El PP se niega a que familiares de uno de los últimos asesinados por el franquismo intervengan en un homenaje a represaliados
El Gobierno local de Ferrol no quiere que los familiares de Moncho Reboiras, nacionalista de izquierdas asesinado por la policía franquista en la ciudad en agosto de 1975, tenga un papel protagonista en la inauguración del monumento a las víctimas del franquismo prevista ahora, tras aplazarla por la convocatoria electoral, para el 24 de febrero. Así lo manifestó el Partido Popular, al que pertenece el alcalde, en una comisión municipal y lo denunció en público el BNG y así lo confirmó a elDiario.es el concejal popular de Cultura, José Antonio Ponte Far: “No queremos que sea un acto conflictivo”. Las razones de ese temor no son claras. La Comisión Pro Memorial ás Vítimas do franquismo en Ferrolterra, promotora del homenaje, espera que, “por salud y responsabilidad democrática”, el Ayuntamiento “lo repiense” y rectifique. “Es un acto plural, unitario y democrático, y honramos a todas las víctimas del franquismo sin distinción”, añade.
La historia del monolito que recordará a los 904 asesinados por la dictadura en las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal es larga. Nace con Vicente Couce, uno de los numerosos curas rojos de la zona, juzgado en el Tribunal de Orden Público y edil del Partido Comunista en la primera corporación tras la restauración de la democracia. Couce murió en 2022, pero seis años antes había planteado a asociaciones y partidos políticos la idea de homenajear a los represaliados. En 2017, cuando gobernaba Ferrol en Común -coalición de partidos de izquierdas y soberanistas-, y en 2020, con el PSOE en el poder, el pleno aprobó mociones a favor, siempre con la abstención del PP. Pero no pasaron a los hechos. En julio de 2021 se constituyó la Comisión Pro Memorial, BNG y Ferrol en Común volvieron a llevar la cuestión a pleno, los socialistas la apoyaron y el PP, de nuevo, se abstuvo. “Fueron años de presión y tenacidad”, explican desde el colectivo. El asunto parecía en marcha.
Pero el mandato del socialista Ángel Mato, entre 2019 y 2023, finalizó sin la inauguración del monumento, lo que ha suscitado críticas de los activistas. Lo sucedió José Manuel Rey Varela, del Partido Popular y actual regidor, que decidió seguir adelante. El tributo es obra del escultor portugués Manuel Patinha, que lo realizó de forma solidaria y sin honorarios, y se ubicará en el parque Antón Varela. Su celebración pública había sido fijada para el 20 de enero. El Gobierno local lo atrasó al 24 de febrero, y argumentó la decisión en base a la prohibición establecida en la ley electoral de “cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de estos” a partir de la fecha de la llamada a las urnas. Las elecciones serán el 18 de febrero. En cualquier caso, fue la posición del PP sobre la ceremonia del 24 de febrero la que provocó el desacuerdo.
La propuesta inicial del Comisión Pro Memorial incluía la participación de familiares de Moncho Reboiras, en concreto de un hermano, en el descubrimiento de la placa del monumento. El Gobierno local se negó. El BNG preguntó por lo sucedido a través de su portavoz Iván Rivas en la Comisión de Cultura. “La respuesta fue que no van a aceptar a los familiares de Reboiras porque era una figura conflictiva”, explica a elDiario.es el propio Rivas, que califica la actitud del PP de “muy retrógrada” y recuerda que el propio Gobierno del Estado le concedió al militante nacionalista asesinado su Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal. Fue en 2009, en un acto público en la Delegación del Gobierno en Galicia. “Parece que el PP continúa con la idea de blanquear la dictadura y establecer categorías de víctimas”, señala.
Tres tiros por la espalda en un operativo de 200 policías
El responsable de Cultura del Ayuntamiento de Ferrol, José Antonio Ponte Far, no niega que considere conflictiva la elección de Reboiras. “Queremos un acto que no sea conflictivo”, insiste en conversación con este periódico. Lo que no acaba es de desgranar las razones por las que en su opinión la presencia de los parientes del nacionalista asesinado merece ese calificativo. “Represaliados y muertos son todos”, dice en referencia a los 904 que han conseguido documentar los historiadores Xosé Suárez y Bernardo Máiz y que figuran enumerados en la base del monumento, “entendemos que debemos centrarnos más en la posguerra, no tiene por que ser el último”. Moncho Reboiras, miembro de la clandestina Unión do Povo Galego -partido matriz del actual BNG- y de su efímero frente armado, fue baleado por la espalda en el portal número 27 de la entonces llamada calle Primo de Rivera, hoy rúa da Terra, el 12 de agosto de 1975. En el operativo participaron 200 policías. Xurxo Martínez y Xosé Manuel Pereiro, los autores de O camiño da rebeldía, su biografía histórica, sostienen que ni siquiera hubo el tiroteo que difundió la prensa de la época. Franco murió el 20 de noviembre de ese año y la Ley de Reforma Política que liquidaba el armazón jurídico del franquismo entró en vigor el 4 de enero de 1977.
“Es una muerte muy reciente. En Ferrol queda mucha gente que lo vivió. Y lo recuerdo, fue un día muy jodido”, intenta justificar Ponte Far, “preferimos tener delicadeza con la gente que pueda revivir ese día”. Martínez y Pereiro consultaron a más de 50 personas para reconstruir la vida y la muerte de Reboiras en su libro. Localizaron incluso a dos de los policías franquistas que formaron parte del despliegue que acabó en su asesinato, pero no aceptaron hablar, tampoco bajo anonimato. Ponte Far añade que intentará convencer a la Comisión Pro Memorial de que acepten el veto -aunque asegura que “no están vetados en el acto”-, pero admite que, si no lo consigue, tendrá que negociar. Esta adoptó, en su asamblea del jueves 18 de enero, una posición por unanimidad: solicitar “con firmeza” al Gobierno local que recapacite y acepte la intervención de los Reboiras.
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