Euskadi confirma que paraliza las cirugías programadas en todos los hospitales ante el repunte de pacientes con COVID-19
Después de tres días sin confirmación oficial, este lunes a mediodía el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha informado de que por espacio de dos semanas queda suspendida la actividad quirúrgica ordinaria en “todos” los hospitales vascas por el incremento de ingresos motivados por la COVID-19 tanto en planta como, sobre todo, en la UCI. El Departamento de Salud no quiso confirmar esta información el pasado viernes por la noche cuando la publicó este periódico a pesar de que altos responsables de la Sanidad vasca llevaban horas diseñando este plan de contingencia que se parece más a los escenarios de la primera ola que a lo ocurrido en los últimos meses, como explicaron fuentes internas.
De hecho, todavía el viernes a mediodía el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, enfatizó en una rueda de prensa que esas suspensiones no eran relevantes y que Euskadi no estaba “cerca” de un cambio de escenario. El anuncio de este lunes llevaba días decidido, ya que personas que tenían citas para operaciones para este lunes, este martes o este miércoles estaban siendo ya contactadas para la cancelación. Al anunciar la noticia, el director de Asistencia Sanitaria, Víctor Bustamante, ha reconocido que Osakidetza no había llegado a este nivel de presión asistencial “desde la primera ola”. Después de la peor semana en ingresos desde el verano, Euskadi ha salido del fin de semana con 760 personas ingresadas por 727 del viernes y con 192 casos críticos en la UCI, el 30% más que hace una semana. Son 363 los puestos de críticos disponibles y, sumados a los casos graves de otras patologías, quedan libres 61 camas.
Formalmente, Euskadi no se mueve del nivel de alerta hospitalaria 3 sobre 5, que permite llegar a 427 camas. El escenario 5 de 5 supondría tener 692 puestos de UCI. La clave no es la disponibilidad de las camas en sí o incluso de los respiradores -ya adquiridos tras los problemas de la pasada primavera- sino habilitar nuevas alas y, sobre todo, personal capacitado para cuidados intensivos. Esas suspensiones en todos los quirófanos permitirán liberar esos recursos, aunque Osakidetza insiste en que se mantienen las cirugías urgentes y oncológicas.
La nueva ola protagonizada por la variante detectada en origen en el Reino Unido ha generado un mayor porcentaje de ingresos con menos positivos, ya que la vacunación ha contenido la afección entre los mayores de 80 años. En las UCI, la edad media es de 61 años. La ligera caída de la mortalidad en esta fase (del 18,92% al 15%) se contrapone con un incremento de la estancia media, que pasa de 14,51 días a 18, según datos oficiales.
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