Bruselas recorta el crecimiento de España en 2021 hasta el 4,6% y lo sitúa por debajo de la media europea
Bruselas recorta las expectativas de crecimiento de España en 2021 en más de un punto y medio: del 6,2% que anunció en julio hasta el 4,6% de las previsiones de otoño publicadas este jueves. Esa rebaja, además, supone dejar a España, que se encontraba a la cabeza del crecimiento europeo, por debajo de la media de los 27, que se sitúa en el 5%. Eso sí, para los próximos dos años, Bruselas sí que prevé un crecimiento de España superior a la media europea. Así, la Comisión Europea cree que España crecerá un 5,5% en 2022 –4,3% de media de la UE– y un 4,4% en 2023 –2,5% en los 27–, por lo que España no recuperará sus niveles económicos prepandémicos hasta el primer trimestre de 2023.
“En España se proyecta un crecimiento del 4,6% en 2021, por debajo de nuestras expectativas de verano”, reconoce el comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni: “Sin embargo, se espera que el PIB de España se mantenga en una senda de crecimiento muy fuerte durante los próximos dos años gracias a la implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia. Se proyecta un crecimiento del 5,5% en 2022 y del 4,4% en 2023”.
Los datos publicados este jueves truncan la evolución ascendente. Si en mayo Bruselas aumentó tres décimas las previsiones para 2021, del 5,6% al 5,9%, en julio volvió a subir otras tantas, hasta el 6,2%. A la cabeza del crecimiento en la UE se sitúan Irlanda (14,6%); Estonia (9%) y Croacia (8,1%). Y los que menos crecerían en 2021 son: Alemania (2,7%), República Checa (3%) y Finlandia (3,4%).
El Gobierno, mientras tanto, mantiene sus previsiones para 2021, del 6,5%, a la espera de su revisión, después de haber cerrado 2020 con una caída del PIB del 10,8% por la crisis sanitaria, económica y social de la pandemia del coronavirus.
Así, España pasa de ser uno de los países que más iba a crecer en este año en la Unión Europea, a crecer por debajo de la media de los 27. En todo caso, el panorama dibujado por el Ejecutivo comunitario para España es optimista, aunque alerta de riesgos para la economía europea.
“Aunque el impacto de la pandemia en la actividad económica se ha debilitado considerablemente, la COVID-19 aún no ha sido derrotada y la recuperación depende en gran medida de su evolución, tanto dentro como fuera de la UE. A la luz del reciente aumento de casos en muchos países, no se puede descartar la reintroducción de restricciones que afecten en la actividad económica. En la UE, este riesgo es particularmente relevante en los Estados miembros con tasas de vacunación relativamente bajas”.
Según Bruselas, “los riesgos económicos también se relacionan con el impacto potencialmente prolongado de las actuales restricciones y cuellos de botella de la oferta. La inflación puede resultar más alta de lo previsto si las restricciones de oferta son más persistentes y los aumentos salariales por encima de la productividad se traspasan a los precios al consumidor”.
“Resistencia del mercado laboral español”
“Después de registrar la contracción más profunda en la UE en 2020”, afirma la Comisión Europea, “la recuperación económica está ganando terreno en España. La implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia mantendrá el impulso económico y estimulará la inversión pública y privada. El mercado laboral ha mostrado una resistencia notable en comparación con crisis anteriores y se espera que la tasa de desempleo caiga por debajo de su nivel anterior a la crisis en 2023. La inflación ha aumentado en 2021 y se prevé que se mantenga alta hasta mediados de 2022. Se prevé que el déficit público mejore al 5,2% en 2022 y al 4,2% en 2023, debido a un buen comportamiento de los ingresos y al escenario macroeconómico favorable”.
Bruselas explica que las medidas de contención del coronavirus, aún vigentes, han “lastraron la actividad económica en el primer semestre de 2021, con una moderada contracción del PIB en el primer trimestre (-0,6%), seguida de un repunte más suave de lo esperado en el segundo trimestre (1,1%)”.
“Éxito de la vacunación”
Desde el levantamiento del estado de alarma a mediados de mayo, “respaldado por el éxito de la campaña de vacunación, la economía española ha entrado en una recuperación constante”, afirma Bruselas: “El sector servicios, incluidas las actividades relacionadas con el ocio y el turismo, están apoyando la recuperación. La creación de empleo se ha acelerado en los últimos meses y los indicadores de confianza siguen siendo muy altos tanto para la industria manufacturera como para los servicios. En este contexto, se prevé que el PIB real se acelere en la segunda mitad del año y alcance una tasa de crecimiento anual del 4,6% en 2021, con el consumo privado como principal motor”.
Bruselas pronostica que “tras el repunte en la segunda mitad de 2021, la economía española continuará creciendo en 2022 y cerrará la brecha con su nivel de PIB prepandémico en el primer trimestre de 2023”. Es decir, España no recuperará sus niveles económicos prepandémicos hasta el primer trimestre de 2023, más tarde que otros países europeos.
Entre los Estados miembros más grandes, Polonia volvió a los niveles de producción anteriores a la crisis en el segundo trimestre de 2021, se prevé que los Países Bajos lo hayan hecho en el tercer trimestre de 2021 y que Francia lo alcance en el cuarto trimestre de 2021. Bruselas también prevé que Alemania lo haga en el primer trimestre de 2022 e Italia en el segundo trimestre de 2022.
La Comisión Europea espera que “el crecimiento del consumo privado se mantenga fuerte con el impulso del ahorro acumulado durante la pandemia y la recuperación del empleo”. Y también fía buena parte de la recuperación a los fondos europeos: “El plan de recuperación impulsará la inversión pública y privada. El pronóstico incorpora gastos financiados con transferencias de los fondos europeos por un monto del 5% del PIB de 2019 hasta finales de 2023. También se espera que el sector externo contribuya al crecimiento del PIB, gracias a la paulatina normalización del turismo internacional. Se prevé que la actividad económica continúe expandiéndose en 2023, aún bajo el impulso del gasto y las reformas financiadas por el plan de recuperación, aunque se prevé que las tasas de crecimiento trimestrales se moderen”.
En general, se prevé que el PIB crezca un 5,5% en 2022 y un 4,4% en 2023. Si bien la incertidumbre ha disminuido significativamente gracias al control de la situación sanitaria a nivel nacional, aún existen varios riesgos“, dice Bruselas: ”La persistencia o el resurgimiento de la pandemia en otros países podría influir en el crecimiento económico, en particular al retrasar la recuperación total del sector turístico. Los cuellos de botella del lado de la oferta y los precios de la energía y el transporte podrían retrasar la recuperación a corto plazo, mientras que los desajustes del mercado laboral podrían afectar la implementación de inversiones verdes y digitales conectadas al plan de recuperación. Por el contrario, la implementación de los fondos europeos podría generar efectos de atracción más poderosos y un impacto más fuerte de las reformas en el crecimiento potencial“.
La Comisión Europea constata que la inflación alcanzó el 2% en abril y el 4% en septiembre, debido al repunte de los precios del gas y la electricidad. Así, espera que los estos precios se mantengan en niveles récord hasta el segundo trimestre de 2022, a pesar de algunas medidas adoptadas por el Gobierno para contenerlos, incluida la reducción del IVA.
Además, el Ejecutivo comunitario considera que “la indexación de las pensiones con el IPC ejercerá cierta presión al alza sobre la inflación subyacente. Sin embargo, el mercado laboral español debería ayudar a contener los salarios y limitar los efectos en la inflación. Como resultado, se espera que las presiones inflacionarias actuales comiencen a disminuir en la segunda mitad de 2022. En general, se prevé que la inflación alcance el 2,8% en 2021, se modere al 2,1% en 2022 y disminuya al 0,7% en 2023 por los efectos de base negativos en los precios de la energía. A su vez, se prevé que la inflación subyacente aumente del 0,6% en 2021, al 1,5% en 2022 y disminuya al 1,3% en 2023”.
El papel de los ERTE
Bruselas también habla de los ERTE: “Mitigaron notablemente la destrucción de puestos de trabajo durante las etapas iniciales de la crisis de COVID-19 y han allanado el camino para una rápida recuperación del mercado laboral. Tanto el número de trabajadores como la tasa de desempleo se han recuperado aproximadamente a sus niveles anteriores a la pandemia, aunque alrededor de 200 000 empleados siguen sujetos a ERTE (1% del empleo total). El Gobierno español tiene previsto sustituir el actual régimen extraordinario por uno nuevo de carácter estructural, con un mayor enfoque en la reconversión y mejora de las competencias de los trabajadores. Se espera que la tasa de desempleo disminuya en los próximos dos años, del 15,2% en 2021 al 13,9% en 2023”.
Según la Comisión Europea, “la pandemia y las medidas adoptadas por el Gobierno para superar la crisis provocaron un deterioro excepcional de las finanzas públicas españolas”.
Así, “el déficit de las administraciones públicas alcanzó el 11% del PIB en 2020, y la ratio deuda/PIB aumentó en casi 25 puntos porcentuales. Con la reanudación del crecimiento económico en el segundo trimestre de 2021, el déficit público comenzó a disminuir gracias, en particular, al aumento del impuesto sobre la renta y los ingresos del IVA”.
A finales de 2023, se espera que la ratio de deuda se mantenga por encima del 100% del PIB en seis Estados miembros (Bélgica, Grecia, España, Francia, Italia y Portugal), frente a tres Estados miembros a finales de 2019.
De esta manera, el Ejecutivo comunitario prevé que “la eliminación gradual de varias medidas introducidas para contener el impacto de la pandemia y el sólido comportamiento de los ingresos reduzcan el déficit al 8,1% del PIB en 2021. La deuda, que aumentará al 120,6% del PIB en 2021, se espera que disminuya gradualmente a partir de 2022. Un escenario macroeconómico de apoyo, en parte debido a la implementación de los fondos europeos, y la acción de los estabilizadores automáticos, ayudarán a que la relación deuda/PIB disminuya al 118,2% y seguir mejorando el balance, con un déficit del 5,2% en 2022. El crecimiento económico sostenido y la contención del gasto corriente total serán los principales impulsores de una mayor reducción del déficit público, hasta el 4,2%, y del ratio de endeudamiento hasta el 116,9% en 2023”.
Rápida recuperación
Bruselas afirma que la economía de la UE se está recuperando de la recesión pandémica más rápido de lo esperado. Y “a pesar de los crecientes vientos en contra, se prevé que la economía de la UE siga expandiéndose durante los próximos dos años, con una tasa de crecimiento del 5%, 4,3% y 2,5% en 2021, 2022 y 2023, respectivamente. Se prevé que las tasas de crecimiento de la zona del euro sean idénticas a las de la UE en 2021 y 2022, y del 2,4% en 2023. Esta perspectiva depende en gran medida de dos factores: la evolución de la pandemia de la COVID-19 y el ritmo de ajuste de la oferta al rápido cambio de tendencia de la demanda tras la reapertura de la economía”.
Con casi el 14% en términos anuales, la tasa de crecimiento del PIB en la UE en el segundo trimestre de 2021 fue la más alta registrada, tan alta como la caída sin precedentes del PIB en el mismo período el año pasado, durante la primera ola de la pandemia. La economía de la UE recuperó el nivel de producción anterior a la pandemia en el tercer trimestre de 2021 y pasó de la recuperación a la expansión.
Así, Bruselas espera que la demanda interna continúe impulsando esta expansión: “Las mejoras en los mercados laborales y una disminución proyectada del ahorro deberían contribuir a un ritmo sostenido del gasto de los consumidores. La implementación de los fondos europeos también está comenzando a desempeñar un papel importante en el impulso de la inversión pública y privada”.
No obstante, “los cuellos de botella y las interrupciones en el suministro mundial están pesando sobre la actividad en la UE, en particular en su sector manufacturero. Además, después de haber caído drásticamente en 2020, los precios de la energía, en particular del gas natural, han aumentado a un ritmo tumultuoso durante el último mes y ahora están muy por encima de los niveles prepandémicos, lo que pesa sobre el consumo y la inversión”.
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