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Euskadi ha sufrido subidas del precio de leche y huevos de casi el 50% en dos años, según un informe de Competencia

Leche en un lineal de un supermercado

Belén Ferreras

Bilbao —

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La leche y los huevos son los alimentos básicos de la cesta de la compra que más han subido su precio en Euskadi desde 2021, sobre todo por las consecuencias de la invasión de Ucrania por Rusia. Según un informe de la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC), en el caso de la leche el precio ha aumentado un 49,5%, mientras que el coste de los huevos lo ha hecho un 42%. El informe de Competencia analiza la evolución de la inflación de varios productos básicos de la cesta de compra (leche, huevos, carne de vacuno, carne de ave, pan y pescado fresco y congelado) y concluye que el periodo analizado, el índice de precios al consumo (distribución minorista) de los alimentos seleccionados incrementó en Euskadi entre un 18% y un 50%, “cifras similares, pero ligeramente inferiores a lo observado en el conjunto de España”. El estudio señala que el producto que registra un mayor incremento en el periodo analizado es la leche (49,5 %), le siguen de cerca los huevos (42%) y a más distancia el de la carne de vacuno (23,2 %), el pan (19 %) y la carne de ave (18,9 %). El que registra un menor incremento es el pescado fresco y congelado (18,2%).

El incremento de los precios ha llevado a los consumidores a “consumir menos o cambiar a productos más asequibles, consumiendo proteínas más baratas o comprando el mismo producto, pero de calidad inferior”. El informe, dado a conocer este jueves, señala que la rebaja del IVA a los alimentos básicos se notó en los precios, pero que con el tiempo quedó diluida por la magnitud de la subida. El informe, que descarta conductas contrarias a la competencia en el incremento de los precios, señala que considerando la cadena de valor en su conjunto, “el patrón más común es un gran aumento en la fase de producción, que progresivamente se va aminorando hasta llegar a la fase de distribución minorista”. Es decir, que considera que cada actor de la cadena de valor ha absorbido parte de los aumentos que se habían producido en fases precedentes, “de modo que, aunque los consumidores hayan notado aumentos muy importantes a la hora de hacer la compra, no son una transmisión directa de los aumentos que se han dado en los costes”.  

Aunque sí detecta excepciones: en la fase de distribución mayorista del pescado se observan incrementos menores que los registrados en la fase de distribución minorista; en la fase de transformación de los huevos el aumento ha sido mucho mayor que en la fase anterior, ya que si el precio de producción se ha doblado entre enero del 2021 y 2023, el de la fase de transformación prácticamente se ha multiplicado por tres. También es una excepción la distribución minorista de la leche, donde se observa un incremento mayor que el que se dio en la fase de transformación. Aunque señala que “ninguna de estas anomalías se ha podido relacionar con conductas anticompetitivas”.

En cuanto al periodo analizado, el precio de los alimentos seleccionados aumenta de forma generalizada entre 2021 y 2023, y algunos de los alimentos como el pan o la carne de bovino lo han experimentado desde 2021. Sin embargo, el informe constata que, en general, 2022 ha sido el año en el que más incremento ha habido por lo que concluye que “el aumento en los precios de las materias primas y en la energía causados por el inicio de la guerra en Ucrania ha sido la causa principal de unos incrementos en los precios de producción, de transformación y de distribución que, en muchos casos, no tenían precedente”.

No obstante, en el caso de productos como los huevos, la gripe aviar de 2022 tuvo afectaciones especialmente severas, y representantes del sector hablan de un “período de escasez”, que se prolongó desde el segundo semestre de 2021 o principios de 2022 hasta el verano del 2023, siendo verano del 2022 el periodo más crítico, con lo que se produjo una “rotura del stock”. Esto llevó, según se constata en el informe, a que se rompiera la tendencia anterior de los consumidores de valorar cada vez más el bienestar animal y los productos ecológicos, y el precio volviera a ser el elemento determinante. “Esquemáticamente, aquellos que consumían ecológico han bajado a campero, estos a suelo y de suelo a jaula”, señala. Esta subida de los precios se ha ralentizado en 2023, aunque “en productos como la charcutería o la leche, han continuado subiendo, si bien de forma más moderada”.

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