Euskadi no contempla un confinamiento general: “No podemos estar encerrados en casa cada tres meses”

El Gobierno de Iñigo Urkullu encabezó las peticiones autonómicas para que se aplicase el segundo estado de alarma en España y se adoptaran restricciones más severas para frenar la COVID-19. Ahora no sumará fuerzas con otras comunidades autónomas que ya abogan por un confinamiento general. En realidad, el Ejecutivo lo viene dejando claro por escrito y en intervenciones públicas desde hace semanas, pero el portavoz, Bingen Zupiria, se ha visto obligado a volver a salir al paso de los rumores que se siguen extendiendo. “Hay que intentar agotar todas las medidas para no repetir el escenario de confinamiento general que sufrimos”, ha enfatizado Zupiria.

Este miércoles se reúne el consejo interterritorial que sienta al ministro de Sanidad, Salvador Illa, con los consejeros autonómicos del ramo. Euskadi no pedirá allí modificar el estado de alarma para mandar a casa de manera generalizada a los vascos. El jueves se reunirá también la mesa de crisis que gestiona la emergencia sanitaria (conocida como LABI, por sus siglas en euskara). No hay más orden del día que analizar los cambios diarios que genera la pandemia, nada de confinamientos.

“Queremos ser también precisos en las palabras que utilizamos. A lo que ha sucedido en la primavera pasada le llamamos confinamiento general. España fue el estado europeo con las restricciones más duras. Y todos conocemos las consecuencias. Estamos empeñados en evitar volver a aquella situación. Todas las decisiones tienen ese objetivo. [...] No podemos estar encerrados en casa cada tres meses. [Tenemos que ver] Cómo podemos hacer una vida que no impida nuestra actividad laboral, que permita a nuestros estudiantes una actividad presencial, la actividad física y una cierta actividad social. Tendremos que encontrar la fórmula entre todos para vivir con seguridad y con la normalidad que sea posible”, ha recalcado Zupiria.

Desde el Gobierno vasco -con competencias plenas en materia sanitaria y, además, con poderes para modular el estado de alarma por delegación del presidente, Pedro Sánchez- recalcan que es importante dar un margen a las medidas actualmente en vigor para ver si resultan eficaces. El grueso de ellas -confinamiento perimetral autonómico y municipal, reuniones de seis personas y toque de queda- apenas llevan una semana en marcha. Además, el lehendakari y las autoridades sanitarias ya han verbalizado algunas alternativas de endurecimiento que no pasan por el confinamiento general. Aunque evidentemente ninguna puerta está cerrada, entre otras cosas porque la decisión podría ser general y llegar desde La Moncloa, Euskadi, por ejemplo, todavía tiene margen para cerrar la hostelería como Navarra o para ampliar el toque de queda, que en la práctica es lo mismo que el confinamiento pero en un tramo horario nocturno. Y ya ha deslizado que podría suspender la presencialidad en tramos educativos como la enseñanza universitaria. En Euskadi ya se peleó en primavera contra el confinamiento porque conllevó un “coma económico” y alegan también razones de salud “emocional” que acarrea.