo desde hace muchos años”, indicaba a EFE hace unos días el presidente de la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar, Salvador Molina.

Uno de sus caballos de batalla, explica, son sus pensiones. “Si yo vivo en los Pirineos y trabajo diez años en Francia o vivo en Ayamonte y trabajo diez años en Portugal, me contabilizan como cotizados en España. Pero en Gibraltar no”, señala.