Acusaciones de fraude entre la dirección de En Marea y los críticos tras suspenderse las elecciones internas de este fin de semana
Dos años después de la creación de En Marea poco antes de las elecciones autonómicas de 2016, y a menos de seis meses de la cita con las urnas de las municipales del 26 de mayo, nuevas acusaciones entre sus diversas facciones vuelven a colocar en una nueva crisis a la formación, cuya vida interna viene estando marcada por la convulsión y por sucesivas reubicaciones de piezas en cada elección interna, todas ellas formuladas en clave de identidad e incluso de existencia de la propia En Marea. Las primarias para renovar su dirección que estaban previstas para todo este fin de semana fueron suspendidas finalmente en la mañana de este sábado entre acusaciones mutuas de fraude entre la candidatura liderada por la actual dirección de Luís Villares y la de los críticos encabezados por el exdiputado David Bruzos. Si el segundo cuenta con el respaldo de las mareas municipales de las principales ciudades gallegas y de las direcciones de Podemos y Anova, el primero es apoyado por críticos de esas dos formaciones.
A última hora de este viernes la comisión de garantías de En Marea, que los críticos consideran controlada por la actual dirección, emitió un comunicado en el que anunciaba la suspensión de las votaciones por diversas irregularidades. Poco después el comité electoral, que la dirección considera controlado por los críticos, emitió otro comunicado en el que aseguraba que las votaciones seguían en marcha y garantizaba su correcto funcionamiento.
En la mañana de este sábado el sistema informático habilitado para las votaciones funcionó durante unas dos horas hasta que fue desconectado, con el aval de la comisión de garantías, por orden de la dirección actual de la formación, cuyo miembro Gonzalo Rodríguez, representante legal ante la Agencia Española de Protección de Datos, compareció en rueda de prensa para explicar que había sido detectada en días previos una supuesta “intrusión” en el censo informático del partido. Desde la candidatura oficialista de Villares, que amenaza con acciones judiciales, se atribuye esa intrusión a miembros del comité electoral, que a su vez la candidatura crítica niega controlar. El cabeza de cartel de ésta, Bruzos, también compareció en rueda de prensa este sábado para pedir que se respete la decisión de continuar las votaciones tomada por el comité electoral, el único que considera legitimado en esta situación. Sin embargo, la realidad es que el sistema ya no está operativo.
Este fin de semana estaban llamadas a votar en las primarias de En Marea para elegir a su nueva dirección, el Consello das Mareas, casi 4.500 personas inscritas, unas 1.500 más que al inicio del actual proceso interno, incremento que los oficialistas atribuyen a inscripciones masivas de críticos, que a su vez estos consideran el desencadenante de la suspensión de las votaciones por parte de la actual dirección ante el miedo a que perdiese su candidatura. Las acusaciones mutuas de fraude vuelven a debilitar la unidad de la formación a menos de seis meses de las elecciones municipales del 26 de mayo, en las que en muchas localidades está en el aire la presentación conjuntamente o por separado de las distintas corrientes y partidos presentes en En Marea.