Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Vaticano, sí; Madrid, no
Una cosa es que todos los caminos conduzcan a Roma y otra inventarse pretextos bastante dudosos para visitarla. Verbigracia, el empleado para justificar la entrevista que el lehendakari Urkullu ha mantenido recientemente con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin: el de buscar la implicación del Vaticano para consolidar una “paz justa y duradera” en Euskadi. Un pretexto que venía a magnificar un problema que, en lo sustancial, ya no existe porque fue resuelto. Y fue resuelto hace cinco años con el fin del terrorismo etarra, cuando por aquí gobernaban los socialistas, y no, que yo sepa, el Sumo Pontífice.
La verdad es que no hacía falta semejante escenificación diplomática, ni tal excusa, para dar un lustre que hoy no tiene al escuálido y poco apreciado Plan de Paz y Convivencia de Jonan Fernández. Que era, supongo, lo que se pretendía en realidad. Bajo el manto de atender un objetivo mucho más respetable, seguramente lo que se trataba de obtener era la bendición papal a lo que, hoy por hoy, no goza de consenso entre los partidos vascos. Una bendición muy útil y bastante ventajista para el PNV, en el momento preciso en que se pone en marcha la Ponencia de Memoria y Convivencia en el Parlamento Vasco.
Curiosamente, este universalismo exhibido por el lehendakari para tratar una cuestión de consumo interno contrasta con el argumento provinciano que le ha servido a nuestro máximo representante institucional para no participar en la Conferencia de Presidentes del pasado 17 de enero: el de asegurar que lo que se iba a debatir en ese marco –el nuevo sistema de financiación de las Comunidades Autónomas- era algo que no nos concierne, por disponer de un sistema de financiación propio. ¡Menos mal que a ningún presidente autonómico, aprovechando la Conferencia, se le ocurrió soltar una palabra más alta que otra sobre el Concierto! Porque a lo mejor entonces hubiera tenido que ser Mariano Rajoy, y no el lehendakari, quien se viera obligado a defenderlo, dejando a las instituciones vascas en el mayor de los ridículos. Supongo que, previendo una eventualidad semejante, otra Presidenta nacionalista, la navarra Uxue Barkos, sí estuvo presente en el encuentro.
¿Qué consistencia, qué trascendencia real, pueden tener en el futuro espectáculos como éstos? Supongo que bastante escasa desde el punto de vista del interés público. Porque no va más allá de una simple exhibición de fuegos artificiales, sin otro objetivo que el de fomentar el prestigio de quienes los patrocinan. El prestigio nacional, por supuesto. La presencia de Urkullu en el Vaticano tenía, en el fondo, el mismo propósito que su ausencia en la Conferencia de Presidentes de Madrid: demostrar que Euskadi es una nación con la que hay que relacionarse de igual a igual (de Estado a Estado, para entendernos).
Una nación en la que el factor España no cuenta o cuenta muy poquito. Lo necesario para que podamos llevar a cabo nuestra propia diplomacia. Con todas las de la ley, con la venia de embajadores de España y con la intermediación, en la visita al Vaticano, del presidente de la Conferencia Episcopal Española (el “tal Blázquez” de otros tiempos). Y los obispos vascos, mientras, teniendo que conformarse con explicaciones posteriores del lehendakari, y a hechos consumados. Con su derecho a decidir por los suelos.
Sobre este blog
Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.