Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Arenas bituminosas, más energía basura
Después de tres años de oír hablar del fracking y, cuando ya parece que va calando la idea de que la explotación del gas de esquisto mediante esta técnica no es más que otra burbuja económica, ahora nos llega desde tierras canadienses otra modalidad nociva de fuente de energía, las llamadas arenas bituminosas o aceiteras. Se trata de una especie de pasta formada por arena impregnada de alquitrán que hay que tratar para convertirla en algo parecido al petróleo sintético, que se pueda usar como el petróleo convencional, pero con solo un 70% de su poder calorífico.
Pues bien, parece que en Canadá no tienen la capacidad de proceso suficiente para abastecer al mercado, sobre todo al estadounidense, y por eso han comenzado a exportar esa sustancia en bruto para que sea tratada en otras partes del mundo. El procesamiento de las arenas bituminosas requiere instalaciones especiales que solamente tienen cinco refinerías en toda Europa, siendo una de ellas la que la empresa Petronor posee en la localidad vizcaína de Muskiz. El pasado mes de mayo llegó al puerto de Bilbao el primer cargamento de esta sustancia para su procesado en esta refinería, nada menos que 600.000 barriles que ya deben estar siendo procesados en la refinería vizcaína.
¿Por qué llegan aquí y ahora estas arenas bituminosas? En primer lugar, hay que decir que estas arenas bituminosas, tal y como sucede con el fracking, solamente son rentables con altos precios del barril de petróleo. Y es que ya hemos superado el máximo de producción del petróleo convencional, como ya ha reconocido la Agencia Internacional de la Energía. Y para seguir alimentando el modelo económico del crecimiento tenemos que recurrir a los hidrocarburos de más baja calidad, que además son aquellos que más problemas medioambientales generan, alimentando así una absurda espiral que no va a solucionar la crisis energética y solamente va a empeorar la medioambiental.
Todo parece indicar que este primer cargamento de arenas bituminosas llega a Muskiz como un test de viabilidad. Si Petronor es capaz de procesar adecuadamente este producto, puede que está sea la tabla de salvación para una empresa que precisa mejorar sus resultados económicos. Como siempre, los costes medioambientales quedan excluidos de una ecuación en la que solamente se tienen en cuenta los beneficios monetarios a corto plazo. Y es que tanto la extracción como el procesamiento de estas arenas bituminosas causan daños terribles e irreparables a la salud y al entorno.
En cuanto a la extracción, estas arenas se encuentran cerca de la superficie y por eso se explotan mediante minería a cielo abierto, con los problemas que ello acarrea: suelos y aguas contaminadas, emisión de gases de efecto invernadero, etc. Vamos, nada nuevo, pero que obligó a Canadá a abandonar el Protocolo de Kyoto en 2011 para evitar las multas derivadas del aumento de emisiones de CO2 relacionadas con esta actividad. Pero Canadá nos queda muy lejos y es probable que estos efectos nos importen bien poco, como sucede con otros desastres medioambientales derivados de la explotación de hidrocarburos, como las del delta del Níger, por poner solo un ejemplo.
Pero el procesado de estas arenas para convertirlas en petróleo que ahora vamos a ver en Euskadi también tiene consecuencias. El proceso consume grandes cantidades tanto de gas natural como de agua y los subproductos altamente contaminantes del proceso acaban almacenados en grandes balsas al aire libre. Por si fuera poco, los combustibles derivados de estas arenas bituminosas emiten muchos más gases de efecto invernadero que los sintetizados a partir de petróleos convencionales.
Todos estos preocupantes datos dan lugar a una reflexión e incluso a una sospecha más preocupante aún. ¿No será este primer envío una prueba para ver si estas arenas bituminosas se pueden refinar en Muskiz aprovechando el gas natural que se puede llegar a extraer mediante fracking en Euskadi, Cantabria, La Rioja, etc.? Es cierto que al precio actual del gas natural en Europa está operación no sería rentable, pero viendo la actitud servil de ciertas administraciones y cargos electos con las grandes empresas del oligopolio energético, no parece una sospecha descabellada. En lugar de apostar por un nuevo modelo energético que afronte con realismo la encrucijada en la que nos encontramos, seguimos rebañando el fondo del caldero de las energías fósiles, de las que ya sabemos que no van a solucionar las necesidades de próximas generaciones.
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