Los recortes en dependencia impactan en el mercado laboral
Los recortes en dependencia también están pasando factura al mercado laboral. La figura de los cuidadores no profesionales surgió con la Ley de Dependencia que entró en vigor en 2007. Desde entonces, todos los familiares de personas con dependencia podían percibir una prestación económica por desempeñar esos cuidados y por la que cotizaban a la Seguridad Social, una cotización que sufragaba el Estado. Más del 90% de las personas que se encontraban en esta situación eran mujeres, muchas de ellas mayores de 45 años.
El decreto que aprobó el Gobierno este julio y en el que se materializaban recortes en varias áreas, también en dependencia, cambió radicalmente la situación. La norma eliminaba esta cotización del Estado e instaba a las cuidadoras a decidir en el plazo de unos meses si continuaban dadas de alta como tal, eso sí, pagando ellas su cotización a la Seguridad Social. El plazo para que estas personas comunicaran su decisión de seguir como afiliadas concluía el uno de noviembre.
El resultado: sólo cerca de 24.000 cuidadoras de las cerca de 160.000 que constaban como tal han decidido seguir adelante con el estatus de cuidadora no profesional y pagar sus cotizaciones, con el consecuente impacto en la Seguridad Social y, en menor medida, en el paro registrado.
Por un lado, la Seguridad Social pierde unas 140.000 afiliadas. El impacto se nota ya en los datos del mes de noviembre (de 205.678 afiliados menos, 85.233 eran cuidadoras no profesionales), y seguirá percibiéndose en los de diciembre. Esto es porque a lo largo del mes pasado aún no ha dado tiempo a contabilizar todas las bajas, que se seguirán contabilizando en diciembre.
En cuanto al paro registrado, el impacto es menor. De las 74.296 personas que se han inscrito en el paro en noviembre, unas 38.000 eran cuidadoras no profesionales. Esto es porque no todas las personas que dejar de ser afiliadas a la Seguridad Social pasan a ser contabilizadas en el paro registrado, que solo cuenta a las personas que se inscriben en los servicios públicos de empleo (no así la Encuesta de Población Activa, que contabiliza a todas las personas que se consideren en paro, estén o no inscritos). Una vez extinguida su cotización como cuidadoras no profesionales, parte de estas mujeres se han vuelto a inscribir en los servicios de empleo para buscar un trabajo -lo que impacta en el dato de paro- pero muchas otras no.
Por otro lado, y a la luz de estos datos, el impacto de estos recortes sobre la igualdad y las mujeres es evidente: la mayoría de las cuidadoras seguirán desempeñando el mismo trabajo pero sin percibir compensación alguna por ello y sin cotizar, es decir, que no tendrá efecto a la hora de calcular su jubilación y pensión, como sí tenía hasta ahora con su estatus de cuidadora.
El ministerio de Empleo subraya que la eliminación de estas afiliaciones no tendrá impacto en las cuentas de la Seguridad Social porque hasta ahora sus cuotas la sufragaba el propio sistema. Es más, era el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales el que debía hacerse cargo de ese pago y el que debe algo más de mil millones de euros a la Seguridad Social. Esta cantidad se desembolsará este año.