El ritual de abandono de edifico tartésico en Extremadura: banquete, sacrificios e incendio
Un equipo multidisciplinar de científicos ha descubierto el que puede ser el mayor sacrificio de animales realizado durante un ritual en el Mediterráneo Occidental, que ocurrió en Casas del Turuñuelo en Guareña (Badajoz), un hallazgo que revela nuevos datos sobre la cultura tartésica y las sociedades europeas de la Edad del Hierro.
En el hallazgo han participado investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Junta de Extremadura), del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación, de las universidades de Jaén, de Extremadura, Politécnica de Cataluña, de Córdoba o Lérida, y de los centros especializados de Antropobiología y Genómica de Toulouse y de la Universidad Paul Sabatier de Francia.
El trabajo, cuyas conclusiones aparecían este miércoles publicadas en la revista Plos One, revela que los habitantes del edificio de Casas de Turuñuelo llevaron a cabo un singular ritual en el patio de este enclave, considerado por los investigadores como “una joya arqueológica” del siglo V antes de Cristo, y que desde su descubrimiento en el año 2014 está reportando un ingente conocimiento sobre la cultura tartésica.
Los investigadores han analizado casi 7.000 huesos pertenecientes a 52 animales sacrificados y enterrados en tres fases, en su mayoría caballos adultos, pero también bovinos, cerdos y un perro, y han comprobado que en las primeras fases los esqueletos estaban completos e inalterados, pero después tenían -excepto los caballos- signos de haber sido procesados para la alimentación .
Han comprobado y demostrado así que este espacio se utilizó de forma repetida a lo largo de varios años para rituales de sacrificio cuyas prácticas y propósitos fueron variando, y han concluido que puede tratarse del mayor sacrificio animal descubierto en el Mediterráneo occidental durante la primera Edad del Hierro.
Los resultados revelan que ese sacrificio masivo formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionalmente a finales del siglo V a.C. bajo un túmulo de 90 metros de diámetro y seis de altura, han explicado los investigadores Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, directores de las excavaciones e investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida.
El yacimiento de Casas del Turuñuelo, localizado en la comarca de las Vegas Altas del Guadiana, forma parte- junto a otros enclaves arqueológicos localizados en Badajoz (los de “Cancho Roano” y “Cerro Borreguero”, en Zalamea de la Serena)- del proyecto científico “Construyendo Tarteso” que persigue caracterizar la cultura tartésica mediante el análisis de los grandes edificios de adobe excavados y analizados durante las últimas décadas.
Sebastián Celestino ha valorado la importancia de este yacimiento y el conocimiento que está reportando a los investigadores y a la sociedad, y ha asegurado a la agencia EFE que se debe sobre todo a su excelente estado de conservación, lo que está ayudando a conocer técnicas constructivas que hasta ahora se pensaba que llegaron a la península hasta la conquista romana, como es el caso de caso de la bóveda o el mortero de cal.
El codirector de las excavaciones ha explicado que el sacrificio masivo de animales coincide con el final de la ocupación del edificio, por lo que el ritual estaría relacionado con la amortización y clausura de esos grandes monumentos “y coinciden con el fin de la cultura en el Guadiana medio”.
El ritual era complejo, pero siempre el mismo: banquete comunal, sacrificio de animales, incendio del edificio, relleno de todo el espacio interior y, por último, sellado mediante una capa de arcilla; así lo ha detallado el investigador, y ha precisado que ofrecían a los dioses sus bienes más preciados, y el caballo se situaba entonces como uno de los animales con más prestigio social.
Los avances de los últimos años en estos enclaves extremeños han contribuido ya a escudriñar nuevos detalles sobre esta cultura -la tartésica-, pero Sebastián Celestino está convencido de que “estamos en el inicio de la investigación” , y aunque el yacimiento de Casas del Turuñuelo es “excepcional” por su estado de conservación, hay otros túmulos “que guardan en su interior restos con un gran potencial que ayudarán a desvelar más incógnitas en el futuro”.
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