“No quiero un indulto, quiero que se anulen las condenas”
Katiana Vicens ha repetido muchas veces lo que sucedió la mañana del 29 de marzo de 2012. “Llegué sola a la estación, me acercaba a un grupo, a otro, me subí a los autobuses, hablabla con el conductor, con el pasaje. Cuando me subí a este, vi que había cerca varias personas y un policía en la puerta, como en el resto de vehículos. Entré y en ese momento el chófer me coge de la mano, me zarandea y el policía me saca para afuera. Fue algo muy rápido, cuesta dar detalles de algo que pasa en cuatro o cinco segundos”, recuerda. Su incidente causó revuelo, tanto que, en el momento de su identificación, decenas de personas ofrecieron su DNI al policía para ser identificados, algo a lo que el agente se negó.
El pasado lunes rememoró su relato ante una jueza en los juzgados de Palma de Mallorca, en presencia de su abogado, la fiscal, y una sala abarrotada de dirigentes de Comisiones Obreras llegados de varios puntos de España, entre los que estaba Ignacio Fernández Toxo, secretario general de la central. Vicens es secretaria general del sindicato en Islas Baleares y se enfrenta a cuatro años y medio de cárcel por un delito contra el derecho de los trabajadores.
¿Cuál es su sensación después del juicio?
Como no podía ser de otra forma, no han podido probar los hechos de los que se me acusan. Evidentemente yo no impedí al conductor trabajar cuando después del incidente coge el autobús y sale, algo que ha reconocido él mismo, y son otros los que en todo caso le impiden trabajar. Se pasa un mal rato, aunque te sepas inocente. Otra cosa que me sorprende de este caso es la rapidez en instruir, en poner fecha, en juzgar... teniendo en cuenta además que en medio ha habido una apelación por nuestra parte y que eso alarga el trámite.
¿Está convencida de la absolución?
Si supuestamente la carga de la prueba la tiene que presentar el que acusa, y tal y como ha ido al juicio y lo que han dicho los testigos, si hay una sentencia condenatoria, tendré que decir que hay una persecución sindical también en las sedes judiciales.
La fiscal ha sacado a colación la sentencia de Carmen y Carlos, una de las más polémicas, para argumentar la condena que el Ministerio Fiscal pide para usted.
Es una sentencia en la que, a falta de pruebas de los hechos, se da absoluta verosimilitud a lo que dice la persona que acusa. Aunque usaran esta sentencia en este caso, el conductor ni siquiera ha hecho una acusación clara. No ha dicho “esta señora me rompió el cristal”. Dijo que se lo rompieron, que yo estaba allí y que había gente fuera que daba golpes, pero que no sabe si yo golpeé o no. Como además no hice eso que dicen que hice, probarlo es muy difícil porque las cosas no ocurrieron así. Yo estoy tranquila, siempre lo he estado porque sé que no hice nada.
Sin embargo, hay otras personas que que ya están condenadas a años de cárcel por hechos muy similares a los que se le acusan. ¿No teme llegar a pisar la cárcel por haber participado en un piquete?ya están condenadas a años de cárcel
Yo espero que no, que esta locura que hay en este país se pare. No solo por mí, sino por la cantidad de casos que hay. Espero que para parar lo demás y que modifiquen el Código Penal no haga falta que me condenen y que se arme un revuelo. Lo que está claro es que en este país hay que hacer algo. Por ejemplo, creo que es muy dura la situación de los compañeros de Airbus, a los que piden ocho años de cárcel y que llevan cuatro años en este proceso. Les aplican un artículo del Código Penal (el 315) cuya constitucionalidad están poniendo en tela de juicio algunos juristas. Creo que quien puede hacerlo, que es el Gobierno, debe revisar el Código Penal, suprimir este artículo y que queden cerradas todas las causas que existen donde hay una petición del ministerio fiscal para que se aplique. Yo no defiendo la violencia en una huelga, no lo he hecho nunca, pero en el caso de que se produjera un altercado creo que es desproporcionada la pena que se pide a través de este artículo. Además, hay otros que se pueden aplicar en caso de que alguien se extralimite en sus derechos de información en un día de huelga.
¿Piensa entonces que hay una ofensiva contra el derecho a huelga?
Una no puede afirmar estas cosas, pero son muchas causalidades. Nosotros empezamos a escuchar en 2010 que se hablaba del derecho al trabajo con casi seis millones de parados. Entonces, si convocábamos una huelga general se hablaba del derecho al trabajo. Aquí el derecho fundamental es el derecho a la huelga, el derecho a trabajar son los 365 días, y ni el gobierno anterior ni este están haciendo todo lo posible para que los españoles puedan trabajar. No sé si de una forma premeditada o no parece que a algunos les interesa subirse a un carro y empujar en una determinada dirección para acabar exigiendo una ley de huelga que sea absolutamente restrictiva, que es lo que piden los empresarios.
Y además de la reforma del Código Penal, ¿cree que hace falta más pedagogía sobre el derecho a huelga, la función de los piquetes e, incluso, de los propios sindicatos?
El capitalismo lleva al individualismo y el individualismo no conoce de organización de ningún tipo. Quizás esta crisis que nos ha hecho retroceder tanto en derechos a trabajadoras y trabajadores acabe sirviendo de nuevo para que los trabajadores vean la necesidad de organizarse, en estos sindicatos que hay o en otros. A lo largo de la historia se ha visto que individualmente las cosas difícilmente se consiguen y que incluso aquello que se consigue de forma colectiva vienen y te lo quitan de un plumazo. Solo lo volveremos a recuperar de una forma organizada.
Yo entiendo la desafección que puede haber por parte de la gente por muchas historias que salen, pero es verdad que la mayoría de nuestro sindicato está comprometida con los trabajadores, sus derechos y con el sindicalismo y que aquellos que no tengan un actitud y actividad ejemplar no caben. Esperemos que la gente siga acercándose como ha sucedido durante tantos años. La gente no puede entrar en la dinámica de que los sindicatos no sirven para nada, porque al final es lo que pretenden algunos. Si no pretendieran esto, no atacarían tanto. Hay cosas que nosotros tenemos que cambiar, pero también hay ataques que no tienen ningún tipo de justificación.
Si le condenan, ¿pediría el indulto?
Me cuesta mucho. El abogado me ofreció hablar con la Fiscalía para llegar a un acuerdo, asumir que había roto el cristal. Dije que de ninguna manera iba a hacerlo. Yo no quiero que este Gobierno me indulte, que este Gobierno que me puede condenar se erija luego en mi salvador. Me costaría mucho hacerlo. No quiero un indulto, quiero que se anulen las condenas.