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Las ventas de turismos se desploman un 30,8% en agosto, su mayor caída desde 2008
Las matriculaciones de turismos y todoterrenos en España descendieron en agosto un 30,8% en comparación con el mismo mes de 2018, hasta 74.490 unidades, han informado este lunes las patronales de fabricantes (Anfac), de vendedores (Ganvam) y de concesionarios (Faconauto).
Se trata de la mayor caída para agosto en cuanto a la comercialización de turismos desde 2008, cuando se desplomó un 41,27% en plena crisis económica.
Las ventas de turismos y todoterrenos han caído un 9,2% (883.649 unidades) en los ocho primeros meses del año.
En cuanto al tipo de carburante, el 59,2% de los turismos vendidos en agosto fueron de gasolina; el 27,1%, de diésel, y el 13,7%, eléctricos, híbridos enchufables, hidrógeno o gas.
En el periodo enero-agosto, el 61,5% de los turismos vendidos en agosto fueron de gasolina; el 27,5%, de diésel y el 11%, eléctricos, híbridos enchufables, hidrógeno o gas.
Hace un mes, las patronales de fabricantes y concesionarios mostraban su preocupación por el descenso de las matriculaciones, que, según la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, muestran una tendencia muy similar a la de otros países de la UE.
La patronal de concesionarios Faconauto señalaba que el contexto económico o de consumo no puede explicar la caída de matriculaciones, que achaca a la incertidumbre, por lo que considera necesario que se forme un gobierno que lidere las reformas que necesita el sector. Auguran que para finales de año el retroceso será de en torno al 7%.
Además, la patronal de vendedores Ganvam ha explicado en un comunicado que hace falta un gobierno estable que “no actúe con ligereza a golpe de declaración creando incertidumbre en los compradores porque la caída de las matriculaciones tendrá un efecto en el conjunto de la economía, empezando por el empleo” y ha reclamado un plan de estímulo para retirar los coches más antiguos y contaminantes.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aventuró hace un año que el diésel tiene “los días contados” y que su “impacto” en la calidad del aire “es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida”.
