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Opinión - ¡Nos comerán! Por Esther Palomera

CINTILLO DFA

Planes para disfrutar de un otoño mágico en Álava

El laberinto de Arno

Euskadi Brands

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Otoño es una de las mejores épocas del año para viajar a la provincia de Álava por los espectaculares paisajes que nos regala y la atmósfera tan especial que se respira. Paseos de ensueño entre hayedos o viñedos teñidos de ocre, encantadoras villas medievales y singulares experiencias dibujan una escapada de lo más tentadora.     

Álava está más cerca de lo que parece y los meses de otoño ofrecen una oportunidad ideal para una escapada de fin de semana o puente festivo. Dos o tres días no son suficientes para conocer de todo lo que esta provincia, la más sureña de Euskadi, ofrece, pero sí para recorrer y disfrutar algunos de sus rincones más especiales. 

Compartimos en las siguientes páginas una propuesta con planes, visitas y actividades para una escapada de tres días. Un guion flexible que incluye dosis de naturaleza, patrimonio y enogastronomía, y que puede adaptarse al ritmo y gustos personales de viajeros/as. 

Día 1: Vitoria-Gasteiz y hayedos en Gorbeia

Vamos a dedicar nuestra primera jornada a conocer la esencia de Vitoria-Gasteiz, capital de Álava y Euskadi. Vitoria-Gasteiz es una urbe mediana, de apenas 250.000 habitantes, que ofrece al visitante uno de los cascos medievales mejor conservados del norte de España. 

Nuestro itinerario comienza en la plaza de la Virgen Blanca, centro de reunión de las y los vitorianos/as, y nexo de unión entre la Almendra Medieval y el Ensanche de la ciudad. Tomar un café en una de sus muchas terrazas mientras contemplamos sus edificios con miradores acristalados y la iglesia de San Miguel al fondo es un buen punto de partida.

Desde la propia plaza tomamos las escaleras que nos llevan al pórtico de San Miguel donde podemos ver una imagen de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria-Gasteiz, y entrar a este templo gótico-renacentista del siglo XIV. Frente al pórtico nos saluda la estatua de Celedón, personaje clave en el inicio de las fiestas de agosto. 

Tras un paseo por los cercanos Arquillos, obra del arquitecto local Justo Antonio de Olaguibel para salvar el desnivel de 23 metros entre la ciudad medieval y la expansión neoclásica, ponemos rumbo a la plaza del Machete, un espacio donde se respira historia. Allí juraban sus cargos los representantes de la ciudad.

Más escaleras para tomar la calle Fray Zacarías Martínez y conocer algunos de los palacios renacentistas más importantes de Vitoria-Gasteiz. Primero nos encontramos con el Palacio de Montehermoso (s.XVI), residencial real y escenario de los amoríos entre la Marquesa de Montehermoso y José Bonaparte. 

Merece la pena conocer su interior y acceder al viejo Depósito de Aguas de la ciudad, de 1885, al que se accede por unas rampas. 

Seguimos hasta llegar al Palacio Escoriaza Esquibel, otra joya renacentista del siglo XVI adosada a la antigua muralla alta. Fernán López de Escoriaza, médico del rey Enrique VIII de Inglaterra, y su mujer Victoria de Anda y Esquivel ordenaron construirlo, aunque nunca llegaron a ver finalizada la obra, ya que murieron antes. 

Y así llegamos a la catedral Santa María. Vamos a dedicar el resto de la mañana a recorrer este templo gótico del siglo XIII a través de un original y premiado programa de visitas que nos permite ascender desde el subsuelo de la cripta, donde descubrir ver vestigios del origen de la ciudad, hasta la torre, para disfrutar de unas vistas inigualables.

Se trata de una visita muy, muy especial que combina arqueología, arquitectura, historia e incluso se apoya en la realidad virtual para comprender sus diferentes etapas constructivas… Tan especial que cautivó e inspiró al novelista Ken Follett para escribir la segunda parte de Los Pilares de la Tierra.  

Es hora de comer en cualquiera de los muchos restaurantes de la Almendra Medieval. Acertar es muy fácil. 

Por la tarde, os proponemos dar un paseo relajado por el Anillo Verde, un conjunto de parques que rodean la ciudad. Las posibilidades son variadas: adentrarse en el bosque de quejigos de Armentia, recorrer las balsas de Salburua donde avistar aves y ciervos, visitar el Centro de Interpretación Ataria o ver el Jardín Botánico de Olárizu.

La opción B para los más ‘moviditos’ nos lleva, tras veinte minutos en coche, hasta el Parque Natural de Gorbeia y, concretamente, a la localidad de Sarria. Desde la Casa del Parque de esta localidad empieza una bonita y sencilla ruta de apenas 6 kilómetros para conocer las cascadas del río Baias.  

Día 2: iglesias pintadas de Alaitza y Gazeo y el laberinto de Arno

La segunda jornada de nuestro viaje nos permitirá descubrir dos joyas patrimoniales y naturales de Álava, y alguna joya gastronómica…

Vamos con la primera… o primeras, ubicadas a escasa media en coche desde Vitoria-Gasteiz. 

Hablamos de las iglesias de San Martín de Tours, en Gazeo, obra sin parangón en todo el País Vasco por la expresividad de sus policromías; y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Alaitza, cuyas paredes muestran una de las pinturas más enigmáticas y sorprendentes del Medievo.

Este segundo templo conserva en su interior unas misteriosas pinturas bélicas hechas a base de siluetas de almagre cuyo significado aún no ha podido ser desentrañado.

La mejor manera de conocer y disfrutar estas joyas de la historia y el arte alavés es participar en las visitas guiadas que organiza la Oficina de Turismo de Llanada Alavesa todos los sábados y los domingos del año. Para información y reservas hay que llamar al 945 30 29 31 o escribir a 2turismo@arabakolautada.eus

Después de asombrarnos con las pinturas que decoran estas iglesias tendremos hambre… Podemos escoger cualquiera de los buenos restaurantes de la comarca, en localidades cercanas como Salvatierra o Araia, y disfrutar del buen hacer de sus cocineros; o visitar algunas de las queserías de Idiazabal de la zona. 

Después de disfrutar de la gastronomía local nos dirigimos a la carretera que nos lleva al puerto de Opakua para hacer una ruta de senderismo, muy sencilla, pero espectacular: el laberinto de Arno. 

De camino, nos desviaremos un momento a la derecha, junto al pueblo  de Arrizala, para conocer el dolmen de Sorginetxe (Casa de las Brujas en castellano). Se trata de un dolmen construido en el Neolítico donde los pastores enterraban a sus muertos tal y como atestiguan los restos óseos encontrados en las excavaciones realizadas a finales del s XIX.  

Este dolmen encierra multitud de leyendas, una de las cuales nos cuenta que fue construido por las brujas y de ahí su actual nombre.

Ahora sí, seguimos asciendo hasta la cima del puerto de Opakua, donde tomamos una pista que sale a la izquierda hasta llegar, 2,5 kilómetros después, al aparcamiento de la Fuente de los Alemanes. La ruta del laberinto de Arno comienza frente al aparcamiento de la Majada de Mezkia, unos metros más adelante. 

El recorrido es muy sencillo y divertido, suma unos 6 kilómetros de longitud, y ofrece una gran variedad de paisajes: balsas de agua, bosque y, lo más característico de la ruta, un pequeño laberinto de rocas calizas con formas curiosas, recovecos y el espectacular Arco de Zalamportillo. 

Muy cerca podemos encontrar además distintas construcciones megalíticas, como dólmenes, menhires y crómlechs, 

Día 3: villas medievales en Rioja Alavesa

La tercera jornada otoñal en Álava vamos a dedicarla íntegramente a Rioja Alavesa. Esta comarca, situada al sur de la provincia, nos permite sumergirnos por supuesto en la cultura del vino en las bodegas y viñedos que ahora, en otoño, lucen además en todos su esplendor. 

La oferta es variada y de calidad. Una visita guiada para conocer la arquitectura del vino, con las obras de arquitectos como Frank Ghery o Santiago Calatrava; disfrutar de un almuerzo entre viñedos; y asistir a una cata maridada son sólo algunas opciones. Pero esta vez os proponemos añadir un recorrido por sus villas medievales más destacadas. 

Empezamos en Laguardia. Esta villa, considerada uno de los pueblos más bonitos de España, conserva su trazado medieval de calles unidas por plazas y callejas, y todo el conjunto queda ceñido por la “vieja” muralla que aún mantiene varios torreones y las cinco puertas de acceso. 

Sobre este urbanismo medieval se han ido construyendo en diferentes épocas y estilos las casas del municipio. Las iglesias de San Juan y Santa María de los Reyes, levantadas en la época medieval, son sus monumentos más importantes, destacando esta última por su impresionante pórtico gótico policromado. 

Los siglos XVI, XVII y XVIII están representados por muchos edificios en cuyas fachadas pueden contemplarse hermosos escudos y aleros tallados. Entre ellos,  destacan el Ayuntamiento en la Plaza Mayor y el Palacio de Samaniego, lugar de nacimiento del ilustre fabulista Félix María Sánchez Samaniego. 

Todo el subsuelo de la villa se encuentra horadado por bodegas o cuevas familiares donde hasta no hace muchos años se elaboraba y guardaba uno de sus tesoros más preciados: el vino. Pasear por sus estrechas calles, visitar sus bodegas, degustar su gastronomía es un verdadero placer.

Otra villa amurallada de visita obligada es Labraza, la población fortificada más pequeña del País Vasco y una de las mejor conservadas de España. De hecho, recibió en 2008 del Premio Internacional de Ciudades Amuralladas por su proyecto de conservación. Tiene una espectacular muralla, así como torreones, almenas, alcázar, saeteras… 

Medievo y leyendas van de la mano en Labraza. Cuentan que en esta villa existía un pasadizo secreto que llevaba desde la Fuente del Moro hasta el interior de la villa para que no quedara desabastecida de agua durante los asedios. 

Nuestro recorrido medieval tiene como punto final Salinillas de Buradón. Este pequeño pueblo cuenta con muralla defensiva, dos puertas originales y un entorno espectacular en las faldas de la sierra del Toloño. 

Dentro de la villa destacan la parroquia de la Inmaculada (s. XVI) con retablo barroco y dos magníficos sepulcros de siglo XVII considerados obra maestra del plateresco alavés; el antiguo hospital de peregrinos (s. XV); y el Palacio de los Condes de Oñate (s. XVII).

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