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Romero (PSOE) y Moral (IU) defendieron ante otros consejeros la compra que llevó a Blesa a prisión

El exconsejero de Caja Marid, José Antonio Moral Santín, a su salida de la Audiencia Nacional donde acudió a declarar el 12 de septiembre de 2012 ante el juez Fernando Andreu, que instruye el caso Bankia. EFE/Paco Campos

Juan Luis Sánchez

Miguel Blesa no estuvo solo en el impulso de la operación por la que acabó siendo enviado a prisión preventiva por parte de juez Elpidio Silva, luego apartado del caso. Desde luego no formalmente, porque la iniciativa fue aprobada por unanimidad, algo habitual en los consejos de administración de Caja Madrid. Pero tampoco en el debate interno: varios consejeros le mostraron su apoyo explícito en el momento crucial para dar luz verde a la operación, a pesar del escepticismo prudente de otros, que terminaron por votar también a favor. Entre los que más apoyaron a Blesa estuvo José Antonio Moral Santín, el hombre de IU en el consejo de Caja Madrid, y Antonio Romero, del PSOE.

El acta de la reunión del Consejo de Administración de Caja Madrid del 14 de abril de 2008, a la que ha tenido acceso eldiario.es a través de los correos de Blesaa través de los correos de Blesa, derivados a esta redacción por el Partido X, es más larga e intensa de lo habitual. Porque hubo debate. Sobre la mesa, la propuesta del presidente de entidad de comprar el City National Bank of Miami, un banco de Florida. Es la decisión por la que el juez Elpidio Silva acabaría por mandar a prisión preventiva al presidente de la caja argumentando una “gestión aberrante” de los recursos de la entidad pública. Según el juez, la caja pagó demasiado por un banco que no lo valía y se causaron unas pérdidas de 500 millones de euros a Caja Madrid. Según el auto que lo mandaba a prisión provisional, Blesa no realizó un análisis “mínimamente solvente de viabilidad y de riesgo asumible” y se pagó “un sobreprecio”, lo que supone haber incurrido en “ignorancia deliberada”.

Aquella mañana de abril, la compra del City National era el primer punto del día. Miguel Blesa se empleó a fondo para garantizar la autorización del consejo y tomó la primera palabra: señaló, según el acta, que “entre los objetivos estratégicos” estaba la “presencia internacional” de la caja y que la operación que se presentaba iba en esa línea para entrar en “el mercado americano”, calificado como “uno de los más solventes”. Blesa cedió la palabra entonces a su director de Desarrollo Internacional e Inversiones Especiales, Rafael Sánchez Lozano, al que invitó al Consejo para que explicara las virtudes del preacuerdo de compra del 83% de la entidad estadounidense por un importe de 927 millones de dólares. También se expusieron algunos “temas fiscales” que en el acta no se detallan pero que repercutirían en “importantes ahorros para la Caja”.

El primer consejero en tomar la palabra para mostrar su escepticismo es Estanislao Rodríguez-Ponga, exsecretario de Estado de Hacienda con Aznar y miembro del consejo por recomendación de Esperanza Aguirre, no precisamente la mejor amiga de Blesano precisamente la mejor amiga de Blesa. Ya en una reunión previa sobre este mismo asunto, había alertado de que el precio por un banco tan pequeño como decían los datos era demasiado “elevado”. También expresó sus dudas sobre “los beneficios fiscales” de tener un banco en Miami. En el consejo, Rodríguez Ponga volvió a insistir en que sería necesaria una opinión experta de un tercero ante de dar luz verde a la compra. Lo mismo opinió otro consejero, Fernando Baquero, representante de CCOO dentro de la caja.

El escepticismo moderado de estas y otras voces en el consejo fue contrarrestado por opiniones al rescate de las intenciones de Blesa. Entre ellas destaca en el acta la intervención de José Antonio Moral Santín, que hizo una intervención parecida a la del presidente: calificó la operación como “estratégica” y dió su conformidad a la misma.

Moral Santín aparece con frecuencia en los correos de Miguel Blesa a los que ha tenido acceso eldiario.es. Esa correspondencia le dibuja como un "aliado" de la presidencia, en palabras textuales de las personas de confianza del presidente, jugando un papel determinante en las tensiones internas de poder. Por su parte, Miguel Blesa nombró a Moral Santín, su vicepresidente durante todo su mandato, en los consejos de Mapfre y Cibeles, el hólding de la entidad.

Otro representante de la oposición en el consejo, Antonio Romero, también dijo que la propuesta de Blesa encajaba perfectamente en la estrategia marcada por Caja Madrid para su crecimiento y se mostró “radicalmente en contra”, dice el acta, de acudir a un tercero para que valorara la iniciativa. Romero es también definido en los correos de Blesa como un "confidente" y "aliado fiel".

En cuanto al debate sobre si el precio del City National Bank era excesivo, Moral Santín dice, según el acta, que “los bancos son bienes singulares que requieren de una metodología de precios también singular”. Moral no ve mal que se le pregunte a un tercero para calmar al escepticismo, pero insiste: “no duda”, dice el acta, de la “corrrección” de la operación “desde el punto de vista jurídico”.

En ese momento, Blesa interviene para taponar esa vía. Quiere salir de la reunión con el apoyo oficial de la entidad: dijo que ir a consultar a un tercero sobre el precio del banco era “extemporáneo” y que “el proyecto se traía al Consejo para su aprobación sin condición ninguna”, según el acta. Pide directamente la unanimidad de sus consejeros para apoyar su proyecto.

Tras esta contundente intervención de Blesa, se sucedieron de nuevo las opiniones, esta vez más matizadas: todos los consejeros que habían mostrado su escepticismo cedieron y anunciaron su voto a favor a regañadientes. Moral Santín volvió a expresar su “conformidad con el presidente” y confió en que se atendieran las solicitudes “que resulten razonables, como se ha hecho siempre”.

Se produjo la votación y Caja Madrid quedó oficialmente autorizada “por unanimidad” para comprar el City National Bank of Miami por el precio que había calculado el equipo de Blesa y sin pedir ninguna ayuda externa para comprobar si era una inversión razonable. En mayo de 2013, Bankia decidía desahecerse de él y venderlo al banco chileno Banco de Crédito e Inversiones (BCI) por unos 683,1 millones de euros.

Documento: acta del Consejo de Administración de Caja Madrid que consta en el correo de Blesa. Abril de 2008.

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