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Iberia, abierta a negociar diferentes fórmulas de ajuste como un ERE temporal
El recorte de 4.500 empleos previsto en el plan de transformación de Iberia se puede instrumentalizar a través de diferentes fórmulas como prejubilaciones, bajas incentivadas o incluso un ERE temporal (ERTE)
Con esta última fórmula, la cifra de ajuste de plantilla podría reducirse durante la negociación con los sindicatos.
El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, señaló hoy, en un encuentro con periodistas, que los márgenes de negociación de la propuesta de la compañía son amplísimos y se puede discutir todo con la representación de los trabajadores, ya que “no hemos puesto ninguna línea roja”.
No obstante, cualesquiera que sean las fórmulas por las que se opte, se tiene que lograr el objetivo de ganar 600 millones de euros en 2015, para obtener ese año un beneficio operativo de 300 millones de euros, frente los 300 millones de pérdidas actuales.
Sánchez-Lozano explicó que 450 millones de euros provendrían de la reducción de los costes laborales y 150 millones restantes de la mejora de la política comercial.
La disminución de los costes se lograría, a su vez mediante un ajuste de plantilla y un recorte salarial (que incluye congelación salarial y de deslizamientos) de entre un 25 % y un 35 % para los que sigan trabajando respecto a lo que habrían cobrado en 2015, sin que se hubiera puesto en marcha el plan.
Los costes laborales de Iberia se sitúan en la actualidad en 1.300 millones de euros al año, añadió.
El consejero delegado precisó que el número de personas en edad de prejubilación en Iberia que hay en estos momento supone más de la mitad de la cifra de recorte de plantilla propuesto, aunque eso no quiere decir que todas ellas se acojan a dicha fórmula, ya que todo dependerá de la negociación.
En Iberia, actualmente hay tres ERE en vigor, para cada uno de los tres colectivos de la compañía (pilotos, tripulantes de cabina, TCP, y trabajadores de tierra) pero son “muy caros”, por lo que habría que ajustarlos.
Iberia se ha reunido ya con los sindicatos -ayer con los de trabajadores de tierra y de TCP y hoy con el Sepla, que no ha acudido a la cita- y les ha entregado el plan de transformación correspondiente a cada uno de los tres colectivos y, tras ello, el siguiente paso, según el directivo, “es oír las propuestas de los sindicatos”.
Sánchez-Lozano confió en que ambas partes se sienten a negociar con buena fe porque Iberia tiene un problema muy grave y hay que resolverlo.
Asimismo, dijo que “no ve ningún motivo para que los sindicatos no negocien el plan de transformación y vayan a la huelga”, ya que “no veo qué beneficio tiene para los trabajadores no negociar el plan”, sentenció.
El plan de transformación de la compañía cuesta “cientos de millones”, agregó, aunque no concretó el importe, y ahora Iberia aún tiene caja para reestructurarse, pero ésta se ha deteriorado en los últimos años, pasando de 2.500 millones de euros en 2008 a 1.074 millones, recordó.
En este sentido, advirtió de que “o ajustamos la compañía o no vamos a sobrevivir” y añadió que, si no se hace nada, en 2013, Iberia tendría pérdidas operativas similares a las del presente ejercicio que se elevan a 262 millones de euros entre enero y septiembre.
Sánchez-Lozano explicó que el plazo del plan con un horizonte de 2015 es realista y suficiente, y no puede ser más largo porque no se puede pedir a los accionistas que sigan perdiendo más, tras cuatro años consecutivos en negativo.
Tampoco la fecha límite para alcanzar un acuerdo con la representación sindical (31 de enero de 2013) ha sido elegida por capricho, ya que se trata de poder poner en marcha los cambios a partir del 1 de abril, si se quiere evitar nuevas pérdidas durante el próximo ejercicio.
En cuanto a su reunión con la ministra de Fomento, Ana Pastor, celebrada la semana pasada, Sánchez-Lozano dijo que se ha informado al Gobierno de los detalles del plan y “no nos han dicho nada” e, insistido en que se trata de una compañía privada, que tienen que discutir su reestructuración con los sindicatos.