Recuperación a golpe de tragedia: la construcción remonta tras la crisis con aumentos en la siniestralidad laboral
La semana pasada dos trabajadores fallecieron en una obra en Madrid, por el derrumbe de un edificio en rehabilitación destinado a convertirse en viviendas de lujo. El día que encontraban el cuerpo del segundo desaparecido entre los escombros, el pasado viernes, otro trabajador fallecía en Valencia al caer de un andamio desde un quinto piso. Las muertes no son aisladas. 2014 es el año de la recuperación para el sector, del aumento de su actividad y del empleo tras el desplome del ladrillo durante la crisis, pero también es un punto de inflexión para la siniestralidad en la construcción. Ese año se rompió el continuo descenso de más de una década en la incidencia de los accidentes laborales, que ha ascendido un 23,06% en los últimos cuatro años.
El aumento de la siniestralidad laboral general es una de las principales inquietudes de los sindicatos. En términos totales, existe un incremento de los accidentes desde 2013. Aumentan en términos absolutos y también si tomamos el índice de incidencia (cuántos accidentes hay por cada cien mil trabajadores). Este indicador permite comparar diferentes ejercicios a pesar de las fluctuaciones en el número de personas empleadas. Las organizaciones de trabajadores apuntan a la reforma laboral y su empuje de la precariedad, así como en la menor inversión en prevención de riesgos laborales, como una de las principales causas de estos siniestros.
En el caso de la construcción, el aumento de la incidencia de los accidentes se produce a partir de 2014. Aunque algunas voces suelen relacionar los incrementos de los accidentes con el aumento de la actividad, la incidencia de siniestros bajaba de manera continuada entre el año 2000 y el 2005, en pleno crecimiento del sector (de los 18.770 por cada cien mil trabajadores a los 13.498, respectivamente). Continuaron bajando entre 2006 y 2014, pero a partir de ese año, los accidentes inician una escalada que no ha cesado.
El pasado año, aún con cifras provisionales del Ministerio de Empleo, la construcción fue el sector en el que más subió la incidencia de accidentes con baja durante la jornada: un 6%. En el caso de la incidencia de muertes laborales durante el tiempo de trabajo, el alza fue mucho mayor: un 18% más que en 2016.
Recuperación con mucho “pistolero” y empleo precario
La construcción está empujado tanto la recuperación del PIB como la del empleo en los últimos tiempos. En el primer trimestre de 2018, el sector experimentó un crecimiento del 6% en términos interanuales, mientras que el PIB subió un 3%, según la Contabilidad Nacional Trimestral publicada este jueves por el INE.
En cuanto al crecimiento del empleo, en términos generales ha reducido el ritmo de subida, con un avance del 2,6%. Y esa cifra se sostiene sobre todo gracias al incremento de la ocupación en la construcción –de un 7,2%– frente a tasas más moderadas de la agricultura, la industria y los servicios (0,7%, el 2,9% y el 2,4%, respectivamente).
“La precariedad ha aumentado muchísimo en la recuperación. Precariedad ha habido siempre, pero lo de ahora es impresionante, de épocas muy complicadas en que no había ninguna inversión”, advierte Daniel Barragán, secretario de Acción Sindical de Construcción y Servicios de Comisiones Obreras. Barragán avisa de que han visto un repunte importante de los llamados “pistoleros”, “empresas que no son tal que cogen a trabajadores sin formar en una camioneta, como ganado, sin contrato muchas veces, y los sueltan a un chalet en medio de la sierra a hacer una obra”.
Los sindicatos explican que la recesión se llevó por delante muchas empresas más profesionalizadas, que cumplían y tenían instaurados protocolos de prevención y formación, mientras que muchas empresas 'piratas' están encontrando en la recuperación un espacio para hacer dinero sin respetar las normas laborales. La crisis, recuerda también la patronal Seopan, provocó “la drástica reducción de tamaño de empresas” de la construcción y ante el nuevo auge de la vivienda, se está produciendo “la necesidad de contratar a un mayor número de empresas auxiliares respecto de lo que venía siendo habitual en el pasado”.
Además, las características del impulso de la construcción desde 2014 también da más margen a la proliferación de actores 'piratas'. Este auge está basado “en la edificación privada, no en las obras de grandes infraestructuras, obra civil ni de mantenimiento de carreteras”, explica Juan Carlos Barrero, responsable de Construcción de UGT-FICA. Tampoco en la edificación de vivienda pública, más controlada por las autoridades, añade.
Impulso de la Inspección para frenar los siniestros
Los sindicatos explican que durante la crisis las empresas recortaron en partidas que no daban un beneficio explícito y en forma de ganancia inmediata, pero que son fundamentales a largo plazo. La prevención de riesgos laborales fue una de sus víctimas y aún no se ha recuperado. “Hay que darle la vuelta a ese argumento. Poner sobre la mesa el coste de la no prevención”, defiende Ana García de la Torre, secretaria de Salud Laboral de UGT. Las bajas de trabajadores, las indemnizaciones, los desperfectos suponen pérdidas para los empresarios, “por no decir la vida de un trabajador, que eso no se puede reemplazar”.
Daniel Barragán critica que en muchas ocasiones se achacan los siniestros a la baja formación o los errores de los propios trabajadores. “Es impresionante, cuando además si hay una falta de formación le corresponde generalmente a las empresas”. Esta semana, Manuela Carmena se reunía con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, después de que empresarios de la construcción le comunicaran una falta de personal cualificado en el sector. Juan Carlos Barrero considera que “todavía hay muchos trabajadores de la construcción que fueron expulsados del mercado durante la crisis. Trabajadores hay, otra cosa es que no los quieran pagar”.
Las centrales sindicales recomiendan volver a las recetas que permitieron reducir los accidentes años atrás: más prevención, seguridad en las obras y la presión de la Inspección de Trabajo. Ana García de la Torre afirma que, dado el aumento del empleo y la actividad económica, “las visitas de la Inspección no pueden ser las mismas que antes, como hemos visto en los Presupuestos para este año del Gobierno”.
La diferencia entre invertir en seguridad laboral o no hacerlo es muy alta, recuerda la sindicalista: “Calculamos que 7 de cada 10 accidentes laborales se podrían evitar”. La diferencia, en algunos casos, es la vida de una persona. En los primeros tres meses del año murieron 14 trabajadores de la construcción durante su jornada laboral.