Las nuevas formas de esclavitud: trabajadoras del hogar internas
Si alguien se para a pensar en las nuevas formas de esclavitud, es muy probable que le venga a la cabeza las condiciones de las empleadas de hogar, especialmente si se trata de mujeres inmigrantes. Ejemplo: la cuidadora de una mujer enferma que vivía sola trabajaba 101,5 horas semanales, sin descanso diario, ni festivos ni fines de semana, con menos de 10 horas de descanso nocturno y todo ello por 866,67 euros mensuales. La Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia (ATH/ELE) ha denunciado que el 71,56% de las trabajadoras internas realiza el trabajo en condiciones ilegales en materia de jornada y descansos porque superan las 60 horas semanales que estipula la ley. Es un dato procedente de la estadística de condiciones de trabajo en el empleo de hogar relativa a 2017.
Este estudio ha sido elaborado en base a la asesoría que realiza semanalmente esta asociación y que ha recogido información de 506 trabajadoras. Se trata de un estudio extrapolable al conjunto del sector. Del total de trabajadoras, un 41,77% son extranjeras no comunitarias, un 30,49% autóctonas, un 26,61% personas con doble nacionallidad y un 2,13% extranjeras comunitarias. Entre las trabajadoras internas, el porcentaje de extranjeras no comunitarias se eleva al 72,02%.
Siete de cada 10 internas (71,56%) trabajan más de las 60 horas semanales que estipula la ley y casi un tercio (29,36%) no tiene ningún descanso diario, entendido como la libertad de salir de la vivienda para dedicarse a sus propios asuntos. Un 21,56% no disfruta de ningún descanso semanal.
Los casos de internas cuyas condiciones laborales estaban bastante por debajo del promedio correspondían a trabajadoras sin papeles. Entre estas trabajadoras, que son el 16,33% del total de las internas, ha habido algunos “casos de explotación extrema” que, a su juicio, responde a la “falta de capacidad” de negociar condiciones laborales que sufre quien está en espera de obtener el permiso de trabajo.
Salarios
Lorea Ureta, militante de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia, asegura que las trabajadoras tienen “gran dificultad” para que se les reconozcan las horas semanales de trabajo que están realizando e incluso para demostrar los sueldos que cobran, ya que el 27,52% “recibe el salario en mano”. Los sueldos de las internas casi nunca (en un 82,11 % de los casos) llegan al salario mínimo legal en relación con su jornada.
Por otra parte, casi una tercera parte (30,69%) de las internas no llega a tener 10 horas de descanso nocturno, porque las personas atendidas necesitan cuidados diversos.
Y todos los abusos se producen a ojos de la ley. “No existe voluntad políutica para cambiar la situación. Ni por parte del Gobierno vasco ni del central. Es un sector relevante, pero ponerlo en orden parece que resultaría muy caro y costoso para la administración”.
Tampoco es excepcional el estrés derivado del maltrato, que se concreta en frases despectivas hacia su capacidad profesional, lo inmerecido del salario que cobran, así como los comentarios racistas y los acercamientos y/o proposiciones sexuales de carácter indeseado. “En todos estos casos de maltrato, las autoridades laborales no han dispuesto mecanismos de intervención real y práctica en defensa de las trabajadoras”, lamenta Ureta.
Entre las trabajadoras externas, continúa siendo “alta” la falta de cobertura de Seguridad Social en los empleos de pocas horas. En concreto, en los tramos de 1 a las 15 horas la falta de alta en la Seguridad Social es “bastante mayor” que el año pasado.
Según la asociación, en los contratos de 1 a 5 horas, la falta puede estar relacionada con que el sistema no permite cotizar por salarios reales y, en el tramo de 40 a 50 horas, predomina el porcentaje de trabajadoras sin papeles entre quienes no están dadas de alta.
Sin embargo, según ha indicado, año tras año y en conjunto, se va incrementado el número de trabajadoras dadas de alta en la Seguridad Social. En concreto, en 2017 el 79,80% estaba dada de alta y la inmensa mayoría de las empleadas externas trabajan a tiempo parcial.